Agencia Noticiosa Ahlul-Bait (P)

Fuentes : abna
sábado

8 enero 2011

20:30:00
220397

Mawlana Yalal al-Din Rumi y la Espiritualidad Islámica

La poesía lírica de Rumi posee la intensidad de un hombre que lo ha dado todo, lo ha perdido todo, y de nuevo lo ha encontrado todo.

En éxtasis pero con un perfecto control, los derviches [3] , con sus túnicas blancas y sus largos gorros de fieltro, giran y giran en una eterna danza ritual. Un destello repentino de brillante luz blanca es seguido por un momento de aniquilación total. Oscuridad. El applet de Java retoma su curso y la página de inicio regresa a la pantalla.

Lejos, en la meseta del centro de Turquía, hay una bóveda cónica color turquesa, única por su forma y belleza. Bajo ella descansa un refugiado medieval procedente de Asia Central, quien pasa por ser el poeta más vendido en Norteamérica. Por lo general, se lo considera como uno de los más destacados representantes de la cara amable del Islam. Es reclamado como su compatriota por admiradores de Irán, Afganistán, Tayikistán y, sobre todo, de Turquía. Y también es considerado por muchos como el precursor, con siglos de antelación, de la New Age. Él es la Majestad de la Fe, Muhammad, hijo de Muhammad, residente en Asia Menor. Él es Yalal al-Din Rumi [4] .

Si buscamos el nombre “Rumi” en la web, encontraremos 822.000 resultados a comienzos de 2005. Hay libros finos y gruesos, incluyendo varias novelas, artículos, páginas web, calendarios, pinturas, exposiciones, grabaciones, videos, representaciones de teatro y ballet, clubs de fans y hasta restaurantes relacionados de algún modo con él o, al menos, con su nombre. Ha sido presentado como un poeta casi contemporáneo, como un sabio que plácidamente proclama mensajes de amor y tolerancia universal, como un poeta del amor totalmente fuera de control, etc.

¿Cuál es la diferencia entre la auténtica voz, personalidad y enseñanza de este hombre notable y sus falsas representaciones? ¿Qué tiene que decirnos hoy el verdadero Rumi, dado que tantos puntos de vista e ideas diferentes le han sido atribuidos?

Rumi, el erudito musulmán

Yalal al-Din ibn Muhammad nació en 604 d.H./1207 d.C., en la ciudad de Balj (actualmente en Afganistán) o quizá en un pequeño pueblo llamado Vajsh (actualmente en Tayikistán). Su formación fue la de un estudiante hablante de persa, musulmán y sunní. Su padre, Baha’ al-Din Valad, era un erudito religioso y un místico cuyas meditaciones (ma‘arif ) puestas por escrito influyeron claramente en su hijo. Alrededor de 1219, probablemente debido a la amenaza de la invasión mongola, la familia viajó a Bagdad, en el oeste, y luego realizó el Hayy (peregrinación a La Meca). Como muchos de los que habían emigrado desde el este, se dirigieron entonces hacia Asia Menor, donde vivieron durante algunos años en varias ciudades, antes de instalarse definitivamente en Konya. Por aquel tiempo, Yalal al-Din y su esposa Gawhar Jatun tenían dos hijos. Baha’ al-Din Valad murió en 1231 y fue sucedido en su magisterio por Yalal al-Din, quien había recibido una educación tradicional en ciencias islámicas y era reconocido como un erudito en fiqh hanafi [5] . Burhan al-Din Muhaqqiq Tirmizi, un antiguo discípulo de Baha’ al-Din Valad, llegó a Konya al año siguiente para supervisar mejor la educación de Yalal al-Din. Bajo la dirección de Burhan, cuyas ma‘arif en persa están pendientes de un estudio serio, el joven erudito viajó por la senda espiritual del sufismo, aprendió a florecer en la privación del ascetismo (zuhd) y del retiro espiritual (jalwa), y amplió su aprendizaje y experiencia con dos periodos de estudio en Siria. Allí pudo haberse encontrado con algunos de los más destacados sufíes del momento. Este periodo finalizó con la muerte de Muhaqqiq en 1240. Hasta ese momento, Yalal al-Din era respetado en Konya como erudito y predicador, tanto en sufismo como en jurisprudencia hanafi y otras ciencias religiosas. Con el tiempo se ganó la confianza de las figuras políticas más importantes de su época. Mantuvo correspondencia con algunas de ellas, y otras fueron a visitarlo y a aprender de él.

