INTRODUCCION
En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso
Desde varios aspectos, la victoria de la Revolución Islámica en Irán resultó en la intensificación de la campaña de los musulmanes en contra de los Sionistas y cambió el método de la lucha Palestina. El régimen del Shah fue considerado como un aliado poderoso para Israel y el occidente en la sensible región del Medio Oriente. Durante su reino, Irán fue destacado como un importador de grandes cantidades de bienes israelíes causando que la economía del régimen ocupante floreciera, y en el área del petróleo, el Shah se apuró en su auxilio al exportar suficiente para satisfacer sus necesidades. Como un resultado, en los sectores económicos e industriales israelíes, el petróleo iraní fue transformado en armas y balas usadas para perforar los pechos de los palestinos.
Bajo el Shah, Irán se había convertido en la base para las actividades de espionaje israelí y desde donde el régimen Sionista podía mantener observado a los árabes de la región. El revelar la naturaleza de las relaciones abiertas y secretas del Shah con Israel y para protestarle la generosa ayuda que el régimen del Shah le estaba dando a este común enemigo de los musulmanes constituían solo dos de las razones detrás del levantamiento de Imam Jomeini. Como él mismo dijo, “Una de las razones por las que nos oponemos al Shah es la asistencia que él le da a Israel. Yo he constantemente repetido en mis discursos que el Shah ha cooperado con Israel desde el día en que se creó, y cuando la guerra entre Israel y los musulmanes alcanzó su clímax, el Shah ilegalmente tomó el petróleo de los musulmanes y se lo dio a Israel. Esto en si mismo ha sido uno de los factores detrás de mi oposición al Shah.” (1) La caída del Shah y el levantamiento del sistema Islámico en Irán fue el primer golpe devastador para los objetivos expansionistas de los Sionistas, poniéndolos en serio riesgo.
El efecto del mensaje de la Revolución Islámica y de su Líder en la opinión pública fue tan esparcida que cuando Anwar Sadat firmó el Tratado de Paz en Camp David, el gobierno Egipcio fue rechazado por círculos Árabes, incluso por regímenes Árabes reaccionarios, y fue totalmente aislado.
Siguiendo la amarga experiencia que ellos tenían en su confrontación con el movimiento de Imam Jomeini, América y los gobiernos Europeos – los principales colaboradores del régimen ocupacionista de Quds (2) – se alistaron para tratar de frenar la Revolución Islámica y cambiar la situación. Para este fin, incluso llegaron tan lejos como para seguir las mismas políticas que su adversario Oriental (la ahora difunta Unión Soviética). La cristalización de esta cooperación fue vista cuando Saddam ocupó la tierra de la República Islámica en la instigación de las dos superpotencias y en todo su abarcado apoyo para él en todas las etapas de la larga guerra del régimen Baasista con el recientemente establecido sistema Islámico en Irán.
La guerra impuesta fue comenzada con el objetivo de ocupar y dividir Irán y aniquilar la Revolución Islámica. El Sistema de República Islámica, la cual fue determinada para jugar su rol encabezador en la lucha en contra de los enemigos de los Musulmanes y para materializar sus gritos de “Hoy Irán, Mañana Palestina”, fue forzada a sin estar dispuesta entrar al campo de batalla a defender su revolución. Era una guerra la cual los líderes de ambos gobiernos de Oriente y Occidente admitieron tomó lugar para destruir totalmente la Revolución Islámica y para romper cualquier esperanza de levantamiento o revolución que la naciones Musulmanas pudieran haber tenido. De esta forma, Saddam, en la instigación de los enemigos de los Musulmanes y con su apoyo, se convirtió en el director de una carrera larga y amarga saca de la cual Imam Jomeini habla de esta manera: “Aquello lo cual causa gran tristeza es que las superpotencias, América en particular, al engañar a Saddam para que ataque nuestro país ha forzado al poderoso gobierno de Irán a preocuparse de defender su país tanto como para darle al criminal, usurpador Israel la oportunidad de seguir su plan diabólico el cual es la creación de un Israel más grande estirándose desde el Nilo al Eufrates.” (3)
Las amargas realidades, las conspiraciones y los obstáculos los cuales los enemigos del Islam ponen en el camino del progreso de la Revolución Islámica, junto con los cambios los cuales se estaban haciendo evidentes en el bloque Oriental, permitieron a América a una vez más presentar compromiso y rendirse a Israel como la única solución a la crisis en el Medio Oriente, y no solo devolver a Egipto al redil Árabe, sino ponerlo en la cabeza de la cola de comprometedores de buena voluntad, una cola la cual ahora comprendía un vasto espectro de gobiernos Árabes. Sin embargo, con todo esto, aquello lo cual tomó lugar en Líbano y aquello de lo cual estamos siendo testigos hoy en las tierras de Palestina ocupada muestra que la nación Palestina ha recibido el mensaje de la Revolución Islámica a pesar de todos los obstáculos, y la iluminación de Imam Jomeini y conmovedoras palabras producieron frutos mientras la Intifada tomaba forma. A pesar de la traición de los comprometedores en el mundo Árabe, hoy incluso los líderes del régimen ocupante y América admiten que la esencia de la ideología de la Revolución Islámica y las ideas de Imam Jomeini han encontrado una innegable presencia en eventos que toman lugar en Palestina.
