Ha pasado más de un año desde que las fuerzas extranjeras se retiraron de Afganistán, pero los talibanes aún no han desarrollado la capacidad para estabilizar las condiciones de seguridad en el país devastado por la guerra. Los observadores y organizaciones internacionales creen que los grupos terroristas han intensificado sus actividades en todo el país. Nuevos grupos, además de al-Qaeda e Daesh-Jorasán, como el Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (ETIM), Tahrik-e-Taliban Paquistán (TTP), Jatiba Imam Al-Bujari, Movimiento Islámico de Uzbekistán, Yaish-e-Mohammed , y Lashkar-e-Taiban han intensificado sus actividades y lanzado ataques terroristas en todo el país.
Mientras tanto, los ataques del Daesh se han ido elevando a nuevas alturas día a día, lo que representa un desafío cada vez mayor para el régimen talibán, oficialmente llamado Emirato Islámico, que ya ha estado lidiando con grandes problemas incluso sin la presencia del grupo terrorista.
Según los datos recopilados por un experto en seguridad radicado en Suecia llamado Abdul Sayyed, entre el 18 de septiembre y el 30 de noviembre, el Daesh-Jorasán llevó a cabo 76 ataques contra las fuerzas talibanes, es decir, el 85 por ciento de todos los ataques terroristas en Afganistán, lo que es una cifra considerable. en comparación con solo ocho ataques en los mismos meses en 2020 lanzados por otros grupos terroristas en Paqistán y Afganistán.
Además de desafiar el poder de seguridad y la capacidad estabilizadora de los talibanes a los ojos de Afganistán y la seguridad internacional, el Daesh se está embarcando en nuevas estrategias y métodos de operación para ser un hueso en la garganta de los talibanes, ya que estos últimos luchan por aliviar la situación económica. y ganar aceptación y reconocimiento internacional para su régimen.
Anteriormente, el Daesh actuó a ciegas en operaciones terroristas y apuntó principalmente a civiles, especialmente chiítas, solo para mostrar su fuerza y atraer fuerzas, de manera que en menos de un año se duplicó el número de miembros del grupo en el país, pero en En los últimos meses, sus ataques son sofisticados y están destinados a hacer ineficaz al Emirato Islámico.
El martes, el Daesh llevó a cabo un ataque contra un autobús que transportaba trabajadores petroleros, una medida que aumenta el riesgo para las empresas extranjeras que buscan inversiones en Afganistán. En medio del recorte de la ayuda internacional y la congelación de los activos de Afganistán en el extranjero, es vital que los talibanes obtengan ganancias de las ventas de materias primas.
El Daesh también ha intensificado los ataques en el vecino Paquistán desde octubre, socavando un alto el fuego de un mes entre el gobierno paquistaní y los rebeldes del TTP en medio de los esfuerzos del ministro del Interior talibán, Sirayuddin Haqqani, para negociar la paz.
Los ataques se dirigieron contra un alto comandante de la red Haqqani en la región tribal de Waziristán del Sur de Paquistán y un clérigo político afiliado a un partido pro-talibán en la región tribal de Bayaur, donde las fuerzas de seguridad paquistaníes descubrieron un gran depósito de armas a principios de noviembre que dijo que pertenecía a el Daesh
El Daesh-Jorasán también intensificó su campaña de propaganda en urdu, el idioma oficial de Paquistán. En la versión electrónica de su revista publicada el 5 de diciembre, el grupo calificó de “antiislámicos” al gobierno paquistaní ya los eruditos islámicos a favor del diálogo con el gobierno central.
Los recientes ataques en Waziristán del Sur y Bayur, que son los bastiones del TTP y otras facciones locales de Takfiri, son señales de que el Daesh-Jorasán formaron nuevos núcleos en regiones a lo largo del cinturón tribal paquistaní.
Este asunto, además de ensombrecer las conversaciones de paz entre la TTP y el gobierno paquistaní con mediación talibán, está tensando las relaciones entre Islamabad y los talibanes, hasta el punto de que tras el intento de asesinato del máximo diplomático paquistaní en Afganistán, Islamabad retiró a su embajador de Kabul.
Con sus ataques, el Daesh también apunta a los incipientes vínculos talibanes con China.
A principios de octubre, la organización terrorista usó un bombardero uigur para atacar una reunión en la ciudad norteña de Kunduz, para ridiculizar la tendencia de los talibanes a asociarse con China. Los uigures son mayoría musulmana en la provincia china de Xinjiang.
Ciertamente, este ataque provocaría la sensibilidad de los chinos que están preocupados por los impactos del resurgimiento de los talibanes en Xinjiang.
En el futuro, incluso existe la posibilidad de que el Daesh-Jorasán idas para interrumpir las relaciones entre Kabul y los estados de Asia Central, e incluso India. India todavía está preocupada por su seguridad a pesar de que un ataque con aviones no tripulados de EE. UU. mató a Ayman alz-Zawahiri de Al-Qaeda, quien amenazaba a India.
Dado el hecho de que la economía de Afganistán se está derrumbando y la hambruna está sacudiendo la mayor parte del país, el dinero puede ayudar a ISIS a ganar más poder. En realidad, a los ojos de los expertos, la mejor elección que puede hacer el Daesh-Jorasán para fortalecer sus filas es reclutar a combatientes disidentes de los talibanes utilizando atractivos financieros y también reclutando a funcionarios de inteligencia y seguridad del régimen anterior que buscan vengarse de los talibanes y se inclinan a trabajar con él.
Faran Jeffrey, director del Think Tank con sede en Londres Teología Islámica del Contraterrorismo (ITCT), sugiere que existen todos los elementos necesarios para que el Daesh gane poder en Afganistán, como lo prueban los ataques contra los talibanes llevados a cabo por el grupo.
“Si su número va en aumento, creo que en un futuro no muy lejano se apoderarán de algunas regiones de los talibanes”, dijo.
Traducido por ABNA24