Leandro Albanihttp://www.avn.info.ve/node/13475
Hasta ahora, las declaraciones diplomáticas realizadas en el marco del reinicio del diálogo que busca poner fin al conflicto en Medio Oriente obvió la situación de los menores.
Las acciones llevadas a cabo por Israel en los últimos tiempos, como el avance sobre los territorios palestinos o las incursiones militares en todas las escalas, revelan que el gobierno de Benjamín Netanyahu no tiene incluida en su agenda la cuestión de los niños presos.
A esta altura, no resulta extraño que desde el Estado judío se rechacen todas las acusaciones en su contra, aunque las denuncias estén documentadas y en la mayoría de los casos respaldadas por organismos de derechos humanos internacionales.
Como ejemplo más reciente se encuentra el ataque de la armada israelí contra seis embarcaciones en mayo pasado. Las naves transportaban ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza, región palestina que desde el 2006 sufre un fuerte bloqueo impuesto por Israel. En esa acción militar, los soldados hebreos asesinaros a nueve tripulantes del barco Mavi Marmara.
Aunque la comunidad internacional condenó el hecho y la Organización de Naciones Unidas (ONU) creó una comisión para investigar lo sucedido, las autoridades judías se empeñan en justificar el ataque.
El argumento es repetido: las embarcaciones transportaban materiales para la construcción de armas que favorecerían a los “enemigos” de Israel. El hambre y las muertes evitables en Gaza debido al bloqueo, por lo visto tampoco están en la agenda de la administración Netanyahu.
Los métodos de Israel para cazar menores
Redadas en plena noche, golpes y amordazamientos, interrogatorios sin ningún marco legal que se respete y la agresión psicológica son las características que Israel impone a los niños palestinos.
Pero a esta situación hay que sumar que los menores en los territorios ocupados viven con el asedio militar permanente del ejército judío, sufren graves problemas de alimentación, sus escuelas fueron destruidas y muchos de ellos vieron morir a sus padres y familiares.
En la actualidad, en las cárceles israelíes hay casi 8,000 presos palestinos, incluyendo niños y mujeres, muchos de ellos en detención administrativa.
Este último procedimiento le permite a las fuerzas armadas israelíes mantener a un palestino preso tres meses sin acusarlo ante la justicia, con un periodo de arresto prorrogable por otros tres meses.
El Centro Palestino para la Defensa de los detenidos (PCDD) reveló a principios de 2010 que Israel mantiene cautivos cerca de 340 niños palestinos, privándoles de sus derechos básicos.
Según el diario L"Humanité de julio pasado, cada año 700 menores palestinos “son detenidos, interrogados y perseguidos por el sistema militar israelí”.
Cuando las leyes internacionales no tienen validez
Aunque Israel figura entre los 191 firmantes de la Convención de los Derechos de la Infancia, vigente desde 1990, los hechos demuestran el incumplimiento de la norma.
La Convención señala que “la detención, encarcelamiento o prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda”.
En enero de 2010, el Comité para los derechos del niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicó un informe donde aseveró que Israel no responde a las exigencias referidas a la detención e interrogatorio de niños en los territorios ocupados.
El organismo internacional también denunció las órdenes militares 378 y 1.591 que “violan los estándares internacionales para la justicia de los menores y el derecho a un proceso justo”.
El primero de los decretos castrenses prevé una pena máxima de 20 años contra los menores que se defiendan arrogando piedras a los soldados israelíes.
El Comité de la ONU también se mostró muy preocupado porque “más de 2.000 niños, entre ellos algunos de 12 años, han sido acusados de infracciones contra la seguridad entre 2005 y 2009, detenidos sin cargos por un periodo superior a 8 días y llevados ante tribunales militares”.
Por su parte, la ONG Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI) alertó el año pasado sobre la situación que atraviesan los menores cuando son detenidos.
Para la organización, en los interrogatorios a los niños no se les permite llamar a un abogado o que los acompañe algún familiar.
Según DNI, los menores “son sometidos a técnicas prohibidas, como el uso excesivo de vendas y esposas, bofetadas, patadas, posiciones dolorosas por tiempo prolongado, confinamiento solitario, privación de sueño y combinaciones de amenazas físicas y psicológicas”.
A esto hay que agregrar que este año se presentó a la ONU la denuncia de que más de 100 niños recibieron maltratos y abusos sexuales mientras estuvieron detenidos en 2009 por el Ejército israelí.
En tanto, la organización israelí de derechos humanos B"Tselem explicó que para el confinamiento de los niños se utilizan varios tipos de celdas.
Entre ellas se encuentran las denominadas “bloqueo”, sin luz y de 1,5 por 1,5 metros; “armario”, con techo bajo, en la cual el detenido puede pararse pero es incapaz de sentarse o moverse; y la “tumba”, una caja de un metro de altura, 80 centímetros de frente y 60 de profundidad.
Cuando en 1948 Israel comenzó la invasión a Palestina, los niños y niñas de ese país observaron cómo sus casas eran ocupadas y muchos de sus familiares expulsados a la diáspora.
Después de sesenta años de políticas sistemáticas de ocupación por parte de los gobiernos hebreos, los actuales pequeños palestinos sufren al lado de su pueblo y sus vidas; muchas veces, dependen de cómo se puedan defender, aunque Israel criminalice el lanzamiento de piedras contra sus soldados.