Entre las condiciones previas para la creación de una moneda única para los países islámicos, Mesbahi Moqaddam señaló la disminución de los aranceles y el incremento de las relaciones interbancarias, para a continuación aclarar que la divisa única es un proceso de largo plazo “que pueden iniciar los países del Grupo D8, y después participar en él otros países musulmanes”.
El parlamentario comparó la formación del sistema monetario islámico con la divisa europea, y advirtió de que “antes de instaurar esta moneda, ha de crearse y fomentarse un mercado común islámico”.
Igualmente, señaló la importancia reconocida de Irán en el abastecimiento de energía para los países del D8, y estimó que los países miembros del grupo pueden constituir economías “complementarias”, gracias a la disponibilidad de capital humano de bajo coste en algunos de los países miembros, mientras otros como Irán gozan de las fuentes de energía necesaria para abastecer a los distintos sectores productivos e industriales de estos países.