Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - El 3 de enero de 2020, una noticia sacude al mundo, especialmente el de la resistencia contra la arrogancia. El comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el teniente general Qassim Soleimaní, cayó martir.
El ataque fue perpetrado por drones estadounidenses por orden directa del presidente, Donald Trump. Junto con el teniente general Soleimani, también, fueron asesinadas ocho personas más. Una de ellas, Abu Mahdi Al-Mohandes, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Iraq, Al-Hashad Ash-Shabi.
Todo el mundo islámico expresa sus condolencias por el martirio. Su muerte causó un dolor profundo en los corazones de millones de iraníes. Centenares de ciudades de Irán se vistieron de negro. Abrazaron el cuerpo de su comandante y sus compañeros. Les dijeron el último adiós en una marcha de gloria y respeto.
Todo el país gritaba contra el imperialismo. Exigía una venganza. El pueblo sabía muy bien que la razón detrás del asesinato de su héroe en la lucha antiterrorista es la frustración que genera en Washington el Eje de Resistencia frente a sus conspiraciones con el régimen de Israel en la región de Asia Occidental.
La noche del funeral del comandante fue un buen momento para vengarse. Toda la batería estaba cargada. Centenares de misiles fueron lanzados a una base terrorista de los estadounidenses desplegados en Iraq. El blanco fue la base aérea Al asad en la provincia de Ambar.
Sin embrago, aún queda la venganza final. la salida de las fuerzas estadounidenses y sus lacayos de la región de Asia Occidental.
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