Biden dijo en un artículo reciente para el sitio web de CNN que EEUU se volverá a unir al acuerdo de 2015 si Irán regresa a lo que llamó “cumplimiento estricto” del acuerdo nuclear, conocido como Plan de Acción Integral Conjunta (PAIC).
“Ofreceré a Teherán un camino creíble de regreso a la diplomacia. Si Irán vuelve a cumplir estrictamente con el acuerdo nuclear, EEUU volvería a unirse al acuerdo como punto de partida para unas negociaciones de seguimiento. Con nuestros aliados, trabajaremos para fortalecer y ampliar las disposiciones del acuerdo nuclear al mismo tiempo que abordaremos otros temas de interés”, escribió.
“También tomaré medidas para asegurarme de que las sanciones estadounidenses no obstaculicen la lucha de Irán contra la Covid-19. Y el primer día, revocaré la vergonzosa prohibición de viajar de Trump dirigida contra varios países de mayoría musulmana, entre otros”, agregó.
El rival republicano de Biden, el presidente Donald Trump, retiró a EEUU del acuerdo con Irán hace más de dos años. Trump dijo que era un mal trato que necesita ser renegociado.
Desde que eliminó el PAIC en mayo de 2018, la administración Trump ha desatado sus sanciones más duras, pero ha sido incapaz de doblegar a Irán ni dañar significativamente su economía.
El presidente Hassan Rohani ha condenado las sanciones de EEUU, que han obstruido el acceso de Irán a los medicamentos en medio de la pandemia del coronavirus, diciendo que la Casa Blanca no sabe nada sobre humanidad.
Irán ha dicho una y otra vez que no negociará con Trump o Biden mientras sigan vigentes las sanciones. También ha señalado que las posibles negociaciones con EEUU nunca abordarán temas como la lucha contra el terrorismo de Irán en Iraq y Siria o la doctrina de defensa de Irán.
El gobierno iraní también ha dicho en varias ocasiones que en lo que respecta a las relaciones entre Irán y EEUU, no habrá ningún desarrollo positivo a menos que Washington abandone sus sanciones ilegales y corrija el camino equivocado que ha elegido. El gobierno también ha dicho que la clave para un desarrollo positivo en las relaciones está en manos de Washington y que no depende en absoluto del resultado de las elecciones de noviembre en EEUU.
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