Agencia Noticiosa Ahlul-Bait (P)

Fuentes : Exclusivo ABNA
viernes

10 diciembre 2010

20:30:00
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MORAL Y COMPORTAMIENTO DEL IMAM HUSEIN (P)

En una breve mirada a los cincuenta y seis años de la vida –llena de amor y siempre en busca de Dios– de Husein (P), comprendemos que llevó una existencia llena de pureza y devoción, y que siempre se preocupó por difundir la misión profética de Muhammad (BP) con un profundo entendimiento, más allá de todo lo que podamos ver y comprender.

A continuación recordaremos algunos pasajes de su vida, que han quedado, para nosotros, grabados en la historia:Husein Ibn `Ali (P) se dedicaba a realizar la oración, bendecir a su Creador y leer el Sagrado Corán, poniendo gran interés cuando suplicaba e imploraba clemencia y misericordia. A veces en el transcurso de un día realizaba hasta cientos de ciclos –rak’at– de oración. Incluso la última noche de su vida no dejó de alabar e invocar a Dios, Loado sea; y hemos leído en diferentes documentos que ese día pidió a sus enemigos una tregua para estar en privado con su Creador y dijo: “Dios, Glorificado sea, sabe lo mucho que me agrada realizar la oración, leer Su Libro Sagrado y suplicar, así como pedir clemencia y perdón.”Repetidas veces durante su vida, se dirigió a pie hacia la Casa de Dios, La Ka`bah, para llevar a cabo los rituales del Hayy (peregrinación). Los hijos de Ghalib Assadi (Bashar y Bashir) narraron: “En la tarde del día de `Arafah, noveno día del mes de Dhihayyatul Haram, acompañábamos a Husein (P) por el desierto de `Arafah. Este honorable, con profunda humildad y devoción salió de la tienda de campaña y se dirigió, acompañado de algunos de sus seguidores e hijos, hacia el monte; se detuvo en las faldas de éste, volteó su purificado rostro hacia la Ka`bah y entonces levantando sus manos al cielo como un débil necesitado pronunció las siguientes súplicas:“Loado y alabado sea Dios, Creador del Universo, a quien nadie puede rechazar Su voluntad, ni impedir Su Dádiva e Indulgencia.Sus manos están llenas de Generosidad y Magnanimidad y todo Lo Creó, sólido e inmaculado, con Su Sabiduría, ningún hecho oculto es para Él un secreto y aquello que se le confíe nunca será alterado.Él recompensa y castiga a todos y es Reformador de las faltas de sus siervos que Lo invocan, y Misericordioso con los débiles e impotentes. Él hizo descender los beneficios y el Libro dirigente de la sociedad –el Sagrado Corán– luminoso y brillante, y escucha las súplicas y resuelve los problemas y Es quien eleva el grado de los benevolentes y destruye a los opresores. No hay Dios más que Él y nadie ni nada se Le asemejan, Él escucha y ve, y es caridad, delicadeza y sabiduría y, en cualquier situación, omnipotente y poderoso.¡Oh, Supremo! me dirijo a Ti y doy testimonio de Tu providencia, admito y confieso que Tú eres el más supremo y que regresaré hacia Ti. Antes de que fuese algo y hubiese un signo de mi existencia, Me agraciaste y creaste de tierra. Luego Me trajiste al mundo, íntegro y saludable, para conducir según lo que Me habías destinado desde antes; y Me cuidaste desde que me encontraba en la cuna y era un lactante y, en cuanto a mi sustento, Me diste una leche agradable y digerible, e hiciste bondadosos hacia mi, los corazones de los que me criaron, y obligaste a las cariñosas madres a que me educaran, y Me cuidaste de todas las perversidades ocultas de los genios y demonios , Me cuidaste de todas las abundancias y escasez.Pues Tú eres Eminente, ¡oh, Clemente!, ¡oh, Misericordioso! Hasta el momento en que pronuncié mis primeras palabras, Me diste todas Tus gracias y todos los años Me educaste hasta que llegué a la perfección y mi fuerza se equilibró. Entonces Me demostraste tu prueba e inspiraste de Tu Conocimiento, y Me dejaste maravillado con Tu Prudencia; Me mostraste Tus Creaciones, sin precedente, en el cielo y en la tierra; y para agradecerte y recordarte Me concientizaste, e hiciste para mí obligatorio el obedecerte y adorarte, y el mensaje que trajeron Tus enviados Me lo explicaste, y facilitaste para mí el aceptar aquello que atrae tu satisfacción, agraciándome con todos estos favores.