“La División Sismológica del Instituto Geofísico del Ministerio Nacional de Infraestructura tratará de simular un terremoto al sur de Negev el jueves. El experimento, financiado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, es un proyecto conjunto con la Universidad de Hawai y es parte de un proyecto científico que tiene como objetivo mejorar las lecturas sismológicas y acústicas en Israel y su entorno en un radio de 1000 Km/621 millas.
El experimento trata de mejorar la compresión de las ondas sonoras en la atmósfera. Así, los científicos serán capaces de afinar el equipo sismológico israelí para advertir con antelación del peligro de terremotos. También se harán mediciones en otros países tales como Chipre, Grecia, Francia y Alemania.
Israel creará una explosión controlada con 80 toneladas de material explosivo que simulará la intensidad de un temblor tras un terremoto de magnitud 3. Seísmos naturales de similar intensidad ocurren en la región de Oriente Medio alrededor de una vez por semana sin que la gente los sienta.
En los últimos años, el Instituto Geofísico ha creado varias simulaciones de terremotos con el objetivo de calibrar su equipo. En junio de 2004, el instituto detonó 32 toneladas de explosivos al sur de Negev. En junio de 2005 fueron 20 toneladas las detonadas en las canteras de Beit Alfa, en el Valle de Jezrel, al sur de Galilea. El éxito de los experimentos ha contribuido significativamente a mejorar la precisión para identificar los terremotos en Israel.”
Así que, en otras palabras, la noción de que “partes interesadas” puedan causar un terremoto no es un asunto paranormal como alguno podría pensar. El hecho de que Israel esté metido de lleno en este tipo de asunto y trabajando junto con el Departamento de Defensa americano es interesante también. Aquellos que se burlan de ésto deberían recordar que hace unos años cuando unas personas valerosas estuvieron afirmando que Israel había desarrollado una bomba étnica (diseñada específicamente para matar a la gente de origen árabe) y que estaba robando órganos de palestinos, fueron calificados de mil maneras, desde teóricos de la conspiración a antisemitas. Ahora éstos son hechos reconocidos.
Como todas las cosas que tienen lugar en nuestro enrevesado mundo estos días, la pregunta que se debe hacer una y otra vez es ¿quién se beneficia? Cuando las noticias del terremoto saltaron a la primera plana y era obvio que lo principal de la cobertura no era el sufrimiento de los haitianos, sino el hecho de que Israel era el país a la cabeza en el envío de ayuda, hizo que me sintiera un poco impresionado. A ésto se le añade el hecho de que los Estados Unidos enviaron 10.000 soldados a la región y no del tipo de la guardia nacional que están más preparados para labores de rescate y ayuda, sino paracaidistas, es algo digno de atención también.
Además, del obvio beneficio para la imagen de Israel fruto de tal acontecimiento en el que muta de asesino sediento de sangre de palestinos de piel oscura y mujeres y niños libaneses a rescatador de haitianos de piel oscura, hay otra posibilidad a considerar – que esto se utilizó como demostración para el resto del mundo de que se ha desarrollado un nuevo arma, una cuya devastación no pueda atribuirse a otro país sino que fuera vista como un “acto de Dios” por todos, excepto por los líderes de los países en el punto de mira de Israel y los Estados Unidos.
Trabajando en connivencia con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, ¿Iría Israel tan lejos como para causar un terremoto colocando armas nucleares en ciertos lugares geológicamente sensibles, provocando la muerte de decenas de miles de personas con el fin de obtener una victoria de relaciones públicas en un momento en el que es despreciado en todo el mundo?
Quizás, deberíamos preguntárselo a los 1,5 millones de iraquíes muertos como consecuencia del 11S, que fue causado por el MOSSAD con el propósito de provocar la 1ª guerra mundial entre el islam y la cristiandad.
Haiti’s Natural Disaster–Made in Israel?
/112