El Sol de la Verdad

El acontecimiento que revolucionó la vida de Yalal al-Din Rumi ha influido hasta el momento en la vida de millones de personas. En 642 d.H /1244 d.C. llegó a Konya un derviche vagabundo llamado Shams al-Din Tabrizi. En el primer encuentro entre los dos hombres, Shams, cuyo nombre significa Sol, mostró a Yalal al-Din que había esferas de conocimiento y experiencias que permanecían cerradas para él. Ambos descubrieron que quedaba abierta una puerta hacia la realización espiritual cuando disfrutaban de la compañía y los consejos del otro, iniciándose la forma de amor más pura que un ser humano pueda llegar a conocer. Embriagado con este amor, a Yalal al-Din ya no le importaba lo que pensaran los demás. El resplandor de la presencia de Shams era el resplandor del mismo Dios. ¿Acaso el Profeta Jacob no había sufrido el dolor indescriptible de la pérdida de su hijo José, reflejo incomparable de la Belleza Divina? Durante bastante más de un año, Yalal al-Din y Shams estuvieron casi siempre juntos, antes de que Shams desapareciera de repente, huyendo de los celos de los discípulos de su compañero. Sultán Valad, el leal hijo de Yalal al-Din, fue enviado para encontrar a Shams, y finalmente lo trajo de vuelta desde Damasco hasta Konya. No mucho tiempo después, sin embargo, Shams desapareció de nuevo, esta vez para siempre.

¿Quién era Shams al-Din Tabrizi?

Al contrario de la creencia general, se conoce bastante sobre él. Además del testimonio de los biógrafos de Rumi, ha sobrevivido su colección de diversas sentencias (maqalat) en persa. Shams fue un hombre muy culto, un shafi‘i que había estudiado numerosas obras de fiqh. Un aspecto de su manera de ser sufí fue ocultar a los demás su verdadero yo y rechazar la respetabilidad y el comportamiento diplomático. Sabemos por las maqamat que el principal propósito de los viajes de Shams fue encontrar a un verdadero santo o Amigo de Dios (Wali Allah). En la maqala número 385 describe su primer encuentro con Mawlana. De acuerdo con esta versión, Shams le preguntó acerca del gran sufí iraní Bayazid Bastami [6] y por qué éste no vio necesario decir a Dios, como el Bendito Profeta había dicho, “no Te hemos conocido como mereces ser conocido”. Las maqalat también revelan lo mucho que Shams admiró a Yalal al-Din como erudito y figura espiritual que poseía cualidades que él no tenía, y que le sirvió de maestro. Por tanto, la relación no fue la habitual entre maestro y discípulo.

Aunque Mawlana Rumi sufrió dolor por la pérdida de su maestro, debemos recordar que, como maestro espiritual, él sabía –mediante la práctica y no sólo en teoría– que todo lo que vale la pena amar sólo puede provenir en última instancia del Divino Amado. Pero Shams al-Din le había exigido todo lo que tenía para que superase los límites de la piedad convencional y conservadora, en busca de la completa iluminación. Lo que lo afligió de un modo tan conmovedor fue la pérdida de aquella irresistible luz interior, y del compañero –el Guía Perfecto para él, aunque un desaliñado y tosco impostor a los ojos de muchos –que había completado su formación espiritual y había sido su constante inspiración.

