Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - “La batalla en la siguiente etapa tendrá lugar en la Ribera occidental, donde el régimen de ocupación la usa como el corazón de los proyectos sionistas”, así lo ha indicado el jefe del Buró Político del movimiento de la Yihad Islámica, Muhamad al-Hindi, al comentar sobre el reciente ataque con cohetes por parte de las fuerzas de la Resistencia palestina en la Franja de Gaza contra el sur de los territorios ocupados.
Dicho ataque se realizó a primeras horas de este miércoles después de que el régimen israelí rubricó los acuerdos de normalización de las relaciones con Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) durante un evento en la Casa Blanca en Washington D.C., la capital estadounidense, en presencia del mandatario de EE.UU., Donald Trump.
El dirigente de la Yihad Islámica, no obstante, ha denunciado los pasos de ciertos países árabes para acercarse a Israel y olvidar la causa palestina, al mismo tiempo, ha instado a “activar la resistencia popular” a fin de poder hacer frente a los complots contra el pueblo palestino.
“La resistencia popular en la ocupada Ribera occidental marcaría el final del proyecto sionista. Y la unidad de los palestinos también tendría un gran impacto en los planes sospechosos de Israel contra la causa palestina”, ha afirmado.
Además, ha destacado que los pactos de normalización con Israel muestran que EE.UU. es el que gobierna en estos países árabes e interfiere directamente en sus asuntos internos, evitando que sus gobiernos puedan tomar decisiones independientes.
De acuerdo con Al-Hindi, tales medidas se llevan a cabo por los intereses del premier israelí, Benjamín Netanyahu, atrapado en una crisis política, así como los intereses del presidente estadounidense, Donald Trump, quien pretende instrumentalizar los acuerdos como parte de sus victorias para ganar las elecciones, con el apoyo del lobby sionista.
Con la firma de estos acuerdos “criminales”, denunciados por los palestinos y muchos otros países de la región y del mundo, Bahréin se convierte en el cuarto país árabe en establecer relaciones diplomáticas con Israel tras los EAU. Egipto lo hizo en 1979 y Jordania en 1994.
El paso dado por estas dos monarquías árabes del Golfo Pérsico ha suscitado la ira y el repudio de sus propios pueblos, pues afirman que tal medida proisraelí aniquilará la causa palestina y agravará el sufrimiento de ese pueblo.
El Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (Hamas) recordó que los pactos ni siquiera valen la tinta con la que están escritos. El presidente palestino, Mahmud Abbas, a su vez, ha recalcado que no habrá paz en la región mientras continúe la ocupación israelí.
Ante tal coyuntura, los grupos de la Resistencia palestina han asegurado que seguirán la lucha, incluso recurrirán a una nueva Intifada (levantamiento), para liberar todo el territorio palestino de Israel y han alertado que responderán a las hostilidades, confiando en su elevado poderío de misiles, los cuales son capaces de alcanzar Tel Aviv.
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