¡Oh, Dadivoso! No Te satisfizo negarme alguna de Tus Bendiciones, con Tu Gran Generosidad y continuo Benéfico Me diste como sustento diferentes comidas y bebidas, y diferentes ropajes y vestidos. Entonces, después de que Me otorgaste todos Tus Bienes y alejaste de mí las desgracias, mi poco entendimiento y osadía hacia Ti, no Te detuvieron en dirigirme y en hacerme triunfar para tener un lugar cerca de Ti.¡Dios mío! cuál de tus favores puedo enumerar y recordar, y cuál de tus obsequios agradecer, mientras Tus gracias son más de lo que los contadores pueden enumerar y los calculistas pueden tener conocimiento. Además es muy claro que en lugar de todas las violencias, enojos y calamidades que alejaste de mi, incrementaste bienestar, salud y comodidades.¡Dios mío! por mi verdadera fe y... te tomo como testigo, y suponiendo que estuviese vivo en todas las épocas y en todos los tiempos, y procurase y me esforzase por agradecer uno solo de Tus favores, no lo lograría a menos que Tú me hicieses el favor de darme esa nueva virtud de poderte agradecer, que ella misma representaría un nuevo elogio hacia mi...¡Oh, Siempre Eterno! Haz que sienta temor, tal y como si te estuviese viendo, y hazme venturoso con virtudes y templanza, y aleja de mi las culpas y defectos.¡Oh, Misericordioso! Dame independencia en mí mismo, certeza en mi corazón, sinceridad y devoción en mis actos e ilumina mis ojos. Dame conocimiento y una clara visión en cuanto a mi religión.¡Oh, Dios mío! soy incapaz de contar Tus mercedes y favores.¡Oh, mi Amo, mi Señor! Tú que fuiste generoso, Tú que Me diste la gracia, Tú que fuiste bondadoso, y actuaste con superioridad e hiciste llegar Tu perdón a la perfección. Fuiste Tú, el que Me dio el sustento. Tú, el que Me concediste el triunfo. Tú, el Dadivoso. Tú el que Me dio la independencia y Me dio la fortuna, Me dio el refugio y fuiste Tú, el que Me dio la habilidad. Tú, el que Me guió. Tú, el que Me cuidó de los peligros y las caídas, y fuiste Tú, el que cubrió mis errores. Tú, el Clemente. Tú, el que Me mostró su indulgencia. Tú, el que Me dirigió. Tú, el que Me otorgó la fuerza y la victoria. Tú, el que Me curó. Tú, el que Me dio salud. Tú, el que Me honraste.Tabarakta Rabbi ua ta`alaita falakal–Hamdu da’iman wa lakash–Shukru uasiba ¡Oh, mi Creador! Eminente y Magnánimo, las alabanzas y elogios hasta la infinidad sean para Ti, única y especialmente para Ti, y siempre para Ti.¡Oh, mi Señor! Confieso que soy un pecador, perdona mis errores”.Ese día Husein (P) al pronunciar estas súplicas acercó tanto los corazones de sus oyentes hacia Dios, al punto que en sus gargantas ahogaban sus llantos; acompañando sus sollozos a las palabras de su Imam, suplicaban a Dios y decían Amin.* * *En la obra Asad ul–Ghabah Ibn Azzir narra: “Husein constantemente ayunaba y realizaba muchas oraciones, repetidas veces fue al Hayy, daba limosna y efectuaba todos aquellos actos complacientes para Dios.”La personalidad de Husein Ibn `Ali (P) era tan superior que cuando, acompañado de su hermano Hasan ul Muytaba (P), se dirigía a La Meca, los grandes personajes del Islam –por respeto– bajaban de sus camellos o caballos y los acompañaban a pie.El respeto que los musulmanes mostraban por Husein (P) era sin duda, porque él se relacionaba con la gente, vivía con la gente y consideraba como suyas las necesidades y aflicciones de la gente.En verdad que él carecía de castillos