El Ejército de Yemen, apoyado por el movimiento popular Ansarolá, recuperó el domingo el control de la zona Wadi Al-Najala tras duros enfrentamientos con las fuerzas de la llamada coalición árabe y los terroristas de Al-Qaeda, reclutados por Arabia Saudí.
Tras dominar Wadi Al-Najala, el Ejército yemení y los comités populares aumentaron su presencia en la zona y sus alrededores con el fin de estar preparados para repeler cualquier posible ataque de la coalición saudí.
Este avance de las fuerzas yemeníes se produjo la misma jornada en la que las Fuerzas Armadas de Yemen continuaron con éxito una nueva operación, llamada “Al-Bas Al-Shadid”, en Marib, causando la muerte y herida de cientos de los mercenarios de Arabia Saudí.
Además de causar bajas humanas, el Ejército yemení ha tomado una gran cantidad de botines de guerra.
Todas estas operaciones forman parte de una serie de ataques de represalia que protagonizan los combatientes yemeníes contra los objetivos militares y vitales de Arabia Saudí y sus aliados, en respuesta a una agresión sangrienta de más de seis años lanzada contra el país más pobre del mundo árabe, con la intención de restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi.
A pesar de que la agresión y el bloqueo impuestos por el reino árabe y sus aliados han convertido a Yemen en un “infierno”, según las Naciones Unidas, las fuerzas yemeníes han podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que ya son capaces de disuadir la agresión saudí y realizar ataques de represalia en el interior del reino árabe.
Por su parte, el portavoz del Ejército yemení, el teniente general Yahya Sari, dijo el mismo domingo que el número de operaciones de la unidad de misiles, contra enemigos y sus bases militares, ha llegado a 161 operaciones, de las cuales 128 operaciones se llevaron a cabo dentro de Yemen y 33 operaciones también se realizaron en el territorio saudí.
Conforme al vocero yemení, se utilizaron varios tipos de misiles durante estas operaciones.
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