Hace tres décadas, en 1993, Maryam Rayavi fue nombrada “presidenta electa” de un Irán libre como lo imaginó su esposo, Masud Rayavi —el entonces cabecilla de la agrupación terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés)— después de que los miembros del llamado Consejo Nacional de Resistencia de Irán (seudónimo de Muyahidín Jalq) la votaran, teniendo en cuenta que era la única candidata. A partir de ese entonces, ha regido este grupúsculo sin que para ello haya mediado una pizca de democracia.
El objetivo de Maryam Rayavi en ese entonces era crear una marca feminista que ganara apoyo político en el Occidente entre los enemigos de Irán. Masud Rayavi la envió a Francia para realizar esta labor en concreto.
Por supuesto, dejando de lado sus políticas, tenemos muchos ejemplos de un liderazgo femenino fuerte. En contraposición a la líder del MKO, la dirigente nacionalista francesa Marine Le Pen es una mujer fuerte y capaz de llamar la atención y atraer un número considerable de seguidores, mientras es blanco de duras críticas. Por el contrario, Maryam Rayavi trata todas las críticas como una amenaza existencial.
Por otro lado, está la premier neozelandesa, Jacinda Ardern, que ha demostrado que es posible ser madre y, al mismo tiempo, liderar un país, mientras que Maryam Rayavi presidió histerectomías forzadas entre el cuadro de liderazgo femenino debido al capricho de su marido por mantener relaciones sexuales con ellas.
Desde su designación, Maryam Rayavi ha demostrado no tener carisma o ser incapaz de granjearse apoyos, hasta el punto de que se ha visto obligada a pagar para que tanto el público como los oradores —algunos funcionarios estadounidenses, occidentales y saudíes— asistan a los mítines del MKO.
Año tras año, bajo su liderazgo, el MKO se ha vuelto cada vez más tóxico e indefendible, llegando a convertir a su líder en persona non grata exactamente en aquellos países a los que intentó cortejar. A este respecto, EE.UU. nunca le ha permitido entrar en su territorio. El Reino Unido le permitió una breve visita en 1996. Francia, bajo la presión de un acuerdo negociado por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), se vio obligada a albergarla a ella y a su culto hasta que, en 2018, Rayavi fue expulsada de la Unión Europea (UE) y exiliada a Albania, país donde se halla la sede del grupo.
El MKO, un grupo desprestigiado para todo el mundo
El MKO cuenta con tan pocos seguidores que es incapaz de organizar su conferencia anual por sí mismo, razón por la cual, ha contratado a la empresa del lobby estadounidense BGR Group en Washington, con la que ha cerrado un acuerdo de 40 000 dólares para que planifique el evento, que va a celebrarse este año en curso en Albania de manera virtual debido a las restricciones por el coronavirus.
La lista de oradores bipartidistas puede, a simple vista, dar la impresión de que cuenta con el apoyo estadounidense, no obstante, todos ellos reciben una remuneración a cambio de su participación.
Cabe indicar que no se permitirá a ningún iraní subir al estrado junto a Maryam Rayavi y ello se debe a que ningún iraní estaría dispuesto a asociarse con la marca Rayavi, mancillada de sangre. Es más, la no participación de iraníes responde a la imposibilidad de que Rayavi se presente como la cabecilla de un grupo político, cuando en realidad es la única líder de un culto, cuyos miembros están sometidos a un estado de esclavitud moderna.
Para el evento, Maryam Rayavi ha dado instrucciones expresas a la empresa de Asuntos Gubernamentales BGR de que se concentre en el presidente recién elegido de Irán, Seyed Ebrahim Raisi, pero no desde la posición de un líder de un grupo de la oposición para desafiar sus políticas actuales, sino para cuestionar su papel en los sucesos que tuvieron lugar en 1988 al final de la guerra que el régimen baasista de Iraq le impuso a Irán.
Rayavi pretende arremeter contra Raisi cuando ella misma solo comanda a un grupo de esclavos desprovisto de toda voluntad y no goza del respeto, ni de la atención de los enemigos más acérrimos de Irán.
Después de la victoria de la Revolución Islámica en 1979, los miembros del MKO asesinaron a más de 17 000 iraníes inocentes. Durante la guerra entre Irán e Iraq, sus miembros fueron armados y equipados por el régimen baasista iraquí para luchar contra el país persa.
En 2016, el Gobierno iraquí expulsó a todos los integrantes del MKO de su refugio en el campamento de Ashraf, cerca de la frontera con Irán, hecho tras el cual se trasladaron a un campamento militar en Tirana, la capital de Albania.
El grupo terrorista estuvo en la lista negra de organizaciones extremistas durante años; en la UE hasta 2009 y en EE.UU. hasta 2012.
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