Ordenó a Bilal que hiciera un llamado a la oración para reunir a la gente. El Profeta subió al púlpito y dijo: “Anhelo encontrarme con Dios, pero me entristece estar separado de mi pueblo. Escucha mi voluntad y transmítela a los ausentes. Esta es mi última palabra para ti en este mundo. Dios te ha pasado lo que debes y no debes hacer, obligaciones y prohibiciones, da a tus familiares y sírveles lo que comes, dales la misma ropa que usas, no oprimas. Estas personas son como tú. Si alguno oprime a sus subordinados, yo seré su enemigo el Día de la Resurrección. No oprimas a las mujeres. Si lo haces, todas tus acciones serán canceladas el Día del Juicio. Presta atención a tu familia y a su crianza, porque es un recado en tus manos. Recomiendo el amor por Ahlul Bait, el Corán y los ulemas, la oración y el zakat. No oprimís, porque Dios es el defensor de los derechos de los oprimidos que buscan refugio en Él. Practicad la piedad para el día en que todos volváis a Dios. Oh gente, sabed que me vuelvo a Dios (mi vida ha terminado), Deja la religión en confianza y te envío mis saludos a ti y a toda mi Umma, hasta el fin del mundo".
En Karbalá, después de que todos los hombres fueron asesinados excepto el Imam Hussain (P) y el Imam Saooyad (p), el Imam Hussain (P) dio un último consejo y dijo:
"Sé bueno con las personas que te rodean y trátalas bien". Luego, dirigiéndose a su hijo, el Imam Sayyad (P), dijo: "Saluda a los shiítas y diles en qué circunstancias tu padre dejó este mundo". Dígales que estén preparados para las dificultades del Día del Juicio."
El consejo del Profeta e Imam Hussain (P) sobre cuestiones morales, es decir, sobre tratar bien a la familia y a las personas que nos rodean, muestra que la moralidad juega un papel importante en la religión. Básicamente, traducir la religión en hechos es ética y en creencias es fe.