El vídeo comienza con las imágenes de unos niños, peregrinos shiíes procedentes en su mayoría de la Provincia Oriental de Arabia Saudí, salmodiando una invocación religiosa. “¡Oh Dios!” claman. “¡Bendice a Muhammad, que la paz esté con él, y con la Casa de Muhammad!” La primera frase de este rezo es común para los musulmanes sunníes y shiíes, pero la segunda –refiriéndose a la familia del profeta— resume la diferencia clave entre las dos ramas principales del Islam. El Shiísmo cree que la sucesión de Muhammad (Bpd) como líder político-religioso de la comunidad musulmana corre a través de su linaje, en concreto de su primo y cuñado ‘Ali (P)y del hijo de ‘Ali, Husayn (P). Esta creencia es un desafío directo a la autoridad jurídica del clero sunní y, según temen los dirigentes sunníes, a la política también. El clero wahabí y el estado saudí consideran por tanto “no-islámica” la segunda frase de la plegaria de los niños, cuando no sencillamente herética. La misma actitud que muestran hacia el ritual Shií de veneración por el cual los peregrinos recogen tierra de los alrededores de las tumbas de importantes figuras religiosas, como proceden a hacer los niños en el vídeo. De hecho, la policía religiosa (sunní) adjunta a la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio interviene habitualmente para impedir tales hechos, pero en el vídeo se permite a los niños aproximarse a una losa de piedra y recoger un poco de tierra. Entonces, como alardea el título siguiente, “Tras causar estragos en la sepultura, fueron expulsados de allí por las fuerzas de seguridad”.
La versión del gobierno acerca de los hechos, en un tono abiertamente hostil hacia las imágenes del videoclip, afirma que los peregrinos “pisotearon” las tumbas de las esposas y compañeros del Profeta (Bpd). El vídeo asegura que esta supuesta ofensa, así como otros “rituales zoroástricos” e insultos a los compañeros del Profeta (Bpd), llevaron a las fuerzas de seguridad a dispersarles y provocó que los devotos sunníes chocaran con sus conciudadanos shiíes. Mientras suena una música triunfal, los autores alardean de que un joven local con “corazón de león” apuñaló a “uno de esos que rechazan el verdadero Islam” y bromean con que sólo la “misericordiosa” presencia de las fuerzas de seguridad protegió a los “nietos de Khosraw” de un daño mayor. [1] Estas imprecaciones –practicantes de fes pre-Islámicas, apóstatas, seguidores de antiguos emperadores persas—son viejas actitudes del prejuicio anti-shií en Arabia Saudí y en el resto del mundo. El segundo comentarista del vídeo de YouTube dice furioso: “Todos los apóstatas zoroástricos deberían ser expulsados de las tierras musulmanas”. Otro vídeo incluso llama a los niños shiíes “pequeños demonios”. [2]
La versión de los peregrinos shiíes sobre los acontecimientos es bastante diferente. Habían llegado a Medina el 20 de febrero para recordar el aniversario de la muerte de Muhammad (Bpd), que en 2009 fue el 24 de febrero. El mismo día, los shiíes conmemoran el paso de Hasan (p), el segundo Imam. Los peregrinos dijeron que la policía religiosa grabó en vídeo a las mujeres que iban con ellos, afrentando su piedad y pudor. Cuando un grupo de hombres, algunos de ellos maridos de las mujeres grabadas, pidieron a la policía que destruyeran o les entregaran las cintas, estalló el enfrentamiento. Policías armados se enfrentaron a cientos de manifestantes que coreaban consignas reverenciando a Husayn (P). En los días siguientes, la policía religiosa detuvo e hirió a docenas de personas. De acuerdo con los informes shiíes, muchos peregrinos se reunieron la noche del 23 de febrero para conmemorar la muerte del Profeta Muhammad (Bpd) pero no se les permitió entrar al cementerio. Se trasladaron a la plaza el cementerio y la mezquita del Profeta (Bpd). Allí, dicen, fueron atacados por sunníes que salían de la mezquita y por la policía religiosa.