La vida de Rumi después de Shams

El impacto del trauma disminuyó con el tiempo. Lo que Shams había representado esencialmente para él, Yalal al-Din lo encontró ahora dentro de sí mismo, y en compañeros como Husam al-Din Chalabi, la principal inspiración de su inmensa obra maestra en poesía, el místico Mathnawi [7] . Con su equilibrio recuperado, Rumi vivió veinte años más, supervisando la educación de sus discípulos –algunos de los cuales se responsabilizaron de otros– y enseñando a través de discursos, cartas y poesía. Su muerte en 672 d.H/1273 d.C. no sólo afligió a los musulmanes, sino también a la gran población cristiana de Konya. La futura dirección de la hermandad espiritual descansó en las capaces manos de Sultán Valad. Además de fundador de lo que llegaría a conocerse como la orden sufí (tariqa) Mevlevi, Valad también fue un hábil administrador, diplomático y escritor cuyos trabajos incluyen una colección de discursos, un diwan, y tres largos poemas didácticos que juntos forman un relato interior (con algunas licencias poéticas) sobre la vida de su padre [8] .

Poesía mística

La poesía lírica de Rumi posee la intensidad de un hombre que lo ha dado todo, lo ha perdido todo, y de nuevo lo ha encontrado todo. En ocasiones, las alabanzas a Shams alcanzan cotas cercanas a la blasfemia, como si la luz de su ser espiritual no fuese otra cosa que la propia Luz Divina. Los poemas están recopilados en el Diwan, conocido originalmente como Diwan-i Shams al-Haqa’iq o Diwan-i Kabir (“El gran Diwan”) [9] , el cual consta de unos 40.000 versos, compuestos a lo largo de más de treinta años. Junto a los gazales [10] , hay también cuartetos y los más largos poemas estróficos. La mayoría expresan alabanzas de amor a la Divinidad y el éxtasis del amante que está lo bastante “loco” como para entregarlo todo en la búsqueda del Amado. Seyyed Hossein Nasr ha descrito acertadamente estos versos como “cristalizaciones” de estados espirituales: cercanía a Dios, anhelo, separación, esperanza, miedo, auto-reproche, júbilo....También contiene relatos con mensaje moral, por lo general más breves que los del Masnawi. Estos poemas se cantaron en las reuniones de los derviches mevlevis. Manuscritos y ediciones posteriores incluyen muchos poemas falsos. Varios aparecieron en Selected poems from the Diwan-i Shams-i Tabriz , un antiguo trabajo del propio R. A. Nicholson, cuya excelente edición y cuidadoso comentario y traducción del Masnawi se ha ganado el apelativo de nikulisan (“de lenguaje bello”) por parte de Husayn Ilahi Qumsha’i, un destacado experto en pensamiento y literatura persas.

Rumi declaró que no le importaba la poesía, alegando que sólo la escribía para agradar a su audiencia, la cual no tenía tanto interés por los sermones como la gente de Asia Central. Arberry y otros, siguiendo el lenguaje figurativo de Sultán Valad, afirman que Yalal al-Din era “completamente incapaz de controlar el torrente de poesía que brotaba de él.” Pero la calidad de su poesía muestra el dominio técnico, así como la elocuencia y el ingenio. Una de las taryi‘at está compuesta por siete estrofas de doce pareados, y su coherencia es ejemplar. Rumi también usa una variedad de metros mayor que ningún otro poeta persa. La gama de imágenes y de simbolismos empleada demuestra un extraordinario poder de visión unitiva.

Aquí tenemos dos ejemplos de cómo el poeta crea el marco adecuado al comienzo de un poema estrófico, evocando la cualidad del momento presente [11] :

Aunque tu corazón se hastíe y estés cansado de la vida;tú, que pierdes el tiempo, no puedes evitar este viaje.

Y también:

¡Qué triste que la noche haya caído y que todos nos hayamos separado!Feliz aquél que en la noche tiene a Dios como amigo y compañero.

