En una ceremonia en la capital, Sanaá, el lunes por la noche, Abdul Malik al-Huzi advirtió sobre lo que calificó como “la amenaza más peligrosa” para las naciones musulmanas, que es “la alianza con sus verdaderos enemigos, los estadounidenses y los israelíes”.
“Nuestros enemigos buscan penetrar en la nación [islámica] desde adentro, como lo hicieron al reclutar a los regímenes saudí y emiratí para implementar sus objetivos”, afirmó ante un grupo de líderes tribales.
El líder yemení explicó que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), dos países agresores a Yemen, están desempeñando un papel de liderazgo en la materialización de los objetivos de los enemigos. “Nuestro principal deber es unir a la Umma (comunidad islámica) y fomentar la hermandad entre los musulmanes”, señaló.
Al-Huzi dejó claro que “aquellos que optaron por ponerse del lado de los enemigos y se unieron a sus filas en realidad cometieron un acto de alta traición contra sus patrias y naciones”.
“Cualquiera que esté del lado de los saudíes y los emiratíes, de hecho, se ha aliado con Estados Unidos e Israel”, subrayó el jefe de Ansarolá.
A la cabeza de una llamada ‘coalición’, Arabia Saudí y su aliado emiratí, respaldados por Estados Unidos, las potencias europeas y el régimen de Israel, lanzaron una brutal campaña militar contra Yemen en marzo de 2015 y desde entonces han causado la muerte a decenas de miles de civiles yemeníes mediante bombardeos directos y un asedio simultáneo.
A pesar del bombardeo incesante de Arabia Saudí contra el país empobrecido, esa agresión no ha logrado ninguno de sus objetivos y el Ejército yemení, respaldado por el movimiento popular yemení Ansarolá, ha podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que ya es capaz de disuadir a los agresores, responder a sus crímenes y golpear sus objetivos militares y vitales.
::::
245