Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - España es un país con unos 47 millones de habitantes, entre los que según estadísticas oficiales cerca del 4% de ellos son musulmanes. No quiere decir esto ni mucho menos que el 4% de los españoles sean musulmanes, sino que este porcentaje de población alcanza ese número debido a la inmigración que en las últimas décadas se ha producido hacia España, en buena parte de personas procedentes de países considerados musulmanes, especialmente de la zona del Magreb y de la zona subsahariana occidental, aunque también de otros lugares más lejanos como Pakistán.
Esto implica que la población musulmana en España sea un tanto heterogénea, compuesta por una minoría autóctona, un gran porcentaje de inmigrantes de países diversos y una parte cada vez mayor de segundas generaciones de esos inmigrantes.
Todos estos sectores a su vez presentan sus propias características, si bien hay un denominador común como es la poca permeabilidad entre ellos, no sólo entre autóctonos e inmigrantes en general, sino igualmente entre inmigrantes de distintos países entre sí.
Cuando se habla de porcentajes de población de inmigrantes de países musulmanes como símil de población musulmana resulta un tanto arriesgado, pues ciertamente muchos de esos inmigrantes estadísticamente musulmanes distan mucho de poder ser considerados como musulmanes por encima simplemente de ciudadanos de un país determinado, o dicho de otra manera, el compromiso con la religión de muchos de ellos es bastante relativo. Sin embargo sí hay algo que los une a todos, bien sea por lo religioso, bien sea por lo cultural, como es el Ramadán.
El inmigrante musulmán en España, por lo general, se limita a reproducir las costumbres y usos de su propio país, a reproducir incluso las estéticas y costumbres culinarias de sus tierras, considerando estos como “el verdadero Islam”.
Esto produce situaciones paradójicas, al menos a ojos de un observador autóctono converso y ajeno a esos bagajes culturales foráneos, y vemos cómo muchos de estos inmigrantes que durante el año no muestran el menor respeto por la religión, cuando llegan los días de Ramadán no osan quebrantar el ayuno, al menos en público y aunque sólo sea por simple temor al qué dirán de sus compatriotas, comprobándose como para muchos la cuestión cultural tiene un peso considerablemente superior a los valores religiosos.
Esta heterogeneidad de la población musulmana en España hace que igualmente los detalles de la celebración del Ramadán sean diversos según qué colectivo, si bien las generalidades suelen ser comunes a todos ellos incluso a los autóctonos, cuya mayor parte de un modo u otro también están influenciados por costumbres foráneas, especialmente magrebíes.
En este sentido, la faceta cultural de Ramadán tiene mucho peso en todos incluso en los practicantes, siendo difícil diferenciar esta faceta de la religiosa o incuso confundiéndola con la religiosa.
El momento principal en el diario de la generalidad de los musulmanes en España durante Ramadán se centra en el periodo inmediato a la hora del maghib y en las horas inmediatas.
Como se ha mencionado, de entre las diferentes costumbres étnicas que conviven entre los musulmanes en España, autóctonos o foráneos, la magrebí es indudablemente la predominante, teniendo por costumbre cada tarde romper el ayuno lo más pronto posible con una sopa densa y caliente que se llama harira, tras de lo cual realizan el salat y poco después comen una abundante cena. En muchos casos, más tarde los hombres acuden a alguna mezquita para rezar la oración que llaman tarawih, pues no olvidemos que la población musulmana en España es eminentemente sunni y para ellos esta oración es de gran importancia.
Generalmente las familias rompen el ayuno y cenan juntos, e incluso se aprovechan esos momentos para realizar visitas e invitaciones a amigos u otros familiares.
En algunas mezquitas, bien sea todos los días o algunos durante la semana, también se ofrecen rupturas públicas de ayunos para aquellos que no tengan familia, o simplemente para compartir entre aquellos que gustan de hacerlo en común.
Esta es la cotidianeidad religioso/social de la generalidad de los musulmanes en España durante el mes de Ramadán. Evidentemente aquellos que tienen una mayor conciencia religiosa, ciertamente no la mayoría, procuran sacar un provecho distinto de este mes sagrado, intentando profundizar en los aspectos religiosos y en los otros ayunos más allá del alimenticio que conforman el verdadero ayuno de este mes, lo que no tiene por qué estar enfrentado a las costumbres sociales, pero sabiendo por supuesto que estas son las accesorias en este mes, y no las protagonistas.
Por Mikail Alvarez Ruiz
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