Los comentarios hechos por el Príncipe Nayif, el ministro de interior que fue nombrado diputado príncipe de la corona en marzo tras los enfrentamientos de Medina, sugieren bastante a las claras cual versión de los hechos es más cercana a la realidad: “Los ciudadanos tienen tanto derechos como obligaciones; sus actividades no deberían contradecir la doctrina seguida por la Umma. Esta es la doctrina de los sunníes y nuestros rectos antepasados. Hay otros ciudadanos que siguen otras escuelas de pensamiento, y los que sean inteligentes entre ellos deben respetar esta doctrina”. [3] En otras palabras, los ciudadanos Shiíes de Arabia Saudí no deberían expresar sus creencias religiosas en público, como deferencia hacia las sensibilidades sunníes, que el príncipe curiosamente equipara a las de toda la comunidad mundial musulmana. A lo largo de la historia del reino, de hecho, el Shiísmo, que representa el 10% de la población total, ha sido objeto de discriminación a manos del estado. Los disturbios de Medina son parte de un patrón de levantamiento de la militancia Shií en respuesta a esa discriminación en todo el país, y particularmente en la Provincia Oriental, rica en petróleo, donde el Shiísmo constituye una mayoría. Elementos del régimen Saudí al menos, parecen tener un interés en la intensificación del conflicto.
Enfrentamiento con el estado
No es casualidad que salten chispas entre el Shiismo y el estado en al-Baqi‘. A principios del siglo XIX, cuando la Casa de Sa’ud acababa de conquistar Medina, el clero Wahabí que respaldó a los Saudíes, quienes a su vez habían sido apoyados por las fuerzas imperialistas británicas, ordenó la destrucción de las cúpulas que cubrían las sepulturas de los Imames Shiíes. En la doctrina Wahabí, la construcción de tumbas y mausoleos está prohibida como algo que fomenta la “adoración de santos”. [4] En el Islam shií, sin embargo, la visita a los santuarios es un pilar de la religiosidad popular, y los existentes en ciudades como Mashhad, Nayaf y Karbala atraen a millones de peregrinos cada año. Los activistas shiíes han denunciado en numerosas ocasiones el saqueo de las tumbas en sus denuncias al estado Saudí y a la postura Wahabí respecto del resto de escuelas y sectas teológicas. Miembros del partido de la oposición shií fundaron una editorial, la Fundación al-Baqi‘ para el Renacer Cultural, que publicó un libro sobre el asunto. [5]
Ha habido informes de que las fuerzas de seguridad y los alborotadores sunníes han convertido en su objetivo a la propia comunidad shií de Medina (conocida como la Najawila) a consecuencia de los enfrentamientos en el cementerio. La principal página web de noticias de la comunidad informó que la policía religiosa, las fuerzas de seguridad y los atacantes sunníes siguieron a los peregrinos de regreso a su barrio de al-‘Azziyyat. Allí continuaron golpeando a los peregrinos y a otros e incluso atacaron a la gente con cuchillos. [6] A la Najawila no le está permitido practicar rituales shiíes en la ciudad, y tienen que reunirse en granjas o en salas privadas que son empleadas como mezquitas. Al contrario que el Shiísmo de la Provincia Oriental, ellos representan una pequeña minoría donde viven, por lo que tradicionalmente son más prudentes a la hora de manifestar sus demandas de reformas y de libertad religiosa. Estos incidentes forman pues, parte de un nuevo movimiento de agresión por parte del estado. Las noticias sobre la represión del estado provocaron una ola de protestas en el extranjero. En Londres, Shiíes de varios países se manifestaron a las puertas de la embajada Saudí. El clérigo kuwaití Yasir al-Habib hizo, según se informa, un llamado a la creación de un “Gran Bahrein” una referencia a la patria mítica del Shiísmo del Golfo que se extiende desde Bahrein a través de la Provincia Oriental de Arabia Saudí hacia Kuwait e incluso Basora en el sur de Irak. [7] Pero las protestas más activas sucedieron en la Provincia Oriental.
