En nombre de Dios, Clemente y Misericordioso
Alabado sea Dios, Señor de los Mundos, y vayan las bendiciones y la paz con nuestro maestro Muhammad, Sello de los Profetas y Más Noble de Todas las Criaturas, así como con su familia excelsa y pura, sus compañeros selectos y quien los siga en benevolencia hacia el Día de la Recompensa.
Palestina, la más importante y viva causa de la Umma
La cuestión de Palestina sigue siendo la cuestión más importante y viva de la Umma. Las políticas del injusto y sanguinario sistema capitalista han privado a una nación de control sobre su hogar y su patria y tierra ancestral, estableciendo en ella un régimen terrorista y a un pueblo extranjero.
Lógica del establecimiento del régimen sionista
¿Acaso hay algo más endeble y sin fundamento que la lógica huera del establecimiento del régimen sionista? Según afirman ellos mismos, los europeos cometieron iniquidades contra los judíos en los años de la Segunda Guerra Mundial, y por eso los judíos deben ser vengados ¡dejando sin hogar a un pueblo del oeste de Asia y cometiendo atroces matanzas en su tierra!
Tal es la lógica en que se han basado los Gobiernos occidentales en su lunática defensa sin fisuras del régimen sionista, impugnando así todas sus propias atribuciones falaces sobre derechos humanos y democracia. Estas circunstancias, que mueven tanto a risa como a llanto, se mantienen desde hace más de setenta años, con el añadido ocasional de algún nuevo episodio.
La lucha contra el régimen sionista, un deber de todos
Desde el primer día, los sionistas convirtieron Palestina ocupada en base terrorista. Israel no es un país, sino un cuartel para el terrorismo contra la nación palestina y el resto de naciones musulmanas. Combatir a ese régimen sanguinario es combatir la injusticia y combatir el terrorismo, y es deber de todos.
La debilidad y la división de la Umma allanaron el camino para la ocupación de Palestina
Cabe señalar que, si bien el estado ocupante se fundó en 1948, los preparativos para la invasión de ese sensible punto de la región islámica comenzaron muchos años antes. Esos años coinciden con la intervención activa de Occidente en los países islámicos para hacer que imperaran el secularismo y el nacionalismo extremista y fanático, y para colocar en el poder Gobiernos despóticos fascinados por Occidente y obedientes a él. El estudio de los acontecimientos de aquellos años en Irán, en Turquía y en los países del Asia Occidental y África del Norte hacen patente la amarga verdad de que fueron la debilidad y la división de la Umma islámica lo que allanó el camino a la catástrofe de la ocupación de Palestina, golpe que asestó a la Umma el mundo de la Arrogancia.
Convergencia del Este y el Oeste con los capitalistas sionistas en la ocupación de Palestina
Resulta instructivo que, en aquel momento, tanto el bloque capitalista como el comunista convergieran con los acaudalados sionistas. En lo esencial, la conspiración fue diseñada y asumida por Inglaterra; los capitalistas sionistas se encargaron de ponerla en práctica con dinero y armas, y la Unión Soviética fue el primer Gobierno en reconocer el establecimiento del ilegítimo estado y enviar allí a gran número de judíos.
El régimen usurpador fue el resultado de aquel estado del mundo islámico, por una parte, y de las conspiraciones, agresiones e invasiones europeas, por otra.
Cambio en la relación de fuerzas del mundo actual a favor del mundo islámico
Hoy en día, la situación mundial no es ya como la de aquel entonces. Esta realidad debemos tenerla siempre presente. En la actualidad, la relación de fuerzas ha cambiado a favor del mundo islámico. Diversos acontecimientos políticos y sociales ocurridos en Europa y Estados Unidos han expuesto al mundo las profundas debilidades y trastornos estructurales, de gobierno y morales de los occidentales. Los incidentes de las elecciones de Estados Unidos y la muy reveladora prueba por la que han pasado sus pretenciosos y arrogantes dirigentes, así como la fallida confrontación con el coronavirus de Estados Unidos y Europa durante un año, con sus anécdotas vergonzosas, y la reciente agitación política y social en los principales países europeos son todos ellos signos de la trayectoria de declive y decadencia del campo occidental.
Por otra parte, vemos el crecimiento de las fuerzas de la Resistencia en las regiones islámicas más sensibles; el desarrollo de sus capacidades de defensa y ataque; el crecimiento de la conciencia de sí mismos, la motivación y la esperanza en las naciones musulmanas; el aumento del interés por los lemas islámicos y coránicos; el desarrollo científico, el incremento de la aspiración a la independencia y la autosuficiencia de los pueblos: buenas señales que auguran un futuro mejor.
