Debes saber que este mes es un mes de tristeza y congoja para Ahl-ul Bait (a.s.) y sus shias. Se transmitió de Imam Ar-Ridâ (a.s.) que: “Cuando llegaba el mes de Muharram a mi padre no se lo veía sonriente y lo invadía la tristeza y la pena constantemente hasta el día décimo. Cuando llegaba el Día de ‘Ashûra’, ese día era un día de desgracia, tristeza y llanto para él, y decía: “Hoy es el día en que Husein –la paz sea con él- fue martirizado”.
La Primera Noche: El Seîied (Ibn Tawûs) mencionó algunas oraciones meritorias para esta noche:
Primero: Cien rak‘ah o ciclos de oración (las cuales se hacen de dos en dos, como el Salât del Faÿr); en cada rak‘ah se lee la Sûra Al-Hamd y la Sûra At-Tawhîd.
Segundo: Dos rak‘ah. En la primera rak‘ah se lee la Sûra Al-Hamd y la Sûra Al-An‘âm, y en la segunda, la Sûra Al-Hamd y la Sûra Iâ Sîn.
Tercero: Dos rak‘ah. En cada rak‘ah se lee la Sûra Al-Hamd y once veces la Sûra At-Tawhîd.
Se transmitieron en las narraciones que el Enviado de Dios –que las Bendiciones y la Paz de Al·lah sean con él- dijo que: “Todo aquel que en esta noche realice estas dos rak‘ah de oración, y ayune a la mañana siguiente –que es el primer día del año-, es como aquel que todo el año permaneció en lo bueno, y queda protegido durante este año; y si muere entrará en el Paraíso”.
El Primer Día: Debes saber que el primer día del mes de Muharram es el primer día del año, y se transmitieron dos actos para este día:
Primero: El ayuno.
Se transmitió en una narración de Raîiân ibn Shabîb, que el Imam Ar-Ridâ (a.s.) dijo: “Todo aquel que ayune en este día e invoque a Al·lah, Él responderá a su súplica tal como respondió a la súplica de Zacarías (a.s.)”.
Segundo: Se transmitió del Imam Ar-Ridâ (a.s.) que en el primer día del Mes de Muharram el Enviado de Dios (s.a.w.) realizaba dos rak‘ah de oración, y cuando concluía elevaba sus manos y leía la siguiente súplica tres veces:
اَللّهُمَّ اَنْتَ الاِْلهُ الْقَديمُ وَهذِهِ سَنَةٌ جَديدَةٌ فَاَسْئَلُكَ فيهَا الْعِصْمَةَ مِنَ الشَّيْطانِ وَالْقُوَّةَ عَلى هذِهِ النَّفْسِ الاَْمّارَةِ بِالسّوءِ وَالاِْشْتِغالَ بِما يُقَرِّبُنى اِلَيْكَ
al·lahumma anta-l ilâh-ul qadîm ua hâdhihi sanatun ÿadîdatun fa as’aluka fîha al-‘ismata min-ash shaitân ual quwata ‘ala hâdhihi-n nafsil ammârati bis-sû’ ual ishtigâla bimâ iuqarribunî iliaka
¡Dios mío! Tú eres la Divinidad sin principio, y éste es un año nuevo; te pido en el mismo la indemnidad respecto de Satanás, y el poder sobre esta alma incitadora al mal, y el ocuparme de lo que me acerca a Ti.
يا كَريمُ يا ذَا الْجَلالِ وَالاِْكْرامِ يا عِمادَ مَنْ لا عِمادَ لَهُ يا ذَخيرَةَ مَنْ لا ذَخيرَةَ لَهُ يا حِرْزَ مَنْ لا حِرْزَ لَهُ يا غِياثَ مَنْ لا غِياثَ لَهُ يا سَنَدَ مَنْ لا سَنَدَ لَهُ يا كَنْزَ مَنْ لا كَنْزَ لَهُ
iâ karîmu iâ dhâl ÿalâli ual ikrâmi iâ ‘imâda man lâ ‘imâda lah iâ dhajîrata man lâ dhajîrata lah iâ hirza man lâ hirza lah iâ guiâza man lâ guiâza lah iâ sanada man la sanada lah iâ kanza man lâ kanza lah
¡Oh Generosísimo! ¡Oh Poseedor de la Majestuosidad y la Honra! ¡Oh Soporte de quien no tiene soporte! ¡Oh Provisión de quien no tiene provisión! ¡Oh Resguardo de quien no tiene resguardo! ¡Oh Auxilio de quien no tiene auxilio! ¡Oh Apoyo de quien no tiene apoyo! ¡Oh Tesoro de quien no tiene tesoro!
