Sepultura y Discurso de Ali
La unanimidad de los Ulemas shiítas está de acuerdo que los restos de la Hija del Profeta fueron sepultados de noche. Se ha transmitido según la historia de Yaqubi que Fátima recibió una sepultura nocturna, y nadie, incluso Salman, Abu Dhar y Ammar estuvieron en su funeral. Amali Tusi también informa de una historia sobre él, Príncipe de los Creyentes, 'Ali b. Abi Talib quien dijo: “Él respondió a la propuesta de su tío Abbas b. 'Abd al-Muttalib, quien le ofrecía la organización de un gran funeral para Fátima. Alí respondió que Fátima le había pedido que su entierro se realizará en secreto. ”
Ibn Saad (uno de los Eruditos sunnitas) también informó que Fátima fue enterrada en la noche, y fue Ali (P) quien la enterró. Balâzurï también escribió el mismo en ambas historias. Bujari escribió: Su esposo lo sepultó en la noche y no permitió que Abu Bakr estuviera presente frente al cuerpo de Fátima.
El Muhadiz Kulayni, uno de los grandes Eruditos shiítas, cuyo libro (Kitab-ul-Kafi) es parte de una de las fuentes más antiguas, donde ha escrito que: “Cuando Fátima murió, el Príncipe de los Creyentes la enterró en secreto y borró las huellas de su tumba. Luego se dirigió a la tumba del Profeta y dijo:
"Oh Mensajero de Dios! ¡Le damos la bienvenida a su hija, que viene a su encuentro durmiendo a su lado bajo la tierra a tu lado! Dios quería que ella se uniera a usted antes que otros (se les uniesen).
Ella dijo que mi paciencia llegaría a su objetivo, y se me sería otorgado el dominio. ¡Pero no tengo más remedio que tener paciencia, ya que será después de tu ida!
Esta dicho que ser paciente dentro de la adversidad es parte de la tradición (sunnah)!
¡Oh Mensajero de Dios! ¡Tú que moriste en mi pecho! Fuiste enterrado por mis propias manos! Pero el Corán ha anunciado que finalmente todos hemos de regresar a Dios.
¡Ahora lo prestado llega a su Dueño! Zahra se ha ido de mis manos, descansando cerca de tí. ¡Oh Profeta de Dios! Luego de su partida el cielo y la tierra han perdido su belleza, y nunca cesará el dolor en mi corazón. Mis ojos están somnolientos, mientras mi corazón se está quemando de tristeza hasta que Dios me lleve a morar cerca de tí.
La muerte de Zahra fue un ataque continuo a mi corazón. Esta situación me llevó al punto de la confusión de quejarme con Dios, pero ahora le confío su hija a Usted. La Ummah luego de su muerte se ha vuelto injusta. Usted puede decir lo que quiera, pero le abriré mi corazón el cual se ha consumido en sangre. Sé que Dios es el mejor juez para ella, y hará juzgar a los opresores.
El saludo que te he dado, es un adiós que no viene desde la nostalgia, sino del entusiasmo, no me deprimiré, como tampoco mi alma, y si me quedo (en este mundo) prometo por Dios de no estar triste. La verdadera espera es cuando el paciente ha prometido esperar por su recompensa. Si la preocupación solo fuera el dominio de los opresores, me quedaría para siempre al lado de su tumba, pero cuando en esta gran tragedia, también muere un hijo, las lágrimas se convierten en arroyos.
Dios es testigo de donde está sepultada tu hija. Aún no han pasado muchos días desde tu muerte, y ya tu nombre se ha ido de la lengua de la gente, se han llevado su derecho y se han comido su herencia, me duele el corazón por usted, y me alegra el corazón recordarle, y es por eso que le saludo, dándole la paz de Dios sobre usted, y la paz de Dios sea sobre Fátima (P)"