Agencia Noticiosa Ahlul-Bait (P)

Fuentes : Shafaqna
sábado

23 septiembre 2023

13:33:30
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Exégesis del Corán del Al-Mîzân de Allâmah Sayid Muhammad Husain at-Tabâtabâî, Sura al-Baqarah (Parte 3)

SANTIAGO. (ABNA) - Capítulo dos, sura al-Baqarah (La Vaca), doscientos ochenta y seis versículos – ¾ Medina.


إِنَّ الَّذِينَ كَفَرُواْ سَوَاءٌ عَلَيْهِمْ ءَأَنذَرْتَهُمْ أَمْ لَمْ تُنذِرْهُمْ لاَ يُؤْمِنُونَ (٦).  خَتَمَ اللَّهُ عَلَى قُلُوبِهِمْ وَعَلَى سَمْعِهِمْ وَعَلَى أَبْصَارِهِمْ غِشَاوَةٌ وَلَهُمْ عَذَابٌ عَظِيمٌ (٧ )

Da lo mismo que amonestes o no a los infieles: no creerán (6). Dios ha sellado sus corazones y oídos; una cubierta (una venda) hay sobre sus ojos; y tendrán un castigo terrible (7).

Comentario 

Corán: “Da lo mismo… no creerán”: Se trata de gente que adhería obstinadamente al rechazo de la fe y en cuyos corazones la incredulidad se había enraizado profundamente. Esto se puede inferir del hecho de que daba lo mismo advertirles o no, pues no se apartarían de su posición obstinada. Probablemente se refiere a los incrédulos de Quraish, quienes fueron los enemigos más acérrimos del Islam e hicieron todo lo que pudieron para extinguir la luz de la fe. Mantuvieron esa enemistad con tenacidad hasta que Dios los destruyó en Badr y otras batallas. La oración, “Da lo mismo que amonestes o no a los infieles: no creerán”, fortalece esta interpretación, pues no se puede aplicar a todos los incrédulos del mundo. De lo contrario, se cerraría la puerta de la guía. La misma afirmación se presenta primero en el capítulo Mecano Yā Sīn (36: 10). Después aparece en el capítulo que estamos tratando, el primero revelado en Medina (antes de la Batalla de Badr). Por lo tanto, lo más probable es que este versículo también se refiera al mismo grupo Mecano. En base a esto, en otros lugares se puede dar la misma explicación a la manifestación “quienes no creen” (traducida aquí como “infieles”), a menos que haya una razón en contrario.

Igualmente, en cualquier parte que en el Corán ha sido usada la expresión “quienes creen”, se refiere a los primeros musulmanes, a menos que haya una razón para considerar otra cosa. Este estilo de alocución se reservó para ellos como un protocolo de honor.

Corán: “Dios ha sellado… y tendrán un castigo terrible”. Dios ha imputado el sello a su propia acción, pero la cubierta sobre los ojos se atribuye a las personas. Ello indica que por propia decisión pusieron un velo sobre sus almas para impedir la llegada de la luz de la verdad. Luego, después de sus pecados e incredulidad, Dios pone allí otro velo o sello. Entonces la incredulidad y malas acciones quedan bajo dos velos, el primero puesto por las personas y el segundo por Dios.

Cuando veamos 2:26, “Dios no se avergüenza de proponer la parábola que sea, aunque se trate de un mosquito...”, explicaremos más esta cuestión.

Tanto la incredulidad como la creencia tienen diversos grados y rangos, y sus efectos también varían.

Tradiciones

Az-Zubairī informa que dijo a aṣ-Ṣadiq (as): “Dígame, ¿cuántos caminos de al-kufr (الكُفْرُ, incredulidad, infidelidad, encubrimiento de un acto incorrecto) existen, según el Libro de Dios?, ¡Poderoso y Grande es Él!”. El Imam (as) dijo: “De acuerdo con el Libro de Dios, la incredulidad es de cinco tipos. La incredulidad de la negación (que a su vez es de dos tipos), la incredulidad por indiferencia de lo que Dios ha ordenado, la incredulidad por desaprobación y la ingratitud.