يا حَسَنَ الْبَلاءِ يا عَظيمِ الرَّجاءِ يا عِزَّ الضُّعَفآءِ يا مُنْقِذَ الْغَرْقى يا مُنْجِىَ الْهَلْكى يا مُنْعِمُ يا مُجْمِلُ يا مُفْضِلُ يا مُحْسِنُ
iâ hasana-l balâ’ iâ ‘adzîm-ar raÿâ’ iâ ‘izz-ad du‘afâ’i iâ munqidhal garqâ iâ munyia-l halkâ iâ mun‘imu iâ muÿmilu iâ mufdilu iâ muhsinu
¡Oh Quien pone a prueba bellamente! ¡Oh Quien conforma una magnífica esperanza! ¡Oh Grandeza de los débiles! ¡Oh Rescatador de los ahogados! ¡Oh Salvador de los condenados! ¡Oh Agraciador! ¡Oh Embellecedor! ¡Oh Favorecedor! ¡Oh Bienhechor!
اَنْتَ الَّذى سَجَدَ لَكَ سَوادُ اللَّيْلِ وَنُورُ النَّهارِ وَضَوْءُ الْقَمَرِ وَشُعاعُ الشَّمْسِ وَدَوِىُّ الْمآءِ وَحَفيفُ الشَّجَرِ يا اَللهُ لا شَريكَ لَكَ
anta-l ladhî saÿada laka sauâd-ul laili ua nûru-n nahâri ua dau’-ul qamari ua shu‘â‘-ush shamsi ua dauîi-ul mâ’i ua hafîf-ush shaÿari iâ al·lahu lâ sharîka lak
Tú eres Aquel ante Quien se prosterna la negrura de la noche y la luz del día, la luminosidad de la Luna y los destellos del Sol, la onda del agua y el susurro de los árboles. ¡Oh Dios! No tienes copartícipe.
اَللّـهُمَّ اجْعَلْنا خَيْراً مِمّا يَظُنُّونَ وَاغْفِرْ لَنا ما لا يَعْمَلُونَ وَلا تُؤاخِذْنا بِما يَقُولُونَ حِسْبِىَ اللهُ لا اِلـهَ اِلاّ هُوَ عَلَيْهِ تَوَكَّلْتُ وَهُوَ رَبُّ الْعَرْشِ الْعَظيمِ
al·lahumma-ÿ‘alnâ jairan mimmâ iadzunnûna ua-gfir lanâ mâ lâ ia‘lamûna ua lâ tu’âjidhnâ bimâ iaqûlûna hasbia-l·lahu lâ ilâha il·la hua ‘alaihi tauakkaltu ua hua rabbul ‘arsh-il ‘azhîm
¡Dios mío! Disponnos mejor de lo que (las personas) suponen. Perdona lo que ellos no saben (de nosotros). Y no nos reproches por lo que dicen de nosotros (y no merecemos). Dios es mi suficiencia. No hay divinidad sino Él. A Él me encomiendo y es el Señor del Trono Excelso.
آمَنّا بِهِ كلٌّ مِنْ عِنْدِ رَبِّنا وَما يَذَّكَّرُ اِلاّ اُولُوا الاَْلْبابِ رَبَّنا لا تُزِغْ قُلُوبَنا بَعْدَ اِذْ هَدَيْتَنا وَهَبْ لَنا مِنْ لَدُنْكَ رَحْمَةً اِنَّكَ اَنْتَ الْوَهّابُ
âmannâ bihi kul·lun min ‘indi rabbina ua mâ iadzdzakkaru il·la ûlûl albâb rabbanâ lâ tuzig qulûbanâ ba‘da idz hadaitanâ ua hab lanâ min ladunka rahmatan innaka anta-l wahhâb
Creemos en ello. Todo dimana de nuestro Señor. Y no lo recapacitan sino los dotados de intelectos. ¡Señor nuestro! No desvíes nuestros corazones después de habernos guiado, y concédenos una misericordia de Tu parte. Por cierto que Tú eres el que confiere en demasía.
