Al respecto, el intelectual Carlos Lepe Pineda, señala que dicho avance responde sobre todo a un factor poblacional y no tanto a un hecho sociológico de difusión religiosa.
“Los países musulmanes están creciendo a un ritmo mucho más acelerado que los países occidentales, en ese sentido aumenta en términos reales el número de musulmanes en el mundo, pero por conversión son realmente pocos”, explica.
Por el contrario, sostiene que en el cristianismo hay un crecimiento más lento porque en general los cristianos tienden a tener menos hijos, sobre todo en países del primer mundo y más aún en las grandes ciudades. Los factores demográficos por sí solos no explican la gran penetración del Islam en occidente, esto responde también a las características propias de esa religión.
A diferencia del catolicismo, la práctica del Islam no requiere de una institución o de una Iglesia. “El Islam no tiene una Iglesia, no tiene un poder central, eso hace que surja de manera más espontánea y se multiplique, así se observa que la Europa católica está cada vez más llena de mezquitas, de africanos y asiáticos que han emigrado a Europa llevando consigo la religión islámica”, subraya.
Esta penetración del Islam en Europa se vio favorecida por un proceso de “descatolización” por el que está atravesando desde hace 500 años. “Desde la Reforma europea el catolicismo ha ido perdiendo presencia tanto religiosa como social”.