Según la ética islámica, esto tiene muchas consecuencias negativas, como desperdiciar la vida, humillarse en la sociedad, tener que disculparse ante los demás, allana el camino para pecados de la lengua como mentir, calumniar y alejarse de la misericordia divina, pérdida de tiempo en asuntos útiles, desvíos, debilitamiento del intelecto, etc.
Existe una amplia gama de este tipo de "deseo de hablar", desde hablar de temas inútiles hasta hacer declaraciones redundantes, hacer preguntas inapropiadas y ofrecer argumentos o teorías complejas a quienes no los entienden. Lógicamente, las conversaciones inútiles son injustas porque desperdician la vida de una persona, que es su recurso más importante.
El Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo en el Hadiz que hay siete puertas en el infierno, en cada una de las cuales están escritas tres frases, y en la quinta puerta está escrito: "No hables en vano, porque perderá la misericordia de Dios".
Según otro Hadiz del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), una de las acciones positivas para una persona es renunciar a lo que no mejora su condición. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) también aconsejó a Abu Dharr al-Ghifari que permaneciera en silencio, tuviera buen humor y evitara actividades innecesarias.
Los especialistas en ética han señalado muchas razones por las que la gente tiende a hablar y no hacer nada. Algunas de estas razones incluyen curiosidad inapropiada, pasar demasiado tiempo con los demás, tratar de llamar la atención de los demás y complacer intensamente a los demás.
Una de las mejores estrategias para evitar charlas innecesarias es reflexionar sobre el valor de tu vida. Hay que darse cuenta de que el tiempo precioso dedicado a hablar de temas inútiles no se recuperará y se perderán muchas oportunidades en la vida que podrían utilizarse para crecer y mejorar.
Los especialistas en ética han señalado muchas razones por las que la gente tiende a decir tonterías. Algunas de estas razones incluyen curiosidad inapropiada, pasar demasiado tiempo con otras personas, tratar de llamar la atención de los demás y simpatizar intensamente con los demás.
Una de las mejores estrategias para evitar las ganas de tener conversaciones dañinas es reflexionar sobre el valor de tu vida. Hay que darse cuenta de que el precioso tiempo dedicado a hablar de cosas inútiles no se recuperará y se perderán muchas oportunidades en la vida que podrían utilizarse para crecer y mejorar.