Un modismo periodístico que nos han impuesto es el de ‘Cisjordania’, si bien no está presente en todos los idiomas, en español es una opción, en otros idiomas cercanos como el portugués es la única forma para identificar una zona de Palestina, que forzosamente han obligado tanto a los palestinos como los no palestinos a entender como una de las áreas de la utópica Palestina, que el derecho internacional reconoce según varias resoluciones de la ONU, pero en la práctica es un archipiélago sin soberanía ni respeto a la vida.
Para comprender el significado y cuál de los dos términos debe ser más aceptado, tenemos que analizar el contexto del uso, y comprender hasta qué punto la prensa ha colonizado ilegalmente nuestras mentes.
Antecedentes
El termino de Cisjordania es un neolatinismo que apenas tiene 70 años de uso, que vendría a ser un juego de palabras, ya que se asimila al termino colonial británico de Transjordania, que fue la primera partición hecha por el Reino Unido al Mandato Británico de Palestina [1920–1948]; el emirato de Transjordania, el cual fue un premio de consuelo para los Hashemíes, quienes se le fueron arrebatadas sus posiciones del Hiyaz, y dados varios otros territorios de consuelo, entre ellos Iraq y una zona desértica de Palestina [Transjordania], en 1921 y disuelta en 1946, para dar origen al actual reino de Jordania.
Luego de la partición de Palestina de 1947 sellada con sangre por la ONU, que daría origen al régimen de Israel el año siguiente y al Nakba palestino o éxodo de los palestinos de sus tierras; una de las zonas palestinas restantes fue llamada Cisjordania, que significaría ‘Antes del río Jordán’, y quitando la identidad palestina a sus tierras y a sus habitantes, quienes hasta el día de hoy el periodismo irresponsable los llama cisjordanos.
El nombre más reciente que había tenido la Ribera occidental o mal llamada Cisjordania antes del colonialismo británico fue de Mutassarrifato de Al-Quds (Jerusalén), en la era otomana, dominios perdidos en la Primera Guerra Mundial [1914-1918], contra la Triple Entente, y cedida a la corona británica.
Dos puntos importantes
La tesis sionista dice que el pueblo palestino, y Palestina en sí, no existió jamás, y fueron invasores árabes traídos desde la actual Jordania y Siria [es importante recordar que la población Palestina que aún permanece en Palestina ocupada-Israel, aparte de ser ciudadanos de segunda clase, están prohibidos de reivindicar su identidad étnica, y solo pueden ser conocidos como árabes-isralíes, quienes son casi un 21% de la población israelí, hablamos de casi dos millones de almas].
Los máximos exponentes de estos absurdos históricos fueron David Horowitz y Golda Meir, quien dijo en 1969 que el pueblo palestino no existe, ellos no existen […]
Segundo punto importante es que Jordania ocupó estas tierras desde 1948 hasta 1967, donde fueron perdidas en la Guerra de los Seis Días y disminuyendo las fronteras imaginarias y nunca respetadas creadas por la ONU; desde ahí la ONU crea las nuevas fronteras y aun aceptadas [solo en su imaginativo], las llamadas fronteras del 1967, también son aceptadas por 138 naciones miembros de esta organización internacional, sin mucho impacto real.
La importancia del léxico al hablar de Palestina y sus territorios como también de su identidad y habitantes, radica en no caer en el error del enemigo, no convertirlos en unos eternos colonizados, sean por una nación árabe, musulmana o no. Nunca tuve mayor inquietud sobre la importancia de esto, hasta cuando el antiguo editor jefe de ABNA y Ababiil, e importante difusor de la causa palestina y activista, el fallecido Sheij Jalil Sahurie Sady, me lo presentó como parte importante del léxico editorial de sus páginas, ya que el enemigo no invade solamente de forma militar 'Tierra Santa', también quiere dominar nuestras mentes, para algún día hacernos olvidar nuestra lucha, como lo han hecho varias naciones árabes en las últimas semanas.
Ribera occidental no es la forma más correcta, pero huele menos a colonización que la anterior ya explicada.
Gustavo Zehnder
Editor jefe de Ababiil y ABNA redacción española
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