esplendorosos, soldados y esclavos que le protegiesen. Cuando quería cruzar un camino, nunca cerraba el paso a la gente, y cuando iba a visitar la tumba de su querido abuelo, el Mensajero de Dios (BP), nunca lo hacía en privado.La siguiente narración es un ejemplo de su ética social: “En cierta ocasión que Husein Ibn `Ali (P) cruzaba por un camino, se encontró con un grupo de necesitados que, sentados sobre sus capas, comían pan duro. Cuando vieron que el Imam (P) se acercaba, lo invitaron para que los acompañase. El aceptó y se sentó junto a ellos, entonces después de comer un pedazo de pan duro pronunció la siguiente aleya:“Dios no ama a los altivos”. (An Nahl 16:22)Y agregó: –Yo acepté vuestra invitación, ahora vosotros debéis aceptar la mía.Poniéndose todos de pie se dirigieron a casa de Imam Husein (P), quién ordenó que prepararan la mejor comida, dando así una calurosa recepción a sus invitados y una lección de humanidad a su sociedad.”Shu`aibu Ibn `Abdir–Rahmani Juza`i narró: “Cuando Husein Ibn `Ali (P) fue martirizado, encontraron callosidades en su santa espalda. Entonces preguntaron al cuarto de los purificados Imames, Imam Zain ul `Abidin (P), la causa de estas cicatrices, quién respondió: “Estas callosidades son a consecuencia de los costales de comida que mi padre por las noches cargaba sobre sus hombros para llevarlos a casa de las viudas, huérfanos y necesitados.”El gran interés que Husein (P) mostraba por los oprimidos y por ayudar a aquéllos que eran tratados injustamente, podemos experimentarlo en la historia de Urainib y su esposo `Abdul.lah Ibn Salam; la cual a continuación mencionamos en forma condensada:“En aquel tiempo que Yazid aún no había tomado el poder en sus manos, a pesar de que contaba con todo tipo de pasatiempos, deleites sensuales y placeres, como por ejemplo dinero, posición, esclavas, bailarinas... etc., sus libertinos e impúdicos ojos no pasaron por alto a una mujer casada, honesta y decorosa.Su padre Mu’awiyah, en vez de oponerse a este bajo y mezquino deseo, con calumnias y engaños preparó el terreno para que esta honorable mujer musulmana se separase de su esposo, y así poder llevarla a la alcoba de Yazid. Husein Ibn `Ali (P) se enteró del asunto y se opuso a esta baja resolución y, al ejecutar una de las leyes islámicas, destruyó los siniestros planes de Mu’awiyah, regresó a la mujer a su esposo `Abdul.lah Ibn Salam y terminó con algunas de las violaciones que Yazid hacía a las pudorosas familias musulmanas. El Imam (P) con este acto demostró su fuerza de voluntad y coraje divino, así como su interés por la reputación de la sociedad musulmana. Este suceso se volvió una narración y quedó como recuerdo de la magnificencia de la familia de `Ali (P) y la bajeza y tiranía de los Omeyas.”Al`Alaili en su obra Sumul Ma`na escribe: “En la historia del ser humano nos encontramos con grandes personalidades que cada una de éstas, en diferentes campos y aspectos, obtuvieron una fama universal: uno por su grandeza y majestuosidad, otro por su ascetismo, otro por su generosidad y otro por..., pero el esplendor y grandeza de Imam Husein (P) son tan inmensos que cada una de sus infinitas dimensiones grabaron en la historia su elevada majestuosidad, como si en él se reuniesen todas las grandezas y virtudes.”Así es, él heredó la misión profética universal de Muhammad (BP), heredó la valentía, grandeza, justicia y generosidad de su padre, `Ali Ibn Abi Talib (P), y fue el heredero del esplendor y brillantes virtudes de una madre como Fátima Zahra’ (P). ¿Cómo podemos negar que él es una muestra de la superioridad, y eminencia de la grandeza del ser humano y un signo de la evidencia de las virtudes de Dios, Glorificado sea?Nuestros saludos sean para él, que es un modelo para nuestra actuación y comportamiento.* * *