La destrucción y la pérdida son inherentes al mundo de la materia. Entonces, ahora que estamos en un mundo de aniquilación, debemos estar listos para enfrentar las diversas pérdidas.
Uno de los principales problemas que siempre ha hecho sufrir a la humanidad a lo largo de la historia es el miedo a perder y siempre ha tratado de buscar la manera de evitar la pérdida.
Cuando sientes que algo es muy importante y le prestas demasiada atención, siempre tienes miedo de perderlo y te sientes muy decepcionado y triste si algún día lo que temías perder, lo pierdes.
Aquellos que consideran demasiado importante el mundo y sus ventajas y posibilidades, no pueden tolerar perderlas.
El Sagrado Corán describe este mundo como transitorio y trivial y nos dice que no le demos demasiada importancia.
"(Muhammad), diles: 'Los placeres de la vida mundana son triviales. La vida en el más allá es mejor para los devotos". (Sura An-Nisa, versículo 77)
Dado que estamos en un mundo transitorio, debemos estar preparados para perder cosas. Lo que importa es cómo actuar para que las cosas sean útiles y le den sentido a nuestra vida.
No podemos prevenir la muerte. La muerte llegará un día, es inevitable. Pero podemos elegir cómo vivir. Perderemos nuestra infancia, juventud y vida, pero es importante vivir de tal manera que hayamos ganado cosas valiosas en nuestra vida.
Siempre estamos en el proceso de perder cosas en la vida. Para ello debemos elegir un camino que merezca la pena.
Si nos damos cuenta de que después de este mundo nos espera un mundo mejor, no nos arrepentiremos de perder cosas aquí o de morir y dejar este mundo.
Debemos darnos cuenta de que no hay muerte sino pasar de un mundo a otro.
Lo que hace que la vida valga la pena es alcanzar la perfección. Debemos pasar nuestra vida tratando de alcanzar la perfección y el primer paso en esa dirección es darnos cuenta de cuál es nuestro deber en este mundo.