Relacionado: Exégesis del Corán del Al-Mîzân de Allâmah Sayid Muhammad Husain at-Tabâtabâî, Sura al-Baqarah (Parte 2)

En cuanto a la incredulidad de la negación, es la negación del Señorío, se refiere a esos que dicen: “no existe ningún Señor (es decir, el Creador), ni existen el Jardín y el Fuego”. Así hablan dos grupos de incrédulos que se llaman ateos. Son quienes dicen, “nada nos destruye, excepto el tiempo” (C. 45:24). Es una religión que inventaron ellos porque les parecía buena, pero carecen de fundamentos para sostener ese punto de vista. Por eso Dios ha dicho (acerca de los ateos): “No tienen conocimiento de eso, solamente conjeturan” (C. 45:24) y creen que eso es así. También ha dicho Dios: “Da lo mismo que amonestes o no a los infieles: no creerán” (al-Kāfī).

En cuanto al segundo tipo, es el que corresponde a los que niegan después de conocer. Es decir, la persona niega (la existencia de Dios) pero sabe (muy bien) que Él es la verdad, y está convencido de ello (en el corazón). Dios ha dicho respecto a esa gente: “Y los negaron (negaron Nuestros signos) injusta y altivamente, a pesar de estar convencidos de ellos…” (C. 27:14); “…—antes acostumbraban a rogar por el triunfo contra los que no creían—, cuando vino a ellos lo que ya conocían (es decir, la aparición del Profeta), descreyeron de él. ¡Que la maldición de Dios caiga sobre los infieles!” (C. 2:89). Estas son las explicaciones de los dos tipos de negación.

La tercera forma de incredulidad es la ingratitud con los dones de Dios. A eso se refiere Dios cuando cita (al Profeta) Salomón (P): “…Esta es una gracia de mi Señor para probarme si soy o no agradecido. Quien es agradecido, lo es en realidad, en provecho propio. Y quien es desagradecido… entonces Mi Señor seguramente es Autosuficiente, Glorificado” (C. 27:40); “Si sois agradecidos, os daré más, y si sois desagradecidos… ciertamente Mi castigo es severo” (C. 14:7); “¡Acordaos de Mí, que Yo Me acordaré de vosotros! ¡Dadme las gracias, no Me seáis desagradecidos!” (C. 2:152). (En todos estos versículos Dios ha utilizado la palabra al-kufr: incredulidad, denotando ingratitud, ser desagradecido).

La cuarta forma de incredulidad es olvidar lo que Dios nos ha ordenado o ser indiferente a ello. Dice Dios: “Y cuando concertamos un pacto con vosotros: “No deberían derramar vuestra sangre ni expulsar de las ciudades unos a otros”. Lo aceptasteis, sois testigos. Pero sois vosotros los que os matáis y expulsáis a algunos de los vuestros de sus casas, haciendo causa común contra ellos con pecado y violación de la ley. Y, si acuden a vosotros como cautivos, los rescatáis. El haberlos expulsado era ya ilícito. Entonces, ¿es que creéis en parte de la Escritura y dejáis de creer en otra parte?” (C. 2:84-85). En estos versículos Dios les ha endosado la incredulidad porque no siguieron Sus órdenes y se debe advertir que si bien Dios los vincula con la fe no se la acepta y en consecuencia no se benefician con ella ante Él. Más adelante dice Dios: “… ¿Qué merecen quienes de vosotros que no hacen sino la ignominia en la vida de acá y ser enviados al castigo más duro el día de la Resurrección? Dios no descuida nada de lo que hacéis” (C. 2:85).

Y la quinta forma de incredulidad es la desaprobación. Dice Dios citando a Abraham (P): “… ¡Renegamos de vosotros! ¡Ha aparecido, entre vosotros y nosotros, hostilidad y odio para siempre mientras no creáis en Dios Solo!” (C. 60:4), es decir, renegamos de vosotros y los desaprobamos. Dice Dios describiendo a Iblīs cuando desaprueba a sus amigos del género humano el Día de la Resurrección: “…yo no creo (ser igual a Dios) cuando me asociasteis a Él…” (C. 14:22). Y también expresó Él: Dijo: “Habéis tomado ídolos, en vez de tomar a Dios, solo por el afecto mutuo que os tenéis en la vida de acá. Luego, el Día de la Resurrección, renegaréis uno de otros y os maldeciréis mutuamente…” (C. 29:25), es decir, algunos se separarán de otros.

Dice el autor: Esta tradición confirma lo que hemos mencionado previamente respecto a que la incredulidad tiene muchos grados y rangos.