Los pensamientos y la energía negativos alejan a los humanos de las metas e incluso de la humanidad. Mientras tanto, una persona exitosa es aquella que no deja que los pensamientos negativos ganen poder.
Según los líderes religiosos, la bondad se ha definido como luz y el pecado como fuego. El hombre puede mantenerse alejado del pecado o del fuego interior sólo recordando a Dios en todo momento; así es como la luz reemplaza al fuego. Siempre hay algo inflamable dentro de nosotros que puede conducirnos hacia el fuego.
El fuego interior se refiere a todas las acciones y pensamientos negativos, como el odio y el resentimiento, que llevamos dentro de nosotros. Una de las soluciones para enfrentarlos es perdonar como se ha destacado en las enseñanzas religiosas. De hecho, liberamos nuestras almas al perdonar a los demás.
Con la disminución o eliminación del fuego, la luz aumenta. Dios es la luz de los cielos y de la Tierra. Su luz es como [la que surge de] una hornacina en la cual hay una lámpara dentro de un recipiente de vidrio, tan brillante como un astro resplandeciente. La lámpara se enciende con el aceite de un árbol bendito de olivo, procedente de una zona central entre oriente y occidente, cuyo aceite por poco alumbra sin haber sido tocado por el fuego: Es luz sobre luz. Dios guía hacia Su luz a quien Él quiere, y expone ejemplos para que la gente recapacite. Él lo sabe todo. (35, An Nur)
Para poner un pie en el camino de la luz, debemos abandonar cualquier acción o pensamiento negativo. El fuego no puede afectarnos cuando somos puros. Esto también se manifestó en uno de los milagros de Hazrat Ibrahim (p) cuando un fuego real se volvió frío y seguro para él.