La visita a los santuarios y tumbas en los albores del Islam fue criticado y prohibido, siendo ello entendible; pues la mayoría de los árabes en sus inicios tenían prácticas paganas e idólatras, a tal fin se prohibió las mismas, ya que el islam aún estaba en sus comienzos y para preservar su pureza se obró de esa manera. Más adelante esta sería “reformada” por el Profeta, ello cuando la comunidad Islámica ya había comenzado su proceso de madurez. En esta coyuntura para los detractores de esta práctica (así como en la actualidad) fue de vital importancia el dicho del Profeta, siete años después de la hégira, este suceso ocurrió cuando el enviado de Dios estaba rumbo a realizar la Umra (Visita de peregrinación a la Meca) llegó a “Hudaibiaih”, ahí reparó la tumba de su madre Amina, se acercó a ella y lloró, sus compañeros al verlo en ese estado, también lloraron, después dijo: “Dios le ha dado permiso a Muhammad para visitar la tumba de su madre (2)” dejando con ello aclarado que la visita a las tumbas no es una práctica que sea ilícita.
Así, por ejemplo, la salutación y visita al enviado de Dios en Medina es recomendable, no siendo necesario estar cerca; pues dijo: “Cada persona que cerca de mi tumba me saluda yo lo escucho, así como aquel que está lejos, pues sus saludos me llegan (3)”.
Etimológicamente la palabra Ziarah viene del árabe: الزيارة que en español significaría “Visita” en el sentido de que los creyentes visitan los santuarios y las tumbas de los descendientes del Profeta Muhammad (PBUH), siguiendo esa línea los que realizan estas visitas también se los denomina como peregrinos que según la Real Académica de la Lengua Española (R.A.E.) es la acción de peregrinar, que en términos más concretos es la visita a los lugares santos del islam.
En la actualidad son muchos los beneficios de los peregrinos, en especial desde el punto de vista espiritual, siendo la esencia de esta práctica reafirmar las creencias; así como valorar el esfuerzo y el sacrificio que hicieron los mártires y los santos del Islam como el Príncipe de los Creyentes o el Imam Hussain (AS) por citar solo algunos ejemplos, por eso cuando se va a Karbala, Nayaf o Mashad los peregrinos lo hacen por el amor y el respeto a esos inmaculados; merecedores de ello, pues aún con sus vidas consolidaron los senderos por los cuales aún los creyentes van transitando, por lo tanto cuando un fiel ingresa a un santuario no lo hace con la intención de adorarlo, sino para que pueda ser un intermediario entre él y Dios, pues ellos son los puros.
Es tanto el amor de los musulmanes y las musulmanas que desde su llegada besan la puerta o el mausoleo y que por esta actitud muchos han sido tildados de incrédulos o “asociadores”, siendo ello errado, ya que esta acción no es ilícita; pues el Sagrado Corán cita el ejemplo del Profeta Yusuf (P) en relación a sus hermanos y su padre, cuando les pide que lleven su camisa para que su padre frote su rostro con él y así recupere la vista, dice el Sagrado Corán “¡Llevaos esta camisa mía y aplicadla al rostro de mi padre: recuperará la vista! ¡Traedme luego a vuestra familia, a todos! Al tiempo que la caravana emprendía el regreso, dijo su padre: «Noto el olor de José, a menos que creáis que chocheo». Dijeron: «¡Por Dios, ya estás en tu antiguo error!». Cuando el portador de la buena nueva llegó, la aplicó a su rostro y recuperó la vista. Dijo: «¿No os decía yo que sé por Dios lo que vosotros no sabéis?»” (Corán 12:93-94-95-96).
Todo creyente debe tener presente, así como valorar los nobles sacrificios que hicieron los Imames en defensa del islam, sin duda la opresión, el castigo, así como el martirio de cada uno de ellos fue para mantener vivo los principios divinos. Cuando se peregrina por ende se visita a la familia del Profeta, no solo se debe recordar sus enseñanzas; sino practicarlas, pues uno de los aspectos más importantes de la ziarah es la dimensión espiritual, ya que cada uno de ellos fueron santos e inmaculados, en esa línea los beneficios son variados por ejemplo la comunicación con Dios, mediante la intermediación de Ahlul Bayt (AS), asimismo la peregrinación es una muestra de amor a Dios, pues se va a visitar a hombres que toda su vida la han dedicado a la adoración, siendo estos los amados de Dios, por otro lado, es una reafirmación de lo que es el ser sometido, viendo en los inmaculados paradigmas y arquetipos de humildad, bondad, pureza, servicio y adoración.
En aras de ello, los peregrinos no solo realizan un viaje de visita religioso; sino van a reafirmar su esencia, prueba contundente e indiscutible de ello es cuando los musulmanes de todo el mundo se congregan en torno al mausoleo del “Señor de los Mártires” en Karbala, Irak en donde de manera abigarrada, africanos, asiáticos, europeos, americanos, latinos; etc.… se reúnen para recordar, llorar, suplicar y pedir por el Imam Hussain (AS), en donde más de 20 millones de fieles dicen “¡Oh Hussain! ¡Oh Hussain!”.
No cabe duda, que la mayoría de los seguidores de Ahlul Bayt (AS), después de haber realizado la visita y peregrinación a Karbala retornan a sus países de origen con el espíritu fortalecido y la convicción de seguir las enseñanzas del nieto del Profeta; aquellas que se resumen en el amor puro del creyente hacia Dios, en ese sentido la peregrinación enseña al hombre la búsqueda constante de la espiritualidad, el amor, la moral, la ética, la valentía y la sumisión total a Dios. Desde el punto de vista político también da muchas lecciones, por antonomasia el Imam Hussain (AS) se enfrentó a la monarquía de la podredumbre, de la idolatría, del falso gobierno a tal fin el verdadero musulmán cuando visita al “Señor de los Mártires” reafirma este compromiso en pro de su comunidad cuando es sofocada o asfixiada por los opresores.
