Irán dio una cautelosa bienvenida a la oferta de un nuevo comienzo en las relaciones con Estados Unidos, hecha por el presidente Barack Obama a través de un video divulgado ayer por cadenas de televisión de Medio Oriente, pero dijo que estaba esperando “acciones prácticas”, no sólo palabras.
El ministro del Exterior iraní, Manuchehr Mottaki, se limitó ayer a decir que la oferta del presidente estadounidense será evaluada.
“Estados Unidos quiere que la República Islámica de Irán tome su legítimo lugar en la comunidad de naciones. Ustedes tienen ese derecho, pero viene con responsabilidades reales”, dijo Obama en el mensaje de video sin precedentes para conmemorar el Año Nuevo iraní.
“Mi gobierno está comprometido con una diplomacia que aborde toda la gama de asuntos pendientes entre nosotros y con la búsqueda de lazos constructivos entre EU, Irán y la comunidad internacional”.
El mensaje, que puede verse en YouTube y la página de internet de la Casa Blanca, ha sido distribuido a las emisoras de televisión en Oriente Medio.
Es tradicional que el presidente de EU o el Departamento de Estado emitan un comunicado en el Nuruz o Año Nuevo iraní, aunque hasta ahora ese mensaje siempre se había dirigido al pueblo iraní, no a las autoridades, y su contenido era mucho más vago.
La incorporación a la comunidad internacional, precisó el presidente, “no se puede alcanzar mediante el terrorismo o las armas, sino a través de acciones pacíficas que demuestren la verdadera grandeza del pueblo y la civilización iraníes”.
Durante su campaña electoral, Obama había expresado su disposición a dialogar directamente con los países hostiles, entre ellos Irán. Durante su propia ceremonia de investidura, el mandatario aseguró que estaba dispuesto a “extender la mano si ustedes sueltan su puño”, un mensaje que desde entonces el Departamento de Estado ha repetido en diversas ocasiones.
Washington indicó que invitará a Irán, como país vecino, a una conferencia sobre Afganistán en La Haya a finales de este mes, y Teherán respondió que considerará la invitación.
Las relaciones diplomáticas entre EU e Irán se cancelaron en 1979, después de que un grupo de estudiantes iraníes irrumpiera en la embajada de Washington en Teherán y tomara como rehenes a 52 estadounidenses durante 444 días.
El predecesor de Obama, George W. Bush, incluyó a Irán en su “eje del mal”, junto a Irak y Corea del Norte y rechazó cualquier tipo de aproximación a la República Islámica, en tanto ese país no renunciara al programa nuclear que busca desarrollar, a su apoyo al terrorismo de grupos como Hezbolá y Hamas y a sus amenazas contra Israel.
El presidente israelí, Shimon Peres, también envió un mensaje al gobierno en Teherán en el que apeló “al noble pueblo iraní en nombre del antiguo pueblo judío, y le pido que reclame su lugar entre las naciones del mundo iluminado”, pero también criticó al presidente Mahmud Ahmadineyad por negar el Holocausto. El líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jamenei, afirmó a su vez que el progreso iraní es imparable y que las potencias extranjeras han bajado los brazos al percatarse de ello, pero eludió pronunciarse sobre el mensaje de Obama.