Naturaleza de los nuevos cambios
Por primera vez, el reino árabe omitió las partes que propagaban el odio contra otras religiones y también las que enseñaban la ideología radical del wahabismo y la sentencia de ejecución. También se eliminaron las creencias del wahabismo sobre la batalla del Armagedón.
Esta es la segunda vez que Arabia Saudí da a los libros de texto una revisión importante bajo las tan cacareadas reformas del príncipe heredero Muhammad bin Salman. En la versión del año pasado de las reformas del sistema educativo, la concentración se centró en la omisión de material antisionista impulsado por las reformas políticas y sociales de Bin Salman y la búsqueda del proyecto de normalización con el régimen israelí bajo las presiones de Washington.
Las presiones estadounidenses no se limitaron a impulsar la normalización. También incluyeron el sistema educativo para eliminar las opiniones antioccidentales en la sociedad saudí que durante mucho tiempo se han convertido en una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Algunos ejemplos son el papel de los ciudadanos saudíes en los ataques del 11 de septiembre y también el tiroteo en 2019 en una estación aérea naval en Pensacola, Florida, en el que un oficial de la fuerza aérea saudí mató a tiros a tres militares de la marina estadounidense. Según una investigación llevada a cabo conjuntamente por Estados Unidos y Arabia Saudí después del ataque fatal, Muhammad Said Ash-Shamarani, de 21 años, estudió una versión más radical y no resuelta de los textos escolares.
Los objetivos políticos de Bin Salman
Desde que asumió el poder en el año 2017, de una manera aún poco habitual y al estilo golpista en la que destituyó al príncipe heredero Muhammad bin Nayef y arrestó a varios de sus partidarios en la familia real, Bin Salman anunció algunas reformas principalmente relacionadas con las mujeres. Dar a las mujeres el derecho a conducir un automóvil, obtener un pasaporte y viajar al extranjero sin el permiso de un wali (tutor) masculino fue parte de las reformas sociales. Otras reformas fueron económicas que tenían como objetivo allanar el camino para la renovación del reino bajo la ambiciosa Visión Saudí del 2030 que tiene como objetivo poner fin a la dependencia saudí de los ingresos petroleros y la transformación en un Estado industrial. Lo interesante es que todas estas acciones fueron acompañadas de una campaña mediática masiva para ganar la defensa de Occidente.
Pero aprovechar la campaña de propaganda no duró mucho. La guerra de Yemen y la crisis humanitaria resultante, la detención de activistas de derechos y la oposición política, y la ejecución de ciudadanos shiítas dieron una imagen supresiva y poco confiable de bin Salman. El último clavo en el ataúd de las reformas de bin Salma fue martillado por el asesinato de Yamal Jashoggi, un crítico abierto del príncipe heredero, en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul. El cuerpo del periodista fue desmembrado y disuelto en ácido.
Buscando salvar las armas y los contactos económicos con los saudíes y también para impulsar el "acuerdo del siglo", Trump ofreció su apoyo a bin Salman frente a las presiones globales. Sin embargo, con su derrota en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, las cosas cambiarán.
"Yamal Jashoggi y sus seres queridos merecen responsabilidad", dijo el entonces candidato Biden en un comunicado oficial en octubre que marcó el segundo aniversario del crimen. Ha habido informes de que agentes saudíes con órdenes directas y explicitas de Muhammed bin Salman lo mataron y desmembraron. "Bajo una administración Biden-Harris, reevaluaremos nuestra relación con el reino, pondremos fin al apoyo de Estados Unidos a la guerra de Arabia Saudí en Yemen y nos aseguraremos de que American no verifique sus valores en la puerta para vender armas o comprar petróleo".
El príncipe heredero ha negado hasta ahora tener conocimiento del crimen y en septiembre condenó a cinco hombres a muerte y tres a prisión por el despiadado asesinato. Sin embargo, la implementación de las sentencias no fue supervisada por una organización internacional, y Saud Al-Ghahtani, el arquitecto del crimen, fue restaurado silenciosamente a su puesto en la corte real.
Ahora bin Salman, consciente del gusto occidental especialmente de los medios occidentales, hizo los cambios educativos principalmente para hacerse pasar por comprometido con la salida del reino de la ideología y el radicalismo wahabí y también para dar luz verde a la normalización en un intento por persuadir a los lobbies israelíes en los EE.UU. para evitar presiones sobre Riad, ya que Biden toma el poder y Trump se va.
Según el Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar (IMPACT-SE), Arabia Saudí eliminó el material sobre los planes del Armagedón y el sionismo para expandir las fronteras del régimen israelí desde el Nilo hasta el Éufrates.
La medida fue recibida con críticas sobre la naturaleza del espectáculo de las reformas, ya que el profesor Hassan Farhan Maliki, un científico saudí, todavía está en la cárcel y enfrenta una sentencia de muerte por su llamado a la libertad de creencia y también críticas contra algunas medidas de los wahabíes.
Fatah Panditth, autor de “Cómo ganamos: cómo los empresarios de vanguardia, los visionarios políticos, los líderes empresariales iluminados y los expertos en redes sociales pueden derrotar la amenaza extremista”, cree que las palabras y los hechos del reino árabe deben coincidir. Pandith, señalando los miles de millones de dólares gastados para exportar libros que contienen material radical y sermones de predicadores salafistas, revela la contradicción saudí en palabras y hechos.
Este dualismo se puede observar aparentemente en la reciente represión contra los shiítas en Al-Awamiyah al este del país, la demolición de sus lugares sagrados y también la represión de los activistas de derechos humanos.
El mes pasado, el periódico Independent en un informe detallado arrojó luz sobre las lamentables condiciones de los presos políticos y las mujeres en las cárceles saudíes.
El informe, organizado por Grant Liberty, una organización de derechos humanos con sede en Londres, dijo que las activistas por los derechos de las mujeres encarceladas y las prisioneras políticas han sido agredidas sexualmente, torturadas y muertas en cárceles saudíes. Más de 300 presos políticos han sufrido abusos contra los derechos humanos desde que Muhammad bin Salman se convirtió en príncipe heredero del reino en el año 2017. El informe dice que 20 de los presos fueron arrestados antes de la edad legal, 5 fueron ejecutados y 13 están en espera de ejecución. 27 mujeres activistas están en la cárcel y 6 corren riesgo de abuso sexual, continúa el informe.
La activista por los derechos de las mujeres Luyain Al-Hazlul, de 31 años, es una de las mujeres que están en prisión. Fue arrestada en 2018 y recientemente sentenciada a 20 años de prisión. Fue sometida a una serie de torturas que incluyeron descargas eléctricas, azotes y abuso sexual.
Esto lleva a la conclusión de que las recientes reformas de Bin Salman tienen fines políticos y son como un circo solo para el público occidental.
Traducido en exclusiva por ABNA24 redacción española
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