Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - Como muestran los funcionarios turcos, el país es optimista sobre su victoria en Siria y, por lo tanto, está tratando de llegar a un acuerdo con los terroristas, marcando su zona en el norte de Siria con los takfiríes de Tahrir Ash-Sham y cavando profundas trincheras alrededor de Idlib. Esto se hace para evitar posibles enfrentamientos entre las fuerzas de los dos bandos.
Ha habido informes de armas turcas vendidas a terroristas de Tahrir Ash-Sham recientemente, lo que parece haber sido hecho con el objetivo de apaciguar al grupo y, a cambio, el grupo entregó varios prisioneros buscados a Turquía en una muestra de los dos lados acercándose uno al otro.
Turquía, como el mayor patrocinador de los terroristas, ha estado buscando el establecimiento de una zona de exclusión aérea en el norte de Siria durante años, y con el comienzo de la guerra de Ucrania, los líderes turcos vuelven a considerar este tema. Si la zona de exclusión aérea se implementa con éxito, los terroristas respaldados por Turquía en Idlib vivirán en paz.
Ankara busca ocupar el norte de Siria con el pretexto de luchar contra los terroristas del PKK para asegurar sus fronteras. Lo está haciendo para implementar sus planes fallidos ahora que Rusia, como el mayor partidario de Damasco, está ocupada con la guerra de Ucrania. Mientras Rusia ha reducido sus fuerzas en Siria para su despliegue en Ucrania, Washington y Ankara están aprovechando la oportunidad y buscando la ocupación completa del norte de Siria. El hecho de que el presidente Recep Tayyip Erdogan anunciara recientemente su intención de devolver a los refugiados al norte de Siria no es por lástima sino por el resurgimiento de los sueños para hacer realidad sus planes fallidos en Siria.
Impulsada por intereses económicos, Turquía jugó de manera conservadora en la crisis de Ucrania y no se puso del lado de Occidente contra Rusia. Pero ahora parece haber cambiado de estrategia y de planes para arrebatarle privilegios a Estados Unidos en Siria a cambio de acompañar la política occidental con respecto a Ucrania.
Para EE.UU., el nuevo juego en Siria son dos objetivos de un solo tiro. Washington, que perdió el juego ante Moscú en Siria durante la última década, ahora busca revertir una derrota de 11 años e implementar sus planes para Siria con la ayuda de Ankara. Los estadounidenses saben que, debido a la participación de Rusia en Ucrania, el papel ruso en Siria disminuirá, y esta es una buena noticia para que Washington fortalezca su posición en el norte de Siria y saquee con seguridad su petróleo y gas. El hecho de que Estados Unidos haya emitido recientemente un permiso de inversión en el noreste de Siria sugiere que está planeando una presencia a largo plazo en el norte de Siria y posiblemente la independencia kurda del gobierno central. Occidente busca convertir el conflicto de Ucrania en una guerra de desgaste para Rusia a fin de realizar sus planes sin perturbaciones rusas.
Desde otro aspecto, al transferir terroristas sirios a Ucrania, Washington quiere infligir grandes bajas a las fuerzas rusas. Funcionarios de Moscú han señalado recientemente que los estadounidenses están entrenando terroristas en Ucrania. Los terroristas, que no están contentos con los rusos y ven a Moscú como la principal causa del fracaso del establecimiento de su califato, buscan venganza aprovechando la oportunidad que ofrece la guerra de Ucrania. Con Ucrania equipada por Estados Unidos y otros aliados occidentales con armas modernas, el despliegue de terroristas desde Siria a los frentes de Ucrania puede inclinar la balanza a favor de Kiev. Occidente tiene un consenso en su determinación de derrotar a Rusia y utiliza cualquier medio, incluido el despliegue de terroristas desde Idlib hasta Ucrania, para este fin.
Aunque se alienta a EE.UU. y Turquía a volver a planificar la violación de la soberanía siria por la disminución del papel de Rusia en el país árabe, parecen haber olvidado que el gobierno sirio es esencialmente diferente ahora y está en una posición de poder. Sus aliados en el Eje de la Resistencia también están en su máxima preparación y actúan a pedido de Damasco.
Los movimientos y planes de los actores extranjeros durante los últimos 11 años se han centrado en respaldar a los terroristas y sus afirmaciones de apoyo al pueblo sirio han sido una farsa y no les han causado más que daños. La nueva aventura estadounidense-turca no solo no resolvería ninguno de los problemas sirios, sino que también traería graves consecuencias para la región y el mundo en medio de la guerra de Ucrania y desplazaría a millones más. Durante la última década, los sirios han llegado a la conclusión de que la piedad extranjera no resuelve sus problemas y que solo a través de la confianza en el gobierno central y la unidad nacional pueden vencer la crisis. Su participación masiva en las elecciones presidenciales del año pasado obviamente demostró esta creencia de ellos.
Traducido en exclusiva por ABNA24 redacción española
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