Durante los encuentros en el Pentágono y en Capitol Hill, Ashkenazi advirtió que, por primera vez en 60 años, EEUU estaba perdiendo su influencia en Oriente Medio, ya que Irán y Turquía estaban uniendo sus fuerzas para crear una nueva agenda en la región. Él añadió que Siria está impulsando su actividad también dentro del “eje radical”.
Ashkenazi reiteró las advertencias de que implicar a Hezbollah en el asesinato del fallecido primer ministro libanés Rafiq Hariri podría causar un cataclismo que lleve a Sayyed Hassan Nasrallah a “tomar el poder” en Beirut.
En sus encuentros, el jefe del Ejército Ashkenazi subrayó la importancia de reforzar las sanciones impuestas contra Teherán, mientras discutió el programa nuclear de Irán con su homólogo norteamericano.
“Creo que Irán está en camino de adquirir una capacidad nuclear y esto sería un desastre para la región, muy desestabilizador,” dijo Mullen. “Justo ahora la atención va dirigida al diálogo, las negociaciones y las sanciones. Las sanciones están haciendo mucho daño y ése es el camino actual. Hemos dejado muy claro que todas las opciones continúan sobre la mesa, incluyendo la opción militar.”
Por su parte, Ashkenazi fue más excéptico y dijo que no estaba claro que las sanciones fueran suficientes para convencer a Irán de que cambiara su curso. “En cualquier caso, apreciamos el esfuerzo norteamericano,” señaló.
El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Almirante Mullen, añadió que conoce a muchos jefes militares israelíes. Sin embargo, ninguno de ellos es “tan buen amigo” como Ashkenazi, afirmó. Mullen añadió que los vínculos militares entre Israel y EEUU se habían profundizado durante los tres años de cooperación con Ashkenazi.
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