El Santo Profeta (Bpd) en el Shaabaniya Jutbah (sermón) ha mencionado algunas de las razones de la grandeza de este mes.
En este Jutba, el Santo Profeta (Bpd) lo describe como el mes de Dios, uno que es el mejor mes y cuyos días son los mejores días y cuyas noches son las mejores noches y cuyas horas son las mejores horas ante Dios. Es un mes en el que toda buena obra es aceptada por Dios y las oraciones son contestadas.
Según esta descripción, el Ramadán es una bendición y una gran oportunidad para los musulmanes cada año. Es por eso que aquellos que ayunan necesitan un camino claro para aprovechar al máximo esta oportunidad. Este camino ha sido definido por el Santo Profeta (la paz sea con él) en la jutbah de Shaabaniya.
El Santo Profeta (Bpd) recomienda hacer cinco cosas a quienes ayunan y soportan hambre y sed en Ramadán: ayudar y servir a los necesitados, respetar a los ancianos, ser amable con los niños, visitar a los familiares y ser amable con los huérfanos.
Si bien estas buenas acciones se recomiendan para todo el año, el Santo Profeta (Bpd) las ha mencionado en el Jutbah como una acción de valor especial en el mes sagrado del Ramadán.
Pero a lo que se le ha dado especial énfasis en el Jutbah es a prestar atención a uno mismo. El Santo Profeta (Bpd) ha enfatizado el uso del mes sagrado para mejorar la espiritualidad y elevar el carácter.
En opinión del Santo Profeta, mantener la lengua, los ojos y los oídos frente a los pecados y las cosas prohibidas y hacer esfuerzos para obtener una buena moral se encuentran entre los temas más importantes de este mes.
También se ha mencionado en este Jutbah que lo que eleva a la persona que ayuna a un estado especial es el arrepentimiento, la postración prolongada, servir Iftar a los fieles, evitar dañar a otros, decir oraciones, recitar Salawat y recitar el Corán.
Después de definir el camino a la salvación y un estatus elevado para aquellos que ayunan, el Santo Profeta les da las buenas noticias:
“¡Oh gente! Las puertas del Paraíso permanecen abiertas durante este mes. Pídele a tu Señor que no te los cierre; mientras las puertas de los fuegos del Infierno estén cerradas, pídele a tu Señor que las mantenga cerradas para ti.
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