Uno de los pecados más graves cometidos con la lengua es mentir, que es un pecado que a su vez puede conducir a otros pecados también.
Para comprender los diferentes aspectos de cualquier acción, necesitamos encontrar la motivación detrás de ella. El Corán indica la motivación detrás de la mentira en el verso 105 de Surah An-Nahl: "Nadie falsea la realidad excepto aquellos que no creen en los versos de Dios, ellos son los mentirosos".
Si uno confía en Dios, Su poder, Su conocimiento y Sus promesas, nunca dirá mentiras para ganar riqueza, posición u otras posesiones mundanas. No temería la pobreza o la pérdida de prestigio o posición y nunca diría mentiras para conservarlos.
Un punto importante acerca de mentir es que no solo es un pecado, sino también una acción que prepara el escenario para otros pecados.
El Imam Hassan Askari (la paz sea con él) dijo que todo mal está encerrado en una habitación y su clave son las mentiras.
Cuando los pecadores se sienten amenazados y temen la deshonra, comienzan a mentir para encubrir sus pecados. En otras palabras, decir mentiras les permite cometer diferentes tipos de pecados sin temor a que puedan ser revelados.
Una persona sincera, en cambio, evita los pecados porque sabe que no puede decir mentiras para ocultarlos.
En varios versos del Corán, Dios advirtió a los hombres contra la mentira, enfatizando que los mentirosos no alcanzarán la felicidad:
"Di: 'Aquellos que inventan mentiras contra Dios no prosperarán'" (versículo 69 de Surah Yunus).