El Sheij At-Tûsî dijo: Es preferible ayunar los diez primeros días de Muharram, pero el día décimo abstenerse de la comida y la bebida hasta después de la tarde (sin poner intención de ayunar).
El Seîied transmitió que es preferible ayunar durante todo este mes, y que su ayuno mantiene indemne al ayunante de todo pecado.
El Tercer Día: Es el día en que el Profeta Iûsuf (José –P-) salió de prisión. Al·lah facilitará los asuntos difíciles a todo aquel que ayune en este día y apartará de él la tristeza, y según un hadîz del Profeta (s.a.w.), sus súplicas serán respondidas.
El Noveno Día: Es el día de Tasû’â’. Se relata del Imam As-Sâdiq (a.s.) que dijo: “Tasû’â, es el día en que rodearon al Imam Husein (a.s.) y a sus discípulos en Karbalâ’ y en el que el ejército de Sham (Damasco actual) se reuniría para luchar contra él. Ibn Marwân y ‘Umar Sa’d (comandantes del ejército de Iazîd) se contentaron por la numerosidad de su ejército y por el escaso número de fieles del Imam Husein (a.s.) y se aseguraron de que no vendría para el Imam ningún otro socorro y que los iraquíes no los socorrerían”.
Luego dijo el Imam (a.s.): “Mi vida y la de mi padre se sacrifiquen por aquel impotente y solitario”.
La Décima Noche: (es la noche anterior al día décimo, día de ‘Ashurâ’). Respecto a esta noche, el Seîied (Ibn Tawûs) dijo que se aconseja realizar numerosas oraciones que tienen grandes méritos:
Entre ellas existen cuatro ciclos de oración. En cada ciclo debe recitarse: Sura Al- Hamd (Nº1) y cincuenta veces la Sura Al-Ijlâs (Nº 112). Ésta era una oración que realizaba el Imam ‘Alî (a.s.) y que se conoce como la Oración del Príncipe de los Creyentes. Luego de la oración, en la medida de lo posible se debe recordar a Dios, bendecir al Profeta (s.a.w.) y a su descendencia y maldecir a sus enemigos.
Según algunos dichos, quien quedara despierto en esta noche y adorara a Dios, tal adoración equivaldrá a la adoración de todos los ángeles y su recompensa a las acciones de setenta años. Si alguien tuviera la posibilidad de permanecer en esta noche hasta el alba en el Santuario del Imam, situado en Karbalâ’, en el Día del Juicio Final, Dios lo contará entre los fieles que fueron martirizados junto al Imam (a.s.).
Esta noche es la noche que el Imam (a.s.) y sus fieles pidieron plazo para poder dedicar a Dios el rezo y la lectura del Sagrado Corán.
El Imam (a.s.) y sus fieles, durante toda esta noche adoraron a Dios. La recitación del Corán se podía oír desde todos los rincones del campamento del Imam Husein (a.s.).
El Décimo Día: Es el día del martirio de Abû ‘Abdil·lah Al-Husein (a.s.), día de tristeza y dolor para los Imames Inmaculados (a.s.) y sus seguidores.
Es adecuado que los seguidores del Imam (a.s.) en este día no dediquen su tiempo a trabajos del mundo ni a comprar provisiones para sus casas.
Es recompensado todo llanto y cántico que recuerde al Imam Husein (a.s.); vestir de luto por el Imam; comportarse como si se hubiese perdido a un ser querido; saludar al Imam (realizar la Ziârah de ‘Ashûrâ’, la misma se halla en el capítulo de saludos, Ziârât, en Mafâtih Al-Ÿinân); maldecir a los asesinos del Imam y darse condolencias mutuamente, a través de las siguientes palabras:
اَعْظَمَ اللّهُ اُجُورَنا وَاُجورَكُمْ بِمُصابِنا بِالْحُسَيْنِ عَلَيْهِ السَّلامُ وَجَعَلَنا وَاِيّاكُمْ مِنَ الطّالِبينَ بِثارِهِ مَعَ وَلِيِّهِ الاِْمامِ الْمَهْدِىِّ مِنْ الِ مُحَمَّدٍ عَلَيْهِمُ السَّلامُ
a‘dzama al·lahu uÿûrana wa uÿûrakum bimusâbinâ bil husain ‘alaihi-s salâm ua ÿa’alana ua iîâkum mina-t tâlibîna bizârihi ma’a ualîih-il imâm-il mahdî min âli muhammadin ‘alaihim-us salâm
Que Al·lah aumente nuestra recompensa y la vuestra, por nuestro duelo por Husein –que la paz sea con él- y que nos disponga y os disponga de entre quienes procuran vengar su sangre junto a su walî el Imam Al-Mahdi (a.s.), de la descendencia del Profeta (s.a.w.).
