Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – Durante el gobierno de los califas tiranos existía tal temor que la gente no tenía el aliento ni la valentía suficiente para rebelarse en contra de esos sediciosos, y aprovechar de la guía de los Inmaculados Imames, así como fundar un gobierno islámico verdadero; por ello las relaciones entre la comunidad y el Imam se encontraban sumamente limitadas, y tal y como dijimos anteriormente el gobierno de esa época trasladó a la fuerza al Imam Al-Hadi (P) de Medina al centro del califato de esos días o sea Samarra, y tenía a este Inmaculado completamente bajo vigilancia. A pesar de todo esto el Imam, soportando todos estos sufrimientos y limitaciones, nunca aceptó en lo más mínimo a esos opresores.
Es evidente que la personalidad divina y situación social en la que se encontraba el Imam, así como la lucha negativa y la falta de cooperación por parte de él hacia con los califas, los disgustaba y provocaba temor en estos sediciosos. Los Bani ‘Abbas constantemente se encontraban disgustados por esta situación, y finalmente llegaron a la única solución: apagar la luz de Dios, o sea asesinarlo.
Así fue como el Imam Al-Hadi (P), al igual que sus honorables antepasados, no falleció de muerte natural y fue envenenado durante el califato de Al-Mu’tazz Al-’Abbasi.
Y fue el tercer día del mes de Rayab del año 254 d.H. que falleció y fue sepultado en su casa en Samarra.
Al-Mu’tazz y sus seguidores trataban de mostrarse amistosos hacia el Imam; y al participar en la oración del muerto y el entierro del Imam ambicionaban cosechar a favor de sus viles propósitos, y engañando a la gente pretendían cubrir sus crímenes.
Según nuestras creencias shi’ítas, el siguiente Imam deberá realizar la oración del muerto para el Imam fallecido, y por ello antes de que el inmaculado cuerpo del Imam lo llevasen fuera de la casa, el Imam Hasan Al-’Askari (P) valioso hijo del Imam Al-Hadi (P) realizó la oración para su padre. Y cuando sacaron el cuerpo de la casa, Al-Mu’tazz envió a su hermano Ahmad Ibn Al-Mutawakkil para que ejecutara la oración del muerto en la calle llamada “Abi Ahmad”. Mucha gente participó en el funeral del Imam; todos lloraban y gritaban fuertemente.
Después de terminada la ceremonia regresaron el cuerpo de este Inmaculado a su casa y ahí lo enterraron.
“Los saludos de Dios sean para él y para sus purificados ancestros”.
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