Sí, Israel ha de masacrar, invadir, asolar casas... es la Biblia, amigos
Sin embargo, muchos ignoran la conexión entre este terror judío y la iglesia evangélica.
Por una parte, esta derecha “cristiana” fundamentalista, incrustada en los núcleos de poder de EEUU, hace ya tiempo que emprendió una batalla pavorosa contra la racionalidad y la ciencia. Poderosos lobbys religioso-financieros han declarado la guerra al pensamiento científico mientras alimentan los demonios de la superstición y el pensamiento delirante.
Por ejemplo, en Europa se ignora que, entre los libros más vendidos en EEUU, se cuentan las doce novelas de la serie apocalíptica “Left behind” (Dejados atrás). En estas páginas, basadas en una interpretación literal de la Biblia, se describe “el próximo fin de los tiempos" cuando Cristo, “como un ladrón en la noche” raptará a los suyos. Los no abducidos, o sea los malos, sufrirán de lo lindo en un planeta azotado por plagas mil.
Finalmente, después de tribulaciones a mansalva, Cristo vendrá, esta vez de modo oficial, y reinará durante un milenio tras lo cual se restablecerá el Reino de Dios para siempre… pues bien, millones de norteamericanos profesan estas creencias y, lo crean ustedes o no, esto condiciona importantes decisiones económicas y políticas. Entre ellas, la postura ante Israel.
Para que nos formemos una idea, el autor de aquellos engendros novelados, Tim LaHaye, es un activista neoliberal (¡cómo no!) quien fundó junto al telepredicador Jerry Falwell un espeluznante lobby: “La mayoría moral” desde el cual se propugna sustituir la Constitución por la Biblia y convertir EEUU en una teocracia.
¿Y qué tiene que ver el terrorismo israelí con todo esto?—preguntará el lector. Pues lamento asustarlo pero constituyen asuntos íntimamente conectados. Según las creencias del poderosísimo lobby evangélico, Jesucristo no puede venir hasta que Israel haya ocupado las “tierras bíblicas”.
De esta manera presionan a los gobiernos y riegan de dólares los pasillos de Washington y de los medios de comunicación para “ayudar a Israel”. Sí, Israel ha de masacrar, invadir, asolar casas… es la Biblia, amigos.
En el torbellino de ese enloquecimiento, si Israel no ocupa Oriente Medio se retrasará la agenda del Apocalipsis. Y entonces ellos, buenos, “cristianos” (y neoliberales, por supuesto) se perderán la visión de Jesucristo descendiendo de los cielos para abducirlos y, después, juzgar a los malos (gays, librepensadores, izquierdistas, etc.) “con espada y fuego”.
Y los fundamentalistas “cristianos” (numerosísimos y muy influyentes en EEUU) no desean perderse el programa de las sesiones apocalípticas integrado por la segunda venida de Jesucristo “que todo ojo verá”, la batalla de Armagedón contra el anticristo y, por supuesto, el “llanto y crujir de dientes” de los pecadores. Pero, ¡vaya por Dios!, la programación se postergará si Israel no ocupa todo Oriente Medio, las “tierras bíblicas”. Una lata.
Al Final / 112