«Los aspectos de mi vida pudieron haber sido vistos como loables en otros que de repente fueron vistos como sospechosos en mi caso por no aparentar otra cosa más que mi grupo étnico y mi religión», dice el Sr. Yezza en un artículo escrito para el periódico The Guardian.
«Yo era culpable de ser el más extraño de las criaturas: un musulmán que lee, que estudió ingeniería mientras escribe sobre Bob Dylan, que fue un opositor público de la guerra de Irak y que todavía tiene todos los escritos de Christopher Hitchens, que admira a Terry Eagleton y que defiende a Martin Aims, que entrevista a Kazuo Ishiguro, que escucha a Leonard Cohen, y que va a los conciertos de Rariohead».
El Sr. Yezza fue arrestado por sospecha de ‘instigar, preparar y comisionar’ actos de terrorismo.
Los cargos giran alrededor de su posesión de un documental llamado ‘Manual de entrenamiento de Al-Qaeda’, que un amigo le bajó por Internet.
«Un amigo mío que también es estudiante de política llamado Rizwaan Sabir, y que fue arrestado, bajó el archivo de la página web del Departamento de Justicia de los Estados Unidos mientras realizaba una investigación de terrorismo para su futuro doctorado».
El Sr. Sabir le envió una copia del documento al Sr. Yezza, que edita una revista política, como el usualmente hace con todo material de investigación.
«Yo estuve expuesto a 20 horas de interrogatorios mientras que días enteros fueron totalmente desperdiciados por la policía ya que cada día revisaron todos los detalles de mi vida: mi activismo político, mis escritos, mi trabajo en el teatro y la danza, mi vida sentimental, mis fotografías, mis caricaturas, los suscriptores a mi revista, mi boletos de autobús».
Después de seis días en custodia, el Sr. Yezza fue liberado sin ningún cargo, pero su vida nunca volvió a ser la misma.
El escribió: «La vida está hecha añicos, el trabajo se perdió, el matrimonio fue destruido, las mentes están dañadas, los amigos y la familia están traumatizados, es irreversible».
El añadió: «Mis padres, que no tenían permitido llamarme, apenas pudieron dormir a través del sufrimiento. Muchos de mis amigos musulmanes de la universidad estuvieron, y todavía lo están, preocupados porque ellos mismos se convirtieron en sospechosos».
Se estima que en Gran Bretaña dos millones de musulmanes, han sufrido todo el impacto de las leyes antiterroristas después de los ataques del 7 de julio.
Continuamente se quejan del maltrato de la policía sin haber una justificación real sino solo por el hecho de ser musulmanes.
El mes pasado, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas menospreció a Gran Bretaña debido a los crecientes sentimientos anti-musulmanes, exhortándoles a revisar sus medidas antiterroristas.
El Sr. Yezza insiste en que: «La lucha antiterrorista en un tema serio y necesita ser abordado de una manera seria – no a través de medidas vacías sostenidas por temores o retóricas alarmistas».
«El verdadero peligro es que nosotros estamos siendo testigos de un desliz en la esencia del habeas corpus en Gran Bretaña, donde el inocente es detenido hasta que se compruebe su culpabilidad», denunció Yezza.