Es preferible en este día, recordar los sucesos de aquel acontecimiento y llorar.
Se relata que cuando Moisés (a.s.) tuvo la misión de visitar al Profeta Jidr (a.s.) y aprender de él, el primer asunto que trataron fue aquél que este Profeta sabio (Jidr) le relatara detalladamente, respecto a todos los sucesos de Karbalâ’ y los sufrimientos que el Imam, sus compañeros y familiares padecerían. Luego ambos se echaron a llorar fuertemente.
También, se relata de Ibn ‘Abbâs que dijo: “En Dhîqâr visité al Imam ‘Alî (a.s.). El Imam me presentó un escrito con su propia letra y dictado por el Profeta (s.a.w.) y comenzó a leérmelo. En ese escrito estaban todos los sucesos de Karbalâ’, cómo y quién martirizaría al Imam Husein (a.s.), quién lo apoyaría y quiénes se martirizarían junto a él. Luego se echó a llorar fuertemente y yo también.”
Se relata que quien en este día visite la tumba del Imam Husain (a.s.) y ofrezca agua a los visitantes, es como si hubiera ofrecido agua al ejército del Imam y lo hubiera acompañado en aquel trágico día.
Es preferible en este día leer mil veces la Sûra Al-Ijlâs (nº 112).
Es preferible que los musulmanes en ese día se abstengan de comer y beber sin intención de ayuno hasta la tarde y desayunen en ese momento con comidas propias de la gente de la desgracia, tales como yogur natural o leche, y no con comidas exquisitas.
Banî Umâiiah (los Omeyas) consideraban que abastecer de provisiones su casa en este día poseía mucha misericordia, por ello dijo el Imam Ar-Ridâ (a.s.): “Quienes en este día dejen de preocuparse por los asuntos de este mundo, Dios le dará bienestar en este y el otro mundo. Para quien el día de ‘Ashurâ’ sea un día de tristeza y de lágrimas, el Día del Juicio Final, será un día de alivio y alegría para él y se contentará al vernos en el Paraíso. Quien en este día compre algo para su casa, pensando que el mismo es un día bendito, Al·lah no bendecirá dicha provisión y el Día del Juicio Final será resucitado junto a Iazîd, ‘Ubaidul·lah ibn Ziâd y ‘Umar ibn Sa‘d –que Al·lah los maldiga”.
Es preferible en este día, decir mil veces:
اَلّلهُمَّ الْعَنْ قَتَلَةَ الْحُسَيْنِ عليه السلام
al·lahumma-l‘an qatalatal husaini ‘ alaih-is salâm
¡Dios nuestro! Maldice a los asesinos de Husain –la paz sea con él.
De esta forma el Imam dejó en claro la falsedad de los dichos que los Banî Umaiiah falsificaron sobre la bendición de este día y que atribuyeron al Profeta (s.a.w.).
El autor de Shifâ’ As Sudûr, explica esto en profundidad cuando comenta el párrafo de la Ziârah de ‘Ashûrâ’ que dice: “¡Dios mío! por cierto que éste es un día que los Omeyas consideran bendito”. El resumen de ello es lo siguiente:
“La procura de bendiciones en este día por parte de los omeyas presenta varios aspectos:
El primero de ellos es que, tomaron como una tradición el hecho de abastecerse con provisiones en este día y consideraban que esas provisiones eran motivo de felicidad y abundancia hasta el año siguiente, tal como se ha mencionado repetidamente en las narraciones de Ahl-ul Bait (a.s.) donde se les recrimina y se les prohíbe hacer ello.
Otro aspecto es la realización de ceremonias festivas (‘id) y acciones propias de una festividad, como el hecho de ser dadivoso con la familia en este día, comprar ropas nuevas, recortarse el bigote y las uñas, estrecharse la mano, y otras cosas semejantes, que los Omeyas y sus seguidores realizaban.
Otro aspecto es el ayuno en dicho día, para lo cual inventaron muchas narraciones que enfatizan el ayuno (con todas sus condiciones) en este día.
