Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Un miembro de la familia real bahreiní ha realizado una visita secreta a la Mezquita de Al-Aqsa en la ciudad vieja y ocupada de Al-Quds Jerusalén Este en medio de la indignación palestina por el acuerdo de normalización entre Manama e Israel.
El Jerusalem Post informó que el jeque Jalid bin Jalifa, presidente del Centro Global Rey Hamad para la Coexistencia Pacífica, oró en la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén Al-Quds el viernes pasado sin revelar su identidad, desafiando una fatwa (decreto religioso) emitido por un clérigo palestino de alto rango.
"Es inaceptable evitar que cualquier persona de cualquier religión ore", dijo Jalifa, que era miembro de una delegación de Bahréin que llegó a Israel la semana pasada y se reunió con el presidente Reuven Rivlin.
En una entrevista con el periódico israelí el domingo, Jalifa defendió su medida que se produjo después de que Manama alcanzara un controvertido acuerdo de normalización con el régimen de Tel Aviv.
El Gran Mufti de Jerusalén Al-Quds, el Sheij Muhammad Hussein emitió una fatwa en agosto prohibiendo a los musulmanes rezar en la Mezquita de Al-Aqsa en el marco de los acuerdos de normalización entre Israel y los países árabes.
En octubre, los palestinos expulsaron a una delegación de los Emiratos Árabes Unidos cuyos miembros irrumpieron en la Mezquita de al-Aqsa bajo la protección de las fuerzas israelíes.
Una fuente de la organización Islámica de Wakf de Jerusalén Al-Quds, a la que se confía el control y la gestión de los edificios islámicos en el recinto de la Mezquita de Al-Aqsa y sus alrededores, le dijo a The Jerusalem Post que no tenía conocimiento de la visita de ningún ciudadano de Bahréin. a la Mezquita el viernes pasado.
El 11 de septiembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Bahréin estaba siguiendo a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en la normalización de los lazos con Israel.
Cuatro días después, el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, firmó acuerdos con el ministro de Relaciones Exteriores de los emiratíes, el jeque Abdullah bin Zayed Al Nahyan, y el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdul Latif Al Zayani, durante una ceremonia oficial organizada por Trump en la Casa Blanca.
Los palestinos, que buscan un Estado independiente en la ocupada Ribera occidental y en la Franja de Gaza, con Al-Quds Jerusalén Este como su capital, han condenado los acuerdos como una traición a su causa contra la ocupación israelí.
Los acuerdos también han provocado una ola de ira entre el público en Bahréin, donde el sentimiento antiisraelí es profundo. Los bahreiníes han realizado varias protestas para condenar el acuerdo.
El principal grupo de oposición de Bahréin, la Sociedad Islámica Nacional Al-Wefaq, ha denunciado el acuerdo como una "traición definitiva al Islam y a los árabes y una desviación del consenso islámico, árabe y nacional".
También dijo que el acuerdo entre Israel y Bahréin carece de legitimidad alguna.
'El régimen de Al Jalifa aún no ha normalizado los lazos con el pueblo de Bahréin'
En un artículo publicado en Middle East Monitor el sábado, Omar Ahmed se refirió a la terrible situación de los derechos humanos en Bahréin y dijo que Manama puede haber normalizado los lazos con Israel, pero que aún no ha hecho lo mismo con su propia gente.
Desde el 14 de febrero de 2011, el pueblo de Bahréin ha estado realizando manifestaciones pacíficas de protesta casi a diario, exigiendo que la familia Al Jalifa abandone el poder y permita que se establezca un sistema justo que represente a todos los bahreiníes.
Los bahreiníes también se han quejado de la discriminación generalizada contra la mayoría shiíta en el reino.
Manama ha respondido a las protestas con fuerza letal, provocando críticas internacionales. En marzo de 2011, se desplegaron tropas de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos para ayudar a Bahréin en su represión.
Las autoridades de Bahréin también han detenido a activistas de derechos humanos, han disuelto los principales partidos políticos de oposición y han revocado la nacionalidad de varios activistas.
“Esto nos deja con la situación actual, es decir, una monarquía que no está dispuesta a extender un contrato social adecuado y aceptable al pueblo de Bahréin. En cambio, ha optado por pasarlos por alto y priorizar el establecimiento de relaciones con Israel, todo hecho en su nombre”, dijo Ahmad.
“Es increíble pensar que la familia gobernante puede lograr la paz con sus vecinos cuando no hay justicia para su pueblo. Los Al Jalifa pueden haber normalizado los lazos con Israel, pero todavía tienen que hacer lo mismo con el pueblo de Bahréin”, agregó finalmente.
Traducido en exclusiva por ABNA24 redacción española
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