La Taqiyah es el resguardo de la fe
Uno de los aspectos del shiismo más malinterpretados es el de la práctica del disimulo o ‘taqiyah’. Aquí no nos ocupamos del sentido amplio de taqiyah, es decir, «evitar o eludir cualquier tipo de peligro». Más precisamente, nuestro objetivo es discutir ese tipo de taqiyah por medio del cual una persona oculta su religión o ciertas prácticas religiosas en situaciones que causarían un problema o peligro definido como consecuencia de las acciones de aquellos que se oponen a dicha religión o prácticas religiosas particulares.
Las fuentes sobre las que se basan los shiítas en esta cuestión, incluyen el siguiente versículo coránico: «Que no tomen los creyentes como amigos a los infieles en lugar de tomar a los creyentes -quien obre así no tendrá ninguna participación en Dios-. A menos que tengáis algo que temer de ellos (‘tattaqu minhum’, de la misma raíz de ‘taqiyah’), guárdese cuidadosamente (‘tuqatan’, nuevamente de la misma raíz de ‘taqiyah’). Dios os advierte que tengáis cuidado con Él. Dios es el fin de todo». (3:28).
En otro lugar dice: «Quien no crea en Dios luego de haber creído -no es que sufra coacción mientras su corazón permanece tranquilo en la fe, sino el que abra su pecho a la incredulidad-, ese tal incurrirá en la ira de Dios y tendrá un castigo terrible» (16:106). Como se menciona tanto en las fuentes shiítas como sunnitas, este versículo fue revelado respecto a Ammar Ibn Yasir. Después de la emigración (hiyrah) del Profeta Muhammad (saws), los infieles de la Meca encarcelaron a algunos de los musulmanes de esa ciudad y los torturaron, forzándolos a dejar el Islam y retornar a su anterior religión idólatra. Entre los torturados en este grupo estaban Ammar, su padre y su madre. Los padres de Ammar rechazaron apartarse del Islam y murieron bajo tortura. Pero Ammar, con el objeto de escapar a la tortura y a la muerte, dejó el Islam exteriormente y aceptó la adoración de ídolos, por medio de lo cual escapó del peligro. Ya libre, partió secretamente de La Meca a Medina, donde fue a ver al Profeta Muhammad (saws), y en un estado de constricción y aflicción por lo que había hecho, preguntó al Mensajero de Allah si por haber actuado como actuó había caído fuera del recinto de la religión. El Profeta Muhammad (saws) le dijo que lo que había hecho era cumplir con su deber, fue entonces cuando se reveló el versículo mencionado.
Los dos versículos mencionados fueron revelados respecto a casos particulares, pero su sentido es tal que abarcan todas las situaciones en las cuales la expresión externa de la creencia doctrinaria y práctica religiosa podrían ocasionar una situación peligrosa. Además de estos versículos, existen muchas tradiciones de los miembros de la Casa del Profeta ordenando la taqiyah cuando se teme el peligro.
Algunos han criticado al shiismo diciendo que la práctica de taqiyah en la religión se opone a la virtud del valor y el coraje. Un razonamiento mostrará lo inválido de tal acusación, porque la taqiyah debe ser practicada en situaciones en que se enfrenta un peligro que no se puede resistir y contra el cual no se puede luchar. Resistir ese peligro y no practicar taqiyah en tales circunstancias demuestra irreflexión y temeridad o locura, no coraje y valentía. Las cualidades de coraje y valentía se pueden aplicar solamente cuando hay un mínimo de posibilidad de éxito en el esfuerzo que se empeña. Pero frente a un peligro probable o concreto contra el cual no hay ninguna posibilidad de victoria si se lo enfrenta, como el beber agua en la que posiblemente hay veneno o arrojarse frente a un cañón que está siendo accionado, o arrojarse sobre las vías por donde pasa un tren a toda velocidad, o cualquier acción de este tipo, no es sino una forma de locura contraria a la lógica y al sentido común. Por lo tanto, podemos decir en resumen que taqiyah debe ser practicada solamente cuando hay un peligro definido que no se puede evitar y contra el cual no hay ninguna esperanza de lucha y victoria exitosa.
Los distintos muytahids del shiismo debatieron el grado exacto de peligro que hace lícita la práctica de taqiyah. Desde nuestra visión taqiyah está permitida si hay un peligro definido para la vida de uno o de la propia familia, o la posibilidad de perder el honor y la virtud de la esposa o de algún otro miembro femenino de la familia, o el peligro de la pérdida de las pertenencias materiales en un grado tal que cause la completa miseria e impida al hombre ser capaz de continuar sosteniéndose él y mantener a su familia. En todo caso, la prudencia y el evitar un peligro definido o probable que no puede ser apartado, es una ley general de la lógica aceptada por todas las personas y aplicada por los hombres en las distintas fases de sus vidas.
Al Final / 112