Imam Jomeini fue el primer marja’-i taqlid (fuente de guía religiosa) y gran líder religioso en autorizar el uso de dineros recibidos para distribución caritativa para apoyar a los combatientes Palestinos. Cuando el régimen ocupacionista de Quds perpetró incluso otro crimen en su larga lista de crímenes y puso fuego a la mezquita al-Aqsa (4) , Imam Jomeini con completa previsión y en rígido contraste a la política adoptada por otros en el asunto,
La cual era para esforzarse para tener la mezquita reconstruida, insistió en la necesidad de preservar los vestigios de los crímenes de Israel como un factor simbólico para incitar y entusiasmar a los Musulmanes a que se levantaran en contra la existencia de la principal razón para el crimen, que es el régimen ocupante. Él dijo, “Ellos prenden fuego a la Mezquita al-Aqsa. Nosotros gritamos: “¡Dejen la Mezquita al-Aqsa media quemada en el suelo; no borren todas las huellas del crimen!” Pero el régimen del Shah abre una cuenta, arma un fondo, y comienza a recolectar dinero de la gente supuestamente para reconstruir la Mezquita al-Aqsa, pero realmente para llenar los bolsillos de nuestros gobernantes mientras también cubrir el crimen cometido por Israel.” (5)
Desde el mismísimo comienzo, él presentó el aspecto Islámico y la dimensión ideológica de la lucha con Israel como el factor más efectivo en el movimiento para movilizar la oprimida nación Palestina y atraer apoyo para ellos de la Umma (6) Islámica. Él consideraba otros métodos de lucha, tal como la confianza en el nacionalismo Árabe y los puntos de vistas de nacionalistas junto con otras ideologías importadas y no Islámicas, como una salida del camino de la lucha para la libertad de Quds. Él tenía una clara idea hacia los problemas internos dominando al mundo Islámico, entre ellos la debilidad, inhabilidad o naturaleza subordinada de algunos de los líderes de estados Islámicos.
Consecuentemente, él enfatizó la importancia del conocimiento del público y conciencia en el mundo Islámico derivando de los principios de la creencia y la fe común de la Umma y cultura, y de evitar diferencias sectarias. Él llamó a los líderes de los gobiernos Musulmanes a aceptar este acercamiento también, y creer que mientras que los gobiernos fuesen de la misma mentalidad que su gente y fuesen junto con la opinión pública Musulmana y demandas, ellos serían confiados con la autoridad del liderazgo y con la responsabilidad para guiar la lucha, de otra forma las naciones Musulmanes deberían hacerle a ellos lo que la nación Musulmana de Irán le hico al Shah.El problema Palestino y la confrontación con el enemigo Sionista serán discutidos.
1 Una entrevista con Imam Jomeini, 7 de Diciembre de 1979 (16 Azar 1358 AHS). Sahifa-yi Nur, Volumen 4.2 Quds es la palabra Árabe para Jerusalén y significa “lo santo”. Jerusalén es venerada como la tercera ciudad más santa en el Islam, después de Meca y Medina.3 22 de Septiembre de 1982 (31 Shahrivar 1362 AHS). Sahifa-yi Nur, Volumen 18.4 La mezquita al-Aqsa: el sitio en Jerusalén en donde el Profeta Muhammad (bpd) ascendió al cielo en el onceavo año de su misión (Corán 17:1); también el complejo de mezquitas y edificios levantados en el sitio. El líder de estos fue extensivamente dañado por incendio premeditado en 1969, dos años después de la usurpación Sionista de Jerusalén.
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