El 17 de septiembre, la confederación de sindicatos británica Trades Union Congress, que representa a 6,5 millones de trabajadores, aprobó apoyar la Campaña Internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel. Cinco días después, la unión sindical francesa Solidaires Industries se adhería a la campaña, siguiendo los pasos previos, entre otras, de las confederaciones sindicales de Irlanda, Escocia y Sudáfrica. Desde que fuera lanzada, en 2005, como una forma de lucha no violenta contra el régimen de ocupación y apartheid israelí sobre Palestina, como aquella que acabó con el régimen de apartheid sudafricano, el apoyo a esta campaña no ha cesado de aumentar, paralelamente al hartazgo de la sociedad civil internacional ante la pasividad, cuando no abierta complicidad, de muchos gobiernos con los crímenes israelíes.
La última esperanza de que se hiciera justicia, el Informe Goldstone, que acusa a Israel de haber cometido crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad en su última operación contra Gaza, empezó a esfumarse el 2 de octubre, cuando al rechazo del informe por EE UU e Israel se sumó, tras presiones estadounidenses, el del presidente de facto de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. Su postura impidió que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobara las recomendaciones del informe, que abrían la puerta a un enjuiciamiento de los responsables y a la imposición de sanciones a Israel.
Retirada de empresas
Es precisamente la matanza de 1.400 palestinos en enero, centro del Informe Goldstone, la que ha marcado un antes y un después en el apoyo internacional a esta campaña, que ya ha obtenido importantes éxitos, como la retirada en junio de la empresa francesa Veolia del proyecto de construcción del tranvía de Jerusalén tras perder 7.000 millones de dólares en contratos en toda Europa por la fuerte y coordinada campaña en su contra. Además, Noruega retiró en septiembre su inversión de la empresa Elbit Systems, tras la recomendación del Consejo de Ética del Ministerio de Finanzas, por su participación en la construcción del muro. Y en Brasil, la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional ha recomendado al Parlamento que no ratifique el tratado de libre comercio entre el Mercosur e Israel mientras éste no acepte la creación de un Estado palestino. La amplitud de esta campaña, que incluye un importante movimiento de boicot cultural, académico y deportivo, es tal que ya preocupa al Gobierno de Israel, como han dejado saber el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el AIPAC, el mayor lobby sionista de EE UU.
Otras medidas de boicot
Productos israelíes: El boicot también se puede llevar a cabo en la compra diaria. Los productos cuyo código de barras comienza por 729 provienen de Israel. Se puede consultar un listado de productos israelíes y empresas que apoyan a Israel aquí.
Boicot cultural, académico y deportivo: Organizaciones de académicos de todo el mundo han llamado al boicot académico de Israel, profesores de EE UU han creado la Campaña Estadounidense para el Boicot Académico y Cultural a Israel, 400 académicos británicos pidieron la anulación del Día de Israel en el Museo de Ciencia y denunciaron la complicidad de las universidades israelíes en la ocupación. Universidades de todo el mundo se sumaron a la Semana del Apartheid Israelí en marzo. Festival de Toronto: En septiembre, decenas de cineastas, actores e intelectuales, entre ellos Jane Fonda, Ken Loach y Danny Glover, denunciaron que el programa dedicado a Tel Aviv dentro del Festival de Cine de Toronto era la culminación de una campaña de propaganda para cambiar la imagen de Israel.
Estado español: La cantante israelí pseudopacifista Noa y el grupo de danza Mayumaná, además de la selección israelí y el equipo de baloncesto Maccabi, entre otros, como representantes del Estado de Israel, han sido boicoteados en diversas ciudades del Estado español.
Israelíes por el boicot: El boicot al Estado de Israel también es apoyado por intelectuales israelíes como Ilán Pappé, Haim Bresheeth, Uri Davis o Neve Gordon, y por organizaciones como Voces Judías Independientes, de Canadá.
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