El místico Masnawi

Esto nos lleva al Masnawi , la obra maestra de Yalal al-Din. Este inmenso poema de más de 25.000 versos en forma de pareados es una especie de tratado sobre espiritualidad islámica compuesto de seis libros. A los que saben árabe pero no persa les puede interesar leer los hermosos prólogos de los seis libros (daftar). Cada uno trata sobre uno o dos temas de espiritualidad. El quinto, por ejemplo, muestra la relación entre la Ley Sagrada (Shari‘a), la Realidad Interior (Haqiqa) y la Senda (Tariqa). El poeta y metafísico sufí ‘Abd al-Rahman Yami [12] elogió al Masnawi de un modo espléndido diciendo que era “el Corán en persa”. Desde luego, aunque se trate de una exageración poética, el Masnawi ofrece entre otras cosas un comentario profundo de muchos pasajes del Sagrado Corán. La idea de los orientalistas según la cual el divaga y carece de coherencia es un serio error, pues aunque a veces el hilo conductor puede ser sutil, muy a menudo dos o tres temas están hábilmente entretejidos, abandonados durante más o menos una página, y luego retomados. Mientras que la mayoría de las historias relatadas en el poema no son nuevas, su tratamiento poético sí lo es. En algunos relatos aparecen pasajes en los que se insiste en el aspecto moral. El Masnawi es como un calidoscopio en el que el autor expone los múltiples modelos de la existencia humana. El mismo Mawlana lo describió como un “mercado de la Unidad”.

Shams y la autenticidad de los neo-giróvagos

En su propia opinión, “todos se han convertido en mis compañeros íntimos, ellos no han buscado los secretos de mi interior.” Estas palabras del prólogo del Masnawi han resultado ser proféticas.

Algunas obras sobre Rumi proceden de escritores cuyos trabajos han obtenido una enorme popularidad presentando a Rumi como alguien “adecuado” que se expresa de un modo moderno. El más popular e influyente de sus traductores es, sin duda, Coleman Barks, un profesor estadounidense de Literatura Inglesa que colabora con el iraní John Moyne. Barks ha vendido una gran cantidad de libros [13] , y también recita en público de forma notable [14] . Otro poeta contemporáneo, Robert Bly, tiene una opinión similar respecto al modo de encontrar el equilibrio entre la fidelidad al original y el uso de expresiones familiares. Ellos han acercado Rumi a las masas, aunque –como ha expresado Frank Lewis, autor de un libro indispensable sobre Rumi [15] – el poeta haya tenido que nacionalizarse americano en el proceso.

Otras clase de obras presentan a Yalal al-Din como un sabio cuyo pozo de atractiva sabiduría proporciona un material inagotable para ser presentado de diversos modos en manejables y escuetas frases: calendarios, pequeños “libros de sabiduría” que se sitúan en la zona de caja de las librerías, como si fueran golosinas en los supermercados; e incluso cartas de tarot. Mawlana Rumi a menudo es presentado como un apóstol de la tolerancia que aceptó de buen grado todas las creencias religiosas como manifestaciones igualmente válidas de una religión universal del amor. Versos como los que siguen parecen apoyar este punto de vista:

“¿Qué puedo hacer, oh, musulmanes?, pues no me reconozco / No soy cristiano, ni judío, ni mago [16] , ni musulmán”

y “El hombre de Dios está más allá de la infidelidad y de la religión / para el hombre de Dios el bien y el mal son iguales” [17] .

Pero los poemas en cuestión no aparecen en ningún manuscrito de los primeros siglos posteriores a la muerte de Rumi. Encontrados en ediciones impresas en la India, le fueron falsamente atribuidos por admiradores que tenían sus propias ideas y motivaciones, y están completamente al margen del estilo poético de Rumi y de su pensamiento.

Es muy cierto que Mawlana vio cosas positivas en los no musulmanes, al igual que vio los aspectos positivos de todas las cosas. Si no fuera así, por ejemplo, difícilmente habría escrito cartas dando consejos a Gurgi Jatun, una princesa georgiana, esposa de Parvana Mu‘in al-Din, que era gobernador de Konya bajo los mongoles y que solía visitar a Mawlana. Sin embargo, su rechazo de la doctrina cristiana quedó muy claro cuando refutó con firmeza la afirmación de que los musulmanes aceptaban en secreto la divinidad de Jesucristo:

“¿Cómo podría ser que un cuerpo frágil, que huía de un sitio a otro de las conjuras de los judíos, cuya figura tenía menos de dos codos, pudiera ser el sustentador de los siete cielos?...Además, antes