Cuando terminaba con sus compromisos sociales, no había nada a lo que diese más importancia que al culto. Cuando por orden de Harun fue encarcelado, dijo así: "¡Dios mío! Hace mucho que yo esperaba que me otorgaras tiempo para adorarte, ahora haz escuchado mis súplicas; por ello te lo agradezco".
Esta frase muestra el abundante trabajo social que realizaba el Imam antes de que fuese encarcelado.
Cuando el Imam estuvo en la cárcel de Rabi‘, algunas veces Harun subía a la azotea donde se encontraba la celda del Imam, y miraba dentro de ésta. Cada vez que se asomaba en la celda veía una ropa como si la hubiesen aventado en esquina de ésta. En una ocasión preguntó: "¿A quién pertenece esa ropa?" Rabi‘ respondió: "No es ropa, es Musa Ibn Ya‘far (P), que por lo general se encuentra en posición de prosternación ante su Dios, y besa el suelo".Harun dijo: "En verdad que él es de los veneradores de Bani Hashim"."¿Pues por que ordenas que en la cárcel lo traten con dureza?" Cuestionó Rabi‘."¡Que pena, pero no tengo otra alternativa!"
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En una ocasión enviaron a la celda del Imam a una bella esclava para que lo ayudara, con el propósito de que si al Imam le atraía la esclava, poder hacer propaganda en su contra.El Imam dijo al hombre que había traído a la joven: "A vosotros les gustan estos regalos y se enorgullecen de ellos; yo no necesito de este obsequio ni de otros parecidos a éste".Harun se molestó y ordenó que llevaran a la esclava a la celda y dijeran al Imam: "Nosotros no te pedimos permiso para encarcelarte (o sea, que no te pediremos permiso para que esta esclava se quede o no)".No trascurrido mucho tiempo los espías comisionados para informar a Harun lo que sucedía en la celda del Imam, le avisaron que la esclava pasaba el mayor tiempo prosternándose para Dios. Harun dijo: "¡Juro por Dios! Musa Ibn Ya‘far la ha embrujado".Harun mandó traer a la esclava y la interrogó. Ella no habló de otra cosa más que de las bondades del Imam. Entonces ordenó a su subalterno que se quedara con la esclava y no dijese a nadie lo sucedido. La esclava pasaba el tiempo orando, hasta que falleció unos días antes de que el Imam fuese martirizado.
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El Imam Musa Ibn Ya‘far (P) pronunciaba mucho la siguiente oración:"¡Dios mío! Te pido calma, a la hora de la muerte y clemencia y perdón, a la hora de las cuentas".
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Leía el Corán con buen tono, de tal forma que aquél que lo escuchaba, lloraba. La gente de Medina lo llamaba "el ornato de los desvelados".
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Al Final / 112