Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Sin secarse aún la sangre derramada de los civiles yemeníes a consecuencia de un ataque saudí en la provincia de Hajjah, la coalición volvió a cometer otro crimen en la región de Al-Hazm en la provincia de Al-Jawf, que segó la vida de 35 personas, incluidos 19 niños.
El enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, condenó el ataque y pidió una investigación exhaustiva y transparente al respecto.
La reciente masacre se considera como una continuación de los crímenes de la coalición saudí que ha aprovechado la pasividad de la comunidad internacional y las Naciones Unidas para seguir sus atrocidades en Yemen.
Además, demuestra la brutalidad de Arabia Saudí y sus aliados en un momento en el que ni la comunidad internacional ni las instituciones internacionales se atreven a adoptar medidas prácticas para detener la guerra.
Yemen asegura que los ataques del régimen saudí se han recrudecido desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sacó a la monarquía árabe de la lista negra de partes que violan los derechos de los niños.
Conforme a las estadísticas oficiales, la contienda saudí en Yemen ha causado la muerte de miles de las personas, y destruido una cifra similar de hogares e infraestructura urbana en los últimos cinco años.
El movimiento popular yemení Ansarolá ha condenado enérgicamente las violaciones de Arabia Saudí y ha demandado reiteradas veces al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que cumplan con sus responsabilidades morales y humanitarias.
También ha instado a la ONU a establecer un comité independiente e imparcial para indagar todos los crímenes cometidos por la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen.
Condenas a la decisión polémica de la ONU
La decisión del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de eliminar a Riad de la mencionada lista fue criticada por el presidente del Comité Supremo Revolucionario yemení, Muhamad Ali al-Huzí.
El funcionario indicó que eso confirmaba la anarquía de la ONU y su desprecio por los estándares humanitarios, lo que constituye un crimen que no puede ser borrado.
A su vez, la oenegé Human Rights Watch (HRW) denuncia que sacar a Arabia Saudí de la lista negra es un acto de vergüenza, ya que ese régimen y sus aliados siguen asesinando a los menores en el país más pobre del mundo árabe.
La red Watchlist Children and Armed Conflict (Lista de observación sobre niños y conflictos armados) puso de relieve que dicha medida de la ONU deja a los niños aún más vulnerables a los bombardeos en Yemen.
Inger Ashing, de la oenegé británica pro derechos de la infancia Save the Children (Salven a los Niños), catalogó el paso como una “decisión impactante”.
La Cancillería de Yemen, gobierno con sede en la capitalina de Saná, también condenó el silencio de la ONU respecto los crímenes que comete Arabia Saudí en este país, y enfatizó que la retirada de Riad de la lista negra envalentonará a la coalición saudí para perpetrar más matanzas.
Verdad oculta detrás de la decisión de la ONU
En 2017, las Naciones Unidas incluyeron a Arabia Saudí en su lista negra por matar y herir a niños en sus operaciones militares contra Yemen.
Pero, en julio de 2020, Guterres sacó a Arabia Saudí de dicha lista, alegando que tal decisión se produjo después de que la coalición árabe redujera, “de forma significativa”, sus ataques aéreos en Yemen.
Los yemeníes señalan que la ONU solo se limita a emitir declaraciones y no adopta medidas prácticas para frenar los crímenes de Riad en Yemen, y sostienen que esta postura débil del organismo internacional incita a la coalición saudí a incrementar su violencia.
En 2018, la ONU deploró un ataque de la coalición saudí contra una escuela en Saada en el que al menos 19 niños murieron y otros 26 resultaron heridos.
Además, el secretario general de la ONU reconoció en julio de 2019 que la coalición es responsable de la mitad de todas las muertes de los niños yemeníes en 2018.
¿Pero qué ocurrió para que las Naciones Unidas decidieran sacar a Arabia Saudí de su lista negra de los violadores de los derechos de los niños?
Desde la inclusión de la coalición árabe en la lista negra de la ONU, Arabia Saudí y sus aliados instrumentalizaron su maquinaria contra este organismo internacional.
Ban ki-moon, exsecretario general de la ONU, reconoció en 2016 que había cedido a las presiones de Arabia Saudí para no incluirla en el listado de aquel año, pese a que originalmente iba a hacerlo.
Ban admitió haber recibido una “presión indebida” para modificar su informe y aseveró que dio marcha atrás a su idea inicial ante la amenaza saudí de cortar fondos a la organización.
Una fuente de la ONU calificó de un “verdadero chantaje” la presión de Arabia Saudí para ser eliminada de tal listado.
Según la fuente consultada, los muftíes saudíes emitieron una fatwa contra las Naciones Unidas, alegando que la inclusión de Arabia Saudí en la lista negra es un acto antislámico, hecho que pondría fin a los lazos de la ONU con la Organización para la Cooperación Islámica (OCI).
Por su parte, algunos aliados de Arabia Saudí, incluidos los Emiratos Árabes Unidos (EAU), han amenazado con recortar fondos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Con la eliminación de Arabia Saudí de esta vergonzosa lista, la ONU ha impedido la creación de una solución política a la guerra en Yemen por beneficiar a Arabia Saudí, involucrada directamente en una guerra, cuyo fin no parece estar cerca.
Los crímenes sistemáticos de la coalición árabe cercioran que Arabia Saudí no terminará con su guerra, ni piensa en la paz en Yemen y, por lo tanto, casi es imposible que cese sus hostilidades en el territorio yemení.
Además de retirar a Arabia Saudí de la lista negra, el secretario general de la ONU acusó al movimiento Ansarolá de cometer violencia sexual contra tres niños, de secuestrar a otros 21 niños. Ansarolá niega estas acusaciones.
Viendo la pasividad de la ONU, el régimen saudí lanzó una campaña propagandística para mejorar su imagen en el mundo.
Por eso, celebró una conferencia para recaudar fondos para los civiles yemeníes, afectados por la guerra lanzada por el propio Arabia Saudí; una política de doble rasero del régimen de los Al Saud.
Guerra saudí y su impacto en la vida de los niños yemeníes
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó en junio de 2019 que el conflicto armado en Yemen ha agravado la situación de las mujeres y los recién nacidos. Cada dos horas mueren una madre y seis bebés yemeníes, reveló Unicef.
En noviembre de 2019, el ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Taha al-Mutawakel, informó que cada 10 minutos un niño menor de cinco años muere de hambre extrema por el bloqueo saudí contra Yemen.
El promedio de muerte entre los recién nacidos sigue siendo alto, según Al-Mutawakel, cada dos horas un recién nacido fallece debido a la situación crítica del sistema de salud en Yemen.
Geert Cappelaere, director regional de Unicef en Asia Occidental y el Norte de África precisó en febrero de 2020 que Yemen es un infierno para los menores que lo habitan.
En otro informe publicado el pasado mes de junio, Unicef advirtió que los niños yemeníes podrían verse empujados al borde de la hambruna en plena pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Teniendo en cuenta lo que había sido mencionado en este informe, ni la ONU ni la comunidad internacional han hecho nada para detener la agresión saudí contra Yemen.
Por Mohsen Khalif Zade
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