En represalia por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general iraní Qasem Soleimani, y de Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, el Eje de Resistencia ha matado a dos comandantes de alto rango, uno estadounidense y el otro israelí, en una operación militar en la ciudad de Erbil, en el norte de Irak, según informó el lunes la página web The Cradle.
El portal, que se describe a sí mismo como una publicación dirigida por periodistas que cubren la región de Asia Occidental, citando a una fuente de seguridad de alto nivel del Eje de la Resistencia, ha identificado a los dos comandantes muertos como el teniente coronel estadounidense James C. Willis, de 55 años, de la Unidad Red Horse, y el coronel israelí Sharon Asman, de 42 años, de la Brigada Nahal.
La fuente no dio más detalles sobre el momento de los ataques contra los mandos fallecidos; sin embargo, The Cradle indica que tanto EE.UU. como Israel habían afirmado que sus comandantes murieron en accidentes separados y en diferentes días.
Por su parte, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) había afirmado el 27 de junio que Willis murió en un incidente que no fue de combate en la base de Al-Udeid de Catar, sin proporcionar más detalles. Y, según los medios israelíes, Asman perdió la vida el 1 de julio después de colapsar durante un entrenamiento físico en una base militar israelí.
Ante esas explicaciones el reporte desestima los informes de los medios de comunicación destinados a ocultar la verdad y, citando a la fuente de seguridad, remarca que las muertes de Willis y Asman ocurrieron en Erbil.
El teniente general Qasem Soleiman y Al-Muhandis, junto a otros compañeros, fueron asesinados en una operación terrorista realizada el 3 de enero de 2020 en Bagdad (capital iraquí), ordenada por el expresidente de EE.UU. Donald Trump.
El alto estratega iraní desempeñó un papel relevante en los cruentos combates contra los grupos terroristas en Irak y Siria, muchos de ellos respaldados por EE.UU., el régimen israelí y ciertas monarquías árabes, e insistió siempre en la necesidad de combatir al régimen de Israel y de la plena liberación de Palestina, razón por la cual había recibido amenazas de muerte, en concreto del servicio de inteligencia israelí, el Mossad.