“Intifada 1430”
Allí, a lo largo de la costa del Golfo, un grupo antes desconocido autonombrado Fuerza de la Juventud hizo un llamamiento al Shiísmo para salir a las calles en solidaridad con los Shiíes detenidos y heridos en Medina el 21 de febrero. Días después, hubo la primera manifestación en la ciudad de al-Qatif así como en las poblaciones cercanas de Safwa y al-‘Awwamiyya. El hecho mismo de las manifestaciones fue en sí extraordinario, ya que semejantes demostraciones públicas de disensión son ilegales en Arabia Saudí, y son normalmente suprimidas por el estado incluso si se trata de asuntos regionales. A finales de diciembre de 2008, las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud en una protesta Shií contra el bombardeo israelí de Gaza y se detuvo a más de una docena de personas en la Provincia Oriental. [8] Ya se habían dado concentraciones similares con anterioridad, por ejemplo, para apoyar a Hizbulláh en su guerra con Israel en 2006. Lo que había de nuevo en febrero fue que las manifestaciones afectaban a un asunto nacional –el trato sufrido por los shiíes en Medina—y exigieron explícitamente el final de la discriminación contra el Shiísmo en toda Arabia Saudí.
Tras los conflictos de Medina, surgieron varias nuevas organizaciones. El 24 de febrero, un grupo llamado los Hombres Libres de al-Qatif publicó una declaración acusando con dureza a la policía religiosa y acortando sardónicamente su nombre. “Querida Comisión del Vicio: Nos has deshonrado y has osado profanar el más puro de los lugares. ¿Qué es lo que debemos hacer?”. [9] Siguieron convocando grandes manifestaciones en al-Qatif y al-Hasa. Curiosamente, los Hombres Libres de al-Qatif, que pertenecen a la corriente principal shií de “Los Doce”, incluyen en sus términos a los grupos shiíes que viven en otras partes del país, incluyendo la Najawila y los Ismailíes de Nayran. A mediados de marzo, dirigieron otra declaración “a nuestro pueblo que lucha en la Península Arábiga en al-Qatif, al-Hasa, Nayran y Medina.”[10] Un grupo de profesores religiosos anónimos de al-Qatif y al-Hasa publicaron también una carta expresando su “gran enfado y repulsa” por los sucesos de Medina y culpando a la policía religiosa y a los “odiosos grupos takfiri ” por lo sucedido. [11]
Los enfrentamientos de Medina han dado lugar a una respuesta por parte de grupos shiíes más radicales de los que no se había oído hablar en algún tiempo. Hizbulláh al-Hiyaz, un movimiento de oposición acusado de varios ataques dentro y fuera de Arabia Saudí a finales de los ’80 y en los ’90, los más importantes de ellos las bombas en las Torres Khobar en 1996, hicieron una rara declaración de condena. [12] Hizbulláh al-Hiyaz es la única organización shií que se opone a cualquier compromiso con el régimen Saudí y que aboga en cambio por la lucha armada. La mayoría de miembros y simpatizantes de Hizbulláh al-Hiyaz fueron detenidos en 1996, muchos de ellos fueron torturados, y en lo sucesivo asumieron un perfil bajo. Entre los activistas shiíes, sin embargo, es bien sabido que ciertos clérigos y predicadores pertenecen a grupos llamados “la Línea del Imam” o “el Partido”, que básicamente son nombres tapadera de Hizbulláh al-Hiyaz. Durante las fiestas públicas en al-Qatif, la gente afín al movimiento organiza conferencias y se hacen representaciones teatrales del martirio de Imam Husayn (P).
Como un síntoma de este resurgir de la militancia, comentaristas y activistas se han esforzado en relacionar el enfrentamiento en el camposanto de al-Baqi’ con la Intifada de 1979-1980, cuando grupos shiíes inspirados en la revolución Iraní se alzaron en una campaña de desobediencia civil masiva que fue brutalmente reprimida por la Guardia Nacional. [13] Algunos han apodado los sucesos de Medina como la Intifada al-Baqi’. El portal web de Hizbulláh al-Hijaz hace un juego de palabras en árabe, uniendo Intifada Muharram 1400 (la fecha del anterior levantamiento en el calendario musulmán) a intifada al-Haram al-Nabawi wal-Baqi‘ 1430 (la fecha musulmana de los enfrentamientos junto a la mezquita del Profeta -Bpd- en Medina).