El cuarto de los aspectos de tomar (indebidamente) como bendito al día de ‘Ashurâ’ es considerar que la súplica y el ruego por las necesidades son respondidas por Al·lah y para ello inventaron muchas virtudes para este día. Y enseñaban varias súplicas combinadas para confundir el asunto y sus actos se tornasen ambiguos, tal como la jutbah o disertación que ellos leían ese día respecto a que para cada profeta se menciona un honor en este día, como que, en este día se enfrió el Fuego de Nimrud (en el cual debía ser arrojado Abraham), se posó el Arca de Noé (a.s.), se ahogó el ejército del Faraón, Jesús (a.s.) fue salvado de los judíos, tal como cita el Sheij Sadûq de Ÿablah Mekkiah de que:
“Escuché a Meizam Tammâr –que Al·lah esté complacido de él-, que dijo: “¡Por Dios! Que esta comunidad matará al hijo de su propio Profeta (s.a.w.), en el mes de Muharram, en el día diez, y que cada facción de los enemigos del Creador, Glorificado y Exaltado Sea, dispondrá a éste como día de bendición. ¡Es como si ese día ya hubiese llegado y ya hubiese sucedido en el conocimiento de Dios, Glorificado Sea. Yo sé eso por un secreto que me llegó de Amîr Al-Mu’minîn (a.s.)...”.
Luego Ÿablah continua diciendo: “Dije: ¿Cómo es que la gente tomaría el día del asesinato de Husein como un día de bendición?”. Entonces Meizam lloró y dijo: “Inventarán hadices sobre que ese es el día en que Dios, Glorificado Sea, aceptó el arrepentimiento de Adán, siendo que Al·lah, Glorificado Sea, aceptó el arrepentimiento de Adán en el mes de Dhûl Hiÿÿah. Supondrán que es el día en que Al·lah, Glorificado Sea, sacó a Iûnus (Jonás) del vientre de la ballena, siendo que Al·lah, Glorificado Sea, sacó a Iûnus del vientre de la ballena en el mes de Dhûl Qa‘dah.
Supondrán que es el día en que el Arca de Nûh (Noé) se posó sobre el monte Ÿudî, siendo que el Arca se asentó el dieciocho de Dhul Hiÿÿah. Supondrán que es el día en que fueron abiertas las aguas del mar para Moisés, siendo que ello ocurrió en el mes de Rabî‘ Al-Auwal...”. En general, con toda esa aclaración y énfasis que se puso en la narración de Meizam, ello en realidad conforma una de las señales de la profecía y del Imamato, y un indicio de la legitimidad del Shiísmo, que haya brindado tales informaciones certeras. El contenido de ello concuerda con lo acontecido.
Lo sorprendente es que se compuso una súplica en base a esas mentiras, la cual se mencionó en un libro de alguno de entre los desatentos que no es de entre los expertos en la materia ni de entre los informados, quien distribuyó ello entre la gente común. Por supuesto que leer esa súplica se considera una bid‘ah o innovación en la religión y es algo prohibido.
No hay dudas de que esa súplica fue inventada por alguno de los nawâsib (esto es, aquellos que manifiestan rencor por Ahlul Bait) o alguno de los jawâriÿ, y ello complementa la opresión de los omeyas”.
Estas fueron las palabras del autor de Shifâ’ As-Sudûr en forma resumida.
Al final del día de Ashûrâ’ es adecuado recordar el viaje de las mujeres de la familia del Imam Husein (a.s.), sus hijas y niños, quienes en ese momento fueron hechos prisioneros por los enemigos en Karbalâ’ mientras se encontraban sumidos en la tristeza y el llanto, habiéndoles afligido una desgracia tal que no se le puede ocurrir a ninguna criatura y que la pluma no tiene la fuerza para escribir.
Entonces, levántate y envía tus saludos al Mensajero de Dios (s.a.w.), a ‘Alî Al-Murtadâ, a Fátima Az-Zahrâ’, a Hasan Al-Muÿtabâ y al resto de los Imanes de la descendencia de Al-Husein (a.s.). Exprésales tus condolencias por esas grandes desgracias con un corazón desazonado y los ojos llorosos, y lee la Ziârah Wâriz.
El día veinticinco: Según algunos sabios musulmanes, es el día del martirio del Imam Zain Al-‘Abidîn (a.s.).