La montaña y el árido valle que la rodea, en la provincia de Logar, a dos horas en auto desde la capital, contienen una de las mayores reservas de cobre sin explotar del mundo.
“Docenas de empresas mineras chinas han visitado Kabul en los últimos meses en busca de contratos para las minas”, informó el periódico.
China está negociando con las autoridades talibanes para comenzar la minería en el sitio, llamado Mes Aynak, según funcionarios chinos y talibanes. Pekín también está en conversaciones para comenzar a trabajar en las reservas de petróleo y gas en el norte del país, Amu Darya. Ambos proyectos estuvieron suspendidos durante años debido a la guerra, que terminó cuando los talibanes tomaron el poder en agosto.
Los funcionarios estadounidenses dicen que les preocupa que China llene el vacío dejado por la retirada norteamericana de Afganistán. Pekín ha desarrollado una relación con los talibanes en los últimos años y mantuvo su embajada en Kabul en funcionamiento mientras las misiones occidentales huían tras la toma de poder de los talibanes.
Además, Irán, otro rival de EEUU, está en conversaciones para explotar un enorme depósito de mineral de hierro en el oeste del país. Teherán también ha mantenido buenas relaciones con los talibanes.
Afganistán es uno de los países más pobres del mundo, pero su geología montañosa alberga una inmensa riqueza: oro, piedras preciosas, carbón, petróleo y gas, litio y tierras raras. China ya controla la mayoría de los minerales de tierras raras del mundo, que se utilizan para fabricar una variedad de tecnologías, incluidos los componentes de los vehículos eléctricos y las pantallas táctiles de los teléfonos inteligentes.
Hace diez años, los expertos estadounidenses estimaron el valor de los recursos minerales de Afganistán en un billón de dólares. Si bien EEUU desplegó decenas de miles de tropas allí durante 20 años y gastó cientos de miles de millones de dólares, nunca pudo conseguir esta recompensa.
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