Entre los libros que he leído, dos me llaman la atención; La Ciudad de Dios y las Confesiones escrito por Agustín de Hipona. Después de eso, sentí la necesidad de revisar Nahyul Balagha (en español: La cumbre de la elocuencia).
Las relaciones entre estos libros son significativas. Agustín y el Imam Ali (P) tienen lugares especiales entre cristianos y musulmanes respectivamente y ambos hablan de confesiones. Los conceptos que Imam Ali (P) presenta en la súplica de Kumayl apuntan a una especie de confesión. Aunque, puede haber diferentes interpretaciones de eso.
“¡Oh Dios, perdóname por aquellos de mis pecados que destrozan las salvaguardas! ¡Oh Dios, perdóname por esos pecados que atraen adversidades! ¡Oh, Dios, perdóname por esos pecados que retienen la súplica!”. Lo que se describe como una buena obra para las personas buenas, en realidad puede ser un pecado para aquellos que tienen una posición más alta y están más cerca de Dios. Sin el sentimiento de ser un pecador, el Imam Ali (P) no podría haber alcanzado esa alta posición. Hay algunos puntos que necesitan ser explicados acerca de las características del Imam Ali (P).
Creo que, a pesar de algunos eruditos religiosos, el Imam Ali (P) era sensible a los problemas y las injusticias y no podía ignorar los problemas de la gente.
Deberíamos tener un estudio más profundo del Imam Ali (P) y las obras que se le atribuyen. Ver al Imam Ali (P) exclusivamente como una figura sagrada nos impedirá comprender sus nobles pensamientos e intuiciones.
El Imam Ali (P) es santo porque sus pensamientos son grandes y divinos. Su santidad se remonta a las orientaciones espirituales y divinas de sus pensamientos. Si lo estudiamos profundamente, podemos descubrir la grandeza de su carácter.
¡Ay Ali! ¡El dolor es que han olvidado que no eres un hombre hecho solo de palabras sino un hombre de realización! No aceptaste al gobierno para que la gente solo escuchara buenas palabras, sino que querías que la gente pudiera vivir y ser testigo de buenas y justas obras. ¡Ay Ali! Se escriben libros y poemas para alabarte, pero no hay nadie que busque tus enseñanzas ni siquiera del lado práctico; la realidad de la búsqueda de la libertad, la búsqueda de la justicia, la distribución equitativa de Bayt al-mal (bienes públicos) y la realidad de la moralidad y la espiritualidad.