La cadena estadounidense CNN, citando a dos funcionarios de Defensa norteamericana, que hablaron bajo la condición de anonimato, ha revelado este miércoles que las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. establecieron una “puerta secreta” en el aeropuerto de Kabul a fin de mantener a sus ciudadanos a distancia de las entradas principales, que se convirtieron en un objetivo más probable de ataques terroristas.
El medio ha indicado que, conforme al acuerdo, los talibanes recogían a los estadounidenses en “puntos de reunión” determinados entre sí, ubicados en los alrededores del aeródromo internacional Hamid Karzai en Kabul, la capital afgana.
En estos lugares, los miembros del grupo armado Talibán comprobaban las credenciales de los estadounidenses y los llevaban a una corta distancia hasta una puerta tripulada por las fuerzas del país norteamericano que estaban esperando para ayudarlos, precisa la información.
Asimismo, en paralelo y en el marco de otra medida confidencial, las tropas de EE.UU. del Mando Conjunto de Operaciones Especiales ayudaron a los ciudadanos del país norteamericano huir de Afganistán, utilizando servicios de atención telefónica para guiarlos en su ruta hacia el aeropuerto de Kabul.
Washington y sus aliados han pasado la mayor parte de los últimos 20 años en Afganistán, bajo el pretexto de luchar contra el grupo armado Talibán y de entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad afganas, pero al final no lograron impulsar una victoria decisiva.
El 15 de agosto, Talibán tomó el control de la capital afgana, Kabul, sin ninguna resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales, entrenadas por EE.UU., después de que el presidente Ashraf Qani, un aliado de Washington, huyera del país.
Desde entonces, miles de afganos que querían escapar del país se acumularon en el aeropuerto de Kabul en espera de los aviones extranjeros para que les salieran del país.
Durante los últimos días, el aeropuerto de Kabul ha sido blanco de varios atentados, reivindicados por la rama afgana del grupo terrorista de Daesh. En una de estas explosiones que tuvo lugar el 27 de agosto, murieron 170 personas, de los que al menos 13 serían militares de EE.UU.