En un informe difundido el martes, la oenegé británica pro derechos de la infancia reveló que cada cinco horas ha muerto un niño en el territorio afgano, una visión devastadora del costo mortal de la invasión de EE.UU. y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para los menores de esta nación de Asia Central.
El documento sostiene que el número real de víctimas infantiles directas del conflicto probablemente será mucho mayor que el estimado de 32 945, y esta cifra no incluye a los niños que han muerto por el hambre, la pobreza o alguna que otra enfermedad.
“Lo que queda después de 20 años es una generación de menores cuyas vidas enteras han sido arruinadas por la miseria y el impacto de la guerra. La magnitud del sufrimiento humano de las últimas dos décadas está más allá de la comprensión”, lamentó el director regional de Asia de Save the Children, Hasan Noor.
::::
245