Según un cuento del Imam Husayn (p), una persona que posee cinco características cruciales se convierte en alguien con quien los demás pueden conectarse. Estas personas contribuyen positivamente al bienestar humano, mientras que aquellos que no poseen estas características pueden tener dificultades para encontrar la bondad dentro de sí mismos y no lograr llevar la bondad a los demás.
La primera característica es poseer un intelecto sano. Esto significa basar las acciones en la racionalidad y dejar que la razón guíe la conducta. Un intelecto perfecto es aquel que conduce a la adoración de Dios. La segunda característica gira en torno a la religión, que comprende un conjunto de leyes basadas en valores que dictan acciones que implican obligaciones religiosas y la evitación de actos inmorales.
Una persona necesita una base religiosa sólida para lograr resultados positivos para sí misma y para los demás. La cortesía es la tercera característica de un ser humano perfecto. Es una característica preciosa que, si se transmite de padres a hijos, constituye un legado duradero. La modestia y la castidad constituyen la cuarta característica. Mantener la modestia implica evitar errores, abstenerse de hablar excesivamente y tratar los pecados con la seriedad que merecen.
La quinta característica se refiere a los buenos modales, que pueden mejorar la prosperidad. La falta de una moral adecuada puede resultar en la pérdida de oportunidades y desafíos tanto en esta vida como en el más allá.
Alcanzar la perfección, una buena vida y el éxito en este mundo y en el más allá implica adherirse a las enseñanzas del Sagrado Corán, del Profeta Muhammad y de Ahlul Bait (la paz sea con ellos). Descuidar estos principios puede llevar a las personas por mal camino y por caminos equivocados.