Según las fuentes iraquíes, al menos 45 personas perdieron la vida tras un violento incendio desatado el lunes por la noche en la unidad de COVID-19 del hospital Al-Husein de la ciudad iraquí de Al-Nasiriya, sita en la provincia sureña de Dhi.
Haidar al-Zamili, un portavoz de las autoridades sanitarias locales, afirmó, en una entrevista concedida a la agencia francesa de noticias AFP, que el fuego arrasó la sala de aislamiento de coronavirus, agregando que “las víctimas murieron de quemaduras”.
Asimismo, mencionó que se temía que algunas personas aún estarían dentro del edificio. La sala en sí tiene espacio para 60 pacientes.
Vídeos publicados en las redes sociales mostraban el edificio incendiado y enormes columnas de humo negro.
Un responsable del Ministerio de Salud ha confirmado que el fuego fue controlado y el proceso de la búsqueda continúa. Se prevé que la cifra de víctimas mortales aumente.
Al respecto, declararon que, entre los fallecidos se encuentran personal del hospital y un funcionario del Ministerio del Interior posiblemente un guardia de seguridad.
Luego del incidente, el responsable de la Oficia de Salud de la provincia de Dhi Qar renunció a su cargo. La misma Oficina ha declarado situación de emergencia tras el trágico incendio.
A pesar de que no está claro la causa del incidente, por lo general, los centros de aislamiento del coronavirus contienen una gran cantidad de cilindros de oxígeno, que pueden provocar enormes explosiones, si el fuego los alcanza.
Tal incendio es el segundo ocurrido el lunes. Más temprano, se produjo uno en la sede del Ministerio de Salud de Bagdad, capital de Iraq. Sin embargo, fue contenido rápidamente y no se registraron víctimas mortales.
En esta línea, una tragedia similar acaeció en abril pasado, al menos 80 personas murieron en el incendio del hospital Ibn al-Jatib, en Bagdad, que albergaba en la sección de cuidados intensivos a pacientes por coronavirus, provocado por las débiles condiciones de seguridad en el almacenamiento de cilindros de oxígeno.
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