Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - En represalia por la operación de EE.UU. que acabó con la vida del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qassim Soleimaní, Irán lanzó el pasado 8 de enero misiles tierra-tierra contra la base Ain Al-Asad, el mayor aeródromo militar que usa EE.UU. en Iraq.
“La respuesta al asesinato del mártir teniente general Qassim Soleimaní (...) destruyó la grandeza de EE.UU.”, ha remarcado el comandante en jefe del CGRI de Irán, el general de división Hussain Salamí.
Durante una entrevista concedida a la cadena libanesa de televisión Al Mayadeen, publicada este lunes, Salami ha señalado que la “estratégica y limitada” ofensiva contra Ain Al-Asad, desveló el alto poderío y las capacidades militares de la República Islámica.
El ataque de Irán contra la base estadounidense fue un acto defensivo, legal y legítimo, ha insistido, antes de aseverar que dicha operación obligó a Washington a cambiar sus perspectivas.
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El alto mando castrense persa ha destacado, además, aunque el ataque de Irán tuvo lugar en un punto geográfico específico, pero su impacto fue global. “Esto constituye un acto estratégico”, ha agregado.
Las autoridades iraníes resaltan que el ataque contra Ain Al-Asad, además de poner de relieve la precisión de los misiles iraníes, rompió las proyecciones de EE.UU., país que afirma encabezar la lista de los países más poderosos en asuntos militares. Entretanto, enfatizan que la verdadera venganza por el asesinato de Qassim Soleimaní sería la salida de Estados Unidos de la región.
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