Los califas de Bani 'Abbas y sus subalternos habían escuchado que los Imames de Ahlul Bait (P) eran doce, y el decimosegundo de entre éstos durante "la Aparición" después de la Ocultación, terminaría con los tiranos, daría fin a los gobiernos ilegales y establecería en el mundo la justicia y equidad. El conocimiento de este asunto, en especial durante la época de los Imames Al-Hadi (P) y Al-'Askari (P) fue causa de preocupación entre los califas, y por ello vigilaban muy de cerca al undécimo Imam Al-'Askari (P), y se encontraban muy deseosos que este Imam no tuviese hijos. Ellos tenían bajo vigilancia todos los asuntos del Imam desde diferentes ángulos, inclusive encarcelaron varias veces al Imam y finalmente "Al-Mu'tamid Al-'Abbasi" que era testigo de cómo la atención de la gente hacia el Imam incrementaba día a día, y la prisión, el ambiente sofocante y la vigilancia tenían una influencia contraria a la que él esperaba, no soportó y decidió matar a este Inmaculado, por lo que lo envenenó en secreto. Y el Imam fue martirizado el 8 de Rabi Al-Auwal del año 260 d.H. (viernes 1 de enero 874 d.C.).
"Los Saludos de Dios sean para él y para sus Inmaculados antepasados". La influencia del Imam en la sociedad, principalmente el pánico que tenía de que los shi'itas y seguidores de 'Ali (P) hiciese una revuelta al enterarse que el Imam había sido envenenado, lo atemorizaba grandemente, por ello trató por cualquier medio de ocultar este suceso; "Ibn Sabaq Maliki" en su obra "Al-Fusul Al-Muhimmah", registra de uno de los vigilantes de la corte 'Abbasí "'Abdul.lah Ibn Jaqan" lo siguiente:
"...Cuando el Imam Abu Muhammad Hasan Ibn 'Ali Al-'Askari (P) falleció, nos asombramos al ver el estado especial en que se encontraba Al-Mu'tamid el Califa 'Abbasí. Estábamos sorprendidos ya que él era califa de esa época y tenía en sus manos el poder. Cuando Abu Muhammad (Imam Al-'Askari -P-) estaba agonizando, cinco personas especiales de los cercanos del califa que todos ellos eran de los jurisconsultos de la corte, fueron enviados a casa del Imam. Al-Mu'tamid les ordenó que no se moviesen de ahí y cualquier cosa que sucediese se lo informasen; así también envió a un grupo de enfermeros para que lo cuidasen y sirviesen, y ordenó a "Qadzi Ibn Bajtiar" que eligiese a diez personas de confianza y las mandase a casa del Imam, y día y noche frecuentasen la casa y lo tuviesen bajo vigilancia. Dos o tres días después informaron al Califa que la salud del Imam había empeorado y que era imposible que la recuperara, el Califa ordenó: "¡Día y noche acompañen al Imam en su casa!" Y así lo hicieron hasta que después de unos días el Imam falleció. Cuando se expandió la noticia del fallecimiento de este Inmaculado, en Samarra comenzó un movimiento; por todos lados se dejaban escuchar gritos y lamentaciones, y los bazares y las tiendas cerraron. Los Bani Hashim, los integrantes de los tribunales, los generales del ejército, los jueces de la ciudad, los poetas, los testigos y demás gente se dirigieron al funeral del Imam. Ese día Samarra se asemejaba al día del Juicio Final. Cuando el cuerpo de este Inmaculado estuvo listo para ser enterrado, el Califa envió a su hermano "'Isa Ibn Al-Mutawakkil" para que realizara la oración del muerto para el Imam. En el momento que colocaron el cuerpo sobre la tierra para realizar la oración, 'Isa se acercó y destapó la cara de este Inmaculado, y luego de mostrarla a los shi'itas, a los 'abbasíes, a los jueces, a los escritores y a los testigos, dijo: "Éste es Abu Muhammad Al-'Askari (P) que falleció de muerte natural y… (nombrando a dos los servidores del Califa) fueron testigos!" Luego cubrió nuevamente la cara del Imam y realizó la oración del muerto para él y ordenó que lo llevaran a enterrar. El martirio de Abu Muhammad Hasan Ibn 'Ali (P) en Samarra ocurrió el viernes de 8 de Rabi Al-Auwal de año 260 d.H., y este Inmaculado fue enterrado en su casa y en la misma habitación en la cuál fue enterrado su padre".
Lo aquí mencionado, muestra claramente la situación sofocante en la que se encontraba el Imam y el porqué el gobierno estaba preocupado. Así también evidencia como el Califa estaba aterrorizado de que se descubriese el envenenamiento y asesinato del Imam y con un programa bien proyectado desde antes hizo parecer como si la muerte del Imam hubiese sido una muerte natural y en su lecho. Así es, los tiranos consideraban peligrosa la existencia de los Inmaculados Imames para su reinado, y para apagar la luz de estos verdaderos líderes hasta donde les fue posible y bajo una estrecha vigilancia los mantenían alejados de la sociedad, y finalmente los asesinaban.
Al-Mu'tamid Al-'Abbasi después de haber martirizado al Imam Al-'Askari (P) aparentemente al repartir la herencia del Imam entre la madre y el hermano de este Inmaculado trató de mostrar que el Imam Al-'Askari (P) no tenía hijos, para de esta forma los shi'itas perdiesen las esperanzas de un siguiente Imam. En secreto mandó a sus comisionados para que buscaran en todas partes que en caso de que encontrasen a un niño lo tomaran preso. Los comisionados del Califa provocaron gran presión en la familia del Imam, sin embargo, no pudieron encontrar a el Imam Al-Qa'im el Reformador (P) y Dios Todopoderoso lo protegió de los engaños de los tiranos. Y a pesar de que el Imam Huyyat Ibn Al-Hasan Al-Mahdi (P) para estar protegido de los atropellos de los opresores, evitó tener contacto directo con la gente y presentarse en persona ante la sociedad y por orden divina se ocultó, sin embargo, los shi'itas y los compañeros cercanos del Imam Al-'Askari (P), que repetidas veces habían visto al Imam Al-Qa'im(P) cuando era un infante tenían la seguridad de su existencia y cuando el Imam Hasan Al-'Askari (P) falleció, el Imam Al-Qa'im (P) se presentó en el patio de la casa del Imam e hizo a un lado a su tío Ya'far que quería realizar la oración de muerto para el Imam Al-'Askari (P), entonces él mismo la realizó.
Durante todo el Ocultamiento Menor también los shi'itas mantuvieron contacto con éste Inmaculado por medio de los "representantes especiales" del Imam, y también el Imam a través de sus representantes respondía a las preguntas de los shi'itas, y numerosos prodigios y milagros fueron realizados por estos sus representantes que día a día incrementaban el poder de sus creencias y seguridad de sus amantes, y nosotros si Dios quiere, en el siguiente libro hablaremos respecto a la vida del duodécimo de los Inmaculados Imames (P).
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