La amenaza de secesión
Pero quien mayor notoriedad ha acumulado durante esta oleada de protestas ha sido Nimr al-Nimr, clérigo de al-‘Awwamiyya, una humilde localidad casi enteramente shií rodeada de palmeras a las afueras de al-Qatif. El pueblo no es representativo del conjunto de la población shií, sino que es famoso en el Shiísmo por ser un lugar donde el sentimiento contra el estado Saudí es muy fuerte y las corrientes políticas radicales gozan de gran predicamento. Muchos miembros de los movimientos de la oposición Shií son oriundos de este pueblo que durante el levantamiento de 1979, según cuentan algunos activistas, fue llamado la República Islámica de al-‘Awwamiyya.[14] Nimr al-Nimr procede de una estimada familia de clérigos y líderes políticos. Su abuelo, el Jeque Muhammad bin Nasir al-Nimr, fue el líder de una revuelta popular contra la Casa de Saud en 1929-1930, un suceso con un peso importante en la literatura de la Organización de la Revolución Islámica en la Península Arábiga, la (hace tiempo disuelta) Organización Matriz de casi todo el Shiísmo de Arabia Saudí hoy en día. [15] El líder de la Organización, Hassan al-Saffar, escribió en uno de sus panfletos que las generaciones venideras deberían estudiar el ejemplo de Muhammad al-Nimr, “una estrella brillante en el cielo de los muyahidin,” para prepararse en el camino de la Revolución. [16] Este panorama confiere una gran credibilidad a Nimr al-Nimr como figura anti-gobierno a los ojos de muchos. Un informe del Grupo de Crisis Internacional le califica como un “renegado”, que desconfía profundamente del régimen y que se opuso incluso a las elecciones municipales en 2005. [17]
En 2007, Nimr al-Nimr, que estudió en Sayyida Zaynab en Damasco, entre otros lugares, se unió con una delegación de al-‘Awwamiyya al vicegobernador de la Provincia Oriental, Muhammad bin Jiluwi. Los delegados habían preparado una lista de demandas, pero al-Nimr había traído la suya propia. Declaró directamente que no podía haber buenas relaciones entre el gobierno y el Shiísmo mientras el estado hiciera la vista gorda ante las incitaciones sectaristas. Y lo que es más importante, planteó que los Shiíes, que habían habitado encima del petróleo del país durante cientos de años, deberían obtener una parte más justa de los ingresos por petróleo del reino. Estas exigencias fueron publicadas en internet y muchos Shiíes se felicitaron de que alguien expusiera el asunto de la distribución de la riqueza del petróleo. [18] Por comentarios como estos, al-Nimr ha sido encarcelado varias veces, y en cada ocasión ha sido rápidamente liberado, según creen muchos, gracias su popularidad en al-‘Awwamiyya.
Tras los enfrentamientos en Medina, cientos de manifestantes se unieron a Nimr al-Nimr en las calles. Las fuerzas de seguridad y la policía religiosa disolvieron a los manifestantes y se detuvo a varias personas, niños en su mayoría. Entonces al-Nimr pronunció lo que en los círculos Shiíes ha venido a ser conocido como el “Discurso de la Dignidad”, que se extendió rápidamente por internet. En un sermón del viernes en su pequeña mezquita, atacó a las políticas sectaristas del régimen y, de manera crucial, planteó la posibilidad de buscar la independencia respecto de Arabia Saudí: “Nuestra dignidad ha sido empeñada, y si no es… restaurada, haremos un llamamiento a la secesión. Nuestra dignidad es más preciosa que la unidad de esta tierra”. [19] El discurso, como era de esperar, atrajo las iras del estado, y al-Nimr tuvo que refugiarse en