Necesidad de convergencia de los países musulmanes en torno a Palestina y Al-Quds
En ese feliz futuro, la convergencia entre los países musulmanes ha de ser un objetivo fundamental, lo que no parece demasiado difícil de alcanzar. El eje de esa convergencia será la cuestión de Palestina, entendida como el país en su totalidad, y el destino de la Noble Al-Quds. Se trata de la misma verdad que guió el luminoso corazón del gran imam Jomeiní (que en paz descanse) hacia la proclamación del último viernes del mes de ramadán como Día Mundial de Al-Quds.
La convergencia de los musulmanes en torno al eje de la Noble Al-Quds es la pesadilla del enemigo sionista y sus protectores estadounidenses y europeos. El fracasado plan del «Acuerdo del Siglo» y el posterior intento de normalizar las relaciones de varios Estados árabes débiles con el régimen usurpador son esfuerzos desesperados por escapar a esa pesadilla.
Con rotundidad lo digo: esos esfuerzos no llegarán a ninguna parte. El movimiento de declive y decadencia del hostil régimen sionista ha comenzado ya y no se detendrá.
Factores decisivos en el futuro: la continuidad de la resistencia en los territorios ocupados y el apoyo mundial de los musulmanes a los combatientes palestinos
Dos importantes factores determinarán el futuro: el primero y más importante, la continuidad de la resistencia dentro de los territorios palestinos y el fortalecimiento de la línea del Yihad y el martirio; y el segundo, el apoyo mundial de los gobiernos y naciones musulmanes de todo el planeta a los combatientes palestinos.
Todos ―gobernantes, intelectuales, eruditos religiosos, partidos, grupos, jóvenes fervorosos y demás sectores― debemos hallar nuestro propio lugar en este movimiento general y desempeñar un papel. Es eso lo que neutralizará al enemigo y propiciará la realización propia del Fin de los Tiempos de la promesa divina: «¿O es que quieren preparar una trampa? Pues, los que tratan de ocultar la Verdad son quienes caen en la trampa» (Sagrado Corán, 52:42). «Y Dios siempre obtiene la victoria sobre lo que ordena, pero la mayoría de la gente no sabe» (Sagrado Corán, 12:21).
Quisiera ahora dirigirme un poco a la juventud árabe en su propia lengua.
En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.
Saludos a todos los nobles árabes y en especial a los jóvenes, así como al resistente pueblo de Palestina y Al-Quds y a los guardianes de la Mezquita Al-Aqsa.
Saludos a los mártires de la Resistencia y a la inmensa multitud de los combatientes que han dado su vida en esta causa; en especial, al sheij mártir Ahmad Yasín, al mártir Sayid Abbas al-Musawi, al mártir Fathi Shaqaqi, al mártir Imad Mugniya, al mártir Abdulaziz ar-Rantisi, al mártir Abu Mahdi al-Muhandis y, finalmente, a la destacada figura entre los mártires de la Resistencia que fue el mártir Qasem Soleimaní, cada uno de los cuales ejerció con su martirio una importante influencia en el campo de la resistencia.
La lucha de los palestinos y la sangre pura de los mártires de la Resistencia han logrado mantener enarbolado su bendito estandarte e incrementar cientos de veces la fuerza interior de la Yihad palestina. Hubo un día en que el joven palestino se defendía lanzando piedras; hoy, responde al enemigo lanzando misiles de precisión.
Palestina y Al-Quds son llamados en el Sagrado Corán «Tierra Santa», pero hace décadas que esa tierra pura está ocupada por los más impuros y pérfidos seres humanos, demonios que masacran a personas honorables y a continuación reconocen sus actos con desfachatez; racistas que desde hace más de setenta años atormentan con asesinatos, saqueos, encarcelamientos y torturas a los dueños del territorio, pero que gracias a Dios no han conseguido someterlos a su voluntad.
Palestina está viva y sigue luchando, y con la ayuda de Dios logrará finalmente vencer al pérfido enemigo. La Noble Al-Quds y Palestina entera pertenecen a su gente y a ella volverán, Dios mediante. «Eso no le supone a Dios esfuerzo alguno» (Sagrado Corán, 14:20).
