Ahmadineyad, que ha hablado de esta manera el miércoles por la tarde en un encuentro mantenido en la provincia sureña de Fars con familiares de mártires y mutilados de guerra, ha añadido a sus recomendaciones a aquellos países que ponen condiciones previas para dialogar y que dicen tener “todas las opciones sobre la mesa”, que “anunciéis las otras opciones y dejad de hablar de manera ambigua.” “No podéis hacer otra cosa con el pueblo iraní que mostraros humildes y ceder a la justicia y a la ley”, espetó.
“Habíamos quedado en que os comportaríais honestamente, pues de lo contrario, la respuesta del pueblo iraní será la misma que le dieron a Bush, al que enviaron a la historia”, agregó sin cambiar de interlocutor.
A continuación, Ahmadineyad recordó la pregunta que un corresponsal le hizo en Ginebra, de si deseaba exportar la Revolución islámica a todo el mundo. “Yo le respondí que la revolución del pueblo iraní ya ha sido exportada a todo el mundo. El pueblo iraní lo que quiere es acabar con la injusticia, la mentira, la infamia, el ocupacionismo, la agresión, la prepotencia, el engaño, el saqueo y las matanzas, y que la pureza, lo correcto, la justicia, la adoración a Dios, el amor, la paz y la seguridad sean lo que impere en la tierra.” Sobre la ira que algunas potencias sienten en temas como el de la explotación civil de la energía nuclear por parte de Irán, Ahmadineyad apuntó que “la respuesta a esto del pueblo de Irán es una respuesta coránica: moriros de rabia. Nada podéis hacer. Mientras al pueblo de Irán le asista el entusiasmo de la fe y tenga un vínculo con la línea del valiato y del imanato, las potencias nada podrán hacer.”