Otro de los elementos de la peregrinación es la ayuda económica que brinda el peregrinaje en sí, tanto a los habitantes del lugar como a los que vienen de otros lugares; pues algunos de los visitantes muchas veces no cuentan con los recursos suficientes para llegar, los mismos que son colaborados por los que tienen un poco más, practicándose con ello los principios de la solidaridad y la hermandad.
Visitar santuarios y tumbas de Ahlul Bayt (4) tiene su recompensa tal como describimos, así mismo tenemos muchos hadices de los Imames que nos invitan a peregrinar y realizar súplicas, así como pedir la curación de nuestras “dolencias espirituales”.
Así por ejemplo dijo el Profeta Muhammad respecto a él, así como a su familia (BPUH):
“Quien me visite a mí a uno de mis hijos, lo visitaré en el Día del Juicio y lo salvaré de las calamidades del Día del Juicio final” (5).
Respecto a la visita y los Imames dijo el Imam Sadiq (AS):
“Quien nos visita (Imames) es como si visitase al Señor de los Mártires” (6)
También dijo el Imam Baqir (AS) respecto a la obligatoriedad de visitar al Imam Hussain (AS):
“Ordena a nuestros Shiitas que visiten la tumba de Hussain ibn Ali (AS), porque ir a visitarlo es obligatorio para todo aquel que crea en el liderazgo divino de este Imam”. (7)
Quizás muchas personas no pueden hacer las visitas, así como la peregrinación, pero debemos recordar tal cual señalamos arriba que se pueden hacer las salutaciones, siendo que estas llegan al Profeta y a los Imames, al respecto dijo el Imam Sadiq (AS):
“La peregrinación (peregrinaje) fue dura y agotadora para uno de ustedes, asimismo su casa estaba muy lejos no siendo un obstáculo, este subió a lo alto de su morada y rezó dos rak’ats con la intención de saludarnos; ciertamente esta salutación llegará a nosotros”. (8)
Los dichos Profeta Muhammad (BPUH) así como el de su familia en la figura de los Imames, nos dan a entender que la Ziyarah no es una mala acción, ni muchos algo ilícito o una asociación que contrapone la divinidad y unicidad de Dios, aquellos que afirman ello, no han comprendido y profundizado las enseñanzas del enviado de Dios; así como de su familia, pues él al estar cerca de la tumba de su madre lloró demostrando con esta acción que hacerlo no rompe, ni yuxtapone ninguno de los principios, todo lo contrario reafirma y enseña que los seres humanos somos temporales y que trascendemos más allá del mundo material. Por otro lado, la peregrinación y la visita a los santos lugares es y será una reafirmación y compromiso ético moral y espiritual en relación a Dios, por ese mismo hecho visitar los santuarios de la familia del Profeta se ha constituido también en una de la característica del islam, más aún del Islam shiíta y que por la situación actual que el mundo vive los creyentes pueden hacer las visitas y salutaciones desde el lugar donde estén; pues tal cual fueron señalados arriba, estos saludos de amor y respeto por estas figuras puras y nobles llegan hacia ellos, ya que la intención sincera es la que cuenta cuando amamos al Profeta y su familia estemos donde estamos, como lo decía el enviado de Dios “Si es que no puedes visitarme de cerca, envíame un saludo desde donde estés que los mismos llegaran a mí”, así como en el día del juicio final él será nuestro intercesor; pues dijo “Todo aquel que venga a visitarme yo seré su intercesor en el día del Juico Final (9)”.
Notas:
1- Teólogo, jurista e investigador especialista en religiones comparadas por la Universidad Internacional “Al Mustafá” en la Santa Ciudad de Qom-Irán y miembro de la Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait de Bolivia (ACIABOL).
2- Muhammad ibn Saad “Tabakhat Al Kubr”, Ed, “Cultura y Pensamiento”, Beirut, 1997, T. 1, p. 116
3- Wasail Al Shie. T.10, p 261,
4- Santuarios donde se pueden realizar las visitas y la peregrinación: 1. El Santo Profeta (PBUH) en Medina, 2. Fatimah Zahra (AS) en Medina, 3. Ali ibn Abi Talib (AS) en Najaf Ashraf (Iraq), 4. Imam Hassan Mojtaba (AS) en Medina, 5. Imam Hussein (AS) en Karbala (Irak), 6. Ali Ibn Al-Hussein Imam Sajjad (AS) en Medina, 7. Imam Mohammad Baqir (AS) en Medina, 8. Imam Ya’far Sadiq (AS) en Medina, 9. Musa ibn Ya’far (AS) en Kazemin (Iraq), 10. Imam Reza (AS) en la ciudad santa de Mashhad (Irán), 11. Imam Javad (AS) en Kazemin (Irak), 12. Imam Ali al-Naqi (as) en Samarra (Iraq), 13. Imam Hassan Askari (AS) en Samarra, 14. El Imam Zaman (AS) en el corazón y la mente de los musulmanes y de todos los que esperan su reaparición.
5- Bihair Al Anuar, T. 97, p. 123
6- Bihair Al Annuar, t.97, p. 118
7- Ibidem, t., 97, p. 1,3 y 4.
8- Saduq Ali, “Min la Iahdar Al Faqui” t.2, p 599.
9- Wasilei Al Shia, t. 10, p. 261.
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