En la cuestión palestina, todos los gobiernos y naciones musulmanes tienen deberes y responsabilidades, pero la base es la lucha de los propios palestinos, que son hoy, dentro y fuera de esa tierra, unos catorce millones de personas. Su unidad y su resolución podrán hacer algo grande.
La unidad es en la actualidad la mayor arma de los palestinos.
Los enemigos de la unidad palestina son el régimen sionista, Estados Unidos y algunas otras potencias políticas, pero si no se rompe la unidad dentro de la propia sociedad palestina los enemigos externos no podrán hacer nada.
El eje de esa unidad debe ser la lucha o Yihad interna y la desconfianza en los enemigos. No debe convertirse al enemigo principal de los palestinos ―Estados Unidos, Inglaterra y los pérfidos sionistas― en punto de apoyo de las políticas palestinas.
Ya estén en Gaza, en Al-Quds, en la Ribera occidental, en los territorios de 1948 o incluso en los campamentos, los palestinos conforman todos una sola unidad, y deben adoptar la estrategia de la integración. Cada parte debe defender a las demás y utilizar las herramientas que tiene a su disposición en los momentos de presión.
La esperanza en la victoria es hoy mayor que nunca. La relación de fuerzas ha cambiado mucho a favor de los palestinos. El enemigo sionista se ha hecho año a año más débil; su ejército, que se presentaba a sí mismo como «ejército nunca derrotado», se ha convertido hoy por hoy, tras las experiencias de la Guerra de los Treinta y Tres Días en El Líbano y las guerras de los Veintidós Días y los Ocho Días en Gaza, en un ejército que ya no verá el color de la victoria. Para ese régimen pretencioso, su situación política, que no ha podido evitar cuatro elecciones en dos años, y su situación en materia de seguridad, con los fracasos que sufre uno detrás de otro, así como el deseo creciente de los judíos por emigrar en sentido inverso, son causa de deshonor. El esfuerzo constante con ayuda de Estados Unidos por normalizar las relaciones con varios países árabes es en sí mismo una señal más de la debilidad del régimen, que por otra parte no le servirá de ayuda. Hace décadas que establecieron lazos con Egipto, y desde entonces el régimen sionista se ha vuelto mucho más vulnerable y débil. Así las cosas, ¿acaso podrán ayudarlo las relaciones con varios países débiles y miserables? Además, tampoco a esos países les será de ayuda esa relación. El enemigo sionista se apropiará de bienes o territorio de ellos, incrementando en ellos la corrupción y la inseguridad.
Claro está que estos hechos no deben hacer olvidar la enorme responsabilidad de los demás respecto a este movimiento. Los eruditos musulmanes y cristianos deben declarar la normalización haram, proscrita conforme a la ley religiosa, y los intelectuales y personas de espíritu abierto explicar a todos las consecuencias de esa traición, que es una puñalada por la espalda a Palestina.
En el extremo opuesto del proceso de declive del régimen, augura un futuro brillante el incremento de las capacidades del frente de la Resistencia, junto con el aumento de su potencia defensiva y militar, su autosuficiencia en la fabricación de armas efectivas, la confianza en sí mismos de los combatientes, la creciente conciencia de sí mismos de los jóvenes, la expansión del ámbito de la Resistencia a toda Palestina y fuera de ella, el reciente levantamiento de la juventud en defensa de la Mezquita Al-Aqsa y el eco simultáneo del combate y la opresión del pueblo palestino en la opinión pública de muchas regiones del mundo.
En cuanto a la lógica de la lucha palestina, tal como ha sido registrada por la República Islámica en documentos de las Naciones Unidas(1), es una lógica progresista y atractiva. Los combatientes palestinos pueden plantear un referéndum de todos los habitantes originarios de Palestina. Ese referéndum determinará el sistema político del país, y en él participarán los habitantes originarios, cualquiera que sea su etnia o religión, incluidos los refugiados palestinos. Ese sistema político hará regresar a los refugiados al interior del país y determinará el destino de los extranjeros allá asentados.
Esta reivindicación se basa en la democracia corriente aceptada en el mundo, y nadie puede poner en entredicho su carácter progresista.
Los combatientes palestinos deben continuar su legítimo y ético combate contra el régimen ocupante hasta que este se vea forzado a aceptar esa reclamación.
En el nombre de Dios, avancen y sepan que «ciertamente, Dios auxilia a quienes Lo auxilian» (Sagrado Corán, 22:40).
Con ustedes la paz y la misericordia de Dios.
(1) Plan de celebración de un